LAGOS DE COVADONGA-VEGA DE ARIO-CANAL DE TREA-PONCEBOS KMTS. 23,2

Día 4-6-04. No puedo por menos de hacer mención al momento en que escribo esta crónica. Sotres, el bonito pueblo emplazado en plenos Picos de Europa, rodeado de torres calizas, mires por donde mires, verdes e inclinados prados donde la hierba crece a diario llena de flores de preciosos colores, donde el murmullo del agua de los torrentes que bajan de las montañas producen ese sonido relajante y placentero, el cielo azul nítido, claro y reluciente, la brisa soplando con suavidad como para no molestar de puro y relajado movimiento. La canícula brumosa que comienza a envolver las cimas nevadas, como amortiguando la fuerza de los rayos solares. La temperatura ideal cuando el cuerpo se relaja después de una tonificante ducha, los cánticos dc los pájaros y el sonido de algún niño jugando cerca, todo un conjunto de sensaciones en un lugar donde no hay ruidos agresivos y discordantes. Todo es quietud y placidez, momentos que es difícil dejarlos escapar, deben perdurar y poder disfrutarlos, tengo la sensación de estar en un sueño o en un paraíso imaginado, no parece real. Soy incapaz de exprimir mi memoria, mis sentidos necesitan seguir paladeando estos maravillosos momentos.
La tarde sigue su curso con la suave brisa, tendré que abrigarme un poco.

Cumbres del Cornión


Vayamos al principio de la jornada, que comienza en Covadonga, donde me apeo del bus de Alsa que me ha traído desde Arriondas, son las 9 de la mañana, una hermosa mañana, diría que de verano, aquí en picos, la temperatura es de 16 grados, no hay rastro de nubes, todos los alrededores lucen el manto verde intenso, los prados, los bosques de hayas y robles. La húmeda primavera y las fuertes e intensas nevadas del invierno nos regalan estos bellos entornos.
Sigo la carretera de ascenso a los Lagos hasta que al poco rato un coche con una pareja me brinda la impagable ayuda de subir los 700 mts. de desnivel hasta los Lagos en un santiamén. Mis nuevos amigos comparten conmigo la sorpresa de avistar las altas cumbres del Cornión, resplandecientes con los primeros rayos de sol, nos asombra el espectáculo. Pido a mis amigos me dejen en el Collados Les Valeres, dando vista al Lago Enol, Torre de Santa María de Enol y todos los bellos alrededores, necesito pararme y pasar la vista despacio para dejare en mi memoria tanta belleza. Mis amigos seguirán un itinerario diferente al mío, por tanto me despido para iniciar la dura e intensa jornada.

Lago de Enol


Desciendo por los mullidos praderíos, hasta el Lago Enol, luego asciendo por la Loma de la Picota y dar vista al Lago de la Ercina, lago gemelo ubicado detrás de un cerro. Desciendo hasta el borde del agua para tomar la senda que me llevará hasta la Vega de Ario. Son las 9,30 y en los valles por debajo de los 200 mts. de nivel, las nieblas están pegadas con fuerza, aquí arriba el sol radiante es el protagonista.
Al comienzo de la senda, un letrero marca un tiempo de 3 horas a la Vega de Ario, tiempo demasiado sobrado como luego comprobaré.
Viene a mi memoria el recuerdo de la ciudad, 8/10 horas atrás, sofocos, ruidos, carreras, es la otra cara de la moneda que tengo ahora a mi alrededor.

Torres del Cornión


Sigo la senda hasta una serie de majadas y casetas donde las vacas, ovejas, caballos, cabras, pacen y descansan en una temperatura ideal, sus cencerros alegran el ambiente, el lugar se llama “Las Bobias”. En las cercanías hay una fuente y cuyo chorro nace de la roca con un buen chorro de fresca agua con abrevadero para el ganado.
Cruzo el arroyo donde hace algunos años, haciendo esta misma excursión con mi amigo Celestino, hubimos de dar la vuelta, las espesas nieblas nos impidieron continuar con nuestro itinerario, ahora el tiempo es bien diferente.
Grandes hoyos y simas conforman un paisaje calizo erosionado, donde las rocas han sido cortadas y agujereadas, altas torres y porros aparecen por la derecha con cimas de 2.300 mts. de altura, adornadas con grandes neveros. También en las cercanías de la senda comienzan a aparecer los neveros, estoy a 1.500 mts. de altura. Ahora sopla una ligera brisa que alivia el esfuerzo y los sudores de las fuertes subidas, aún así la temperatura debe acercarse a los 20 grados.

Macizo Central desde el Collado de Jito


Llego, por fin, al Collado el Jito, a 1.680 mts., de altura, con espectaculares vistas sobre el Macizo Central, Torrecerredo, Llambriones, todo el cresterío imponente que parece los tengo al alcance de mis manos. Un cartel, en el propio collado, indica la dirección a la izquierda “Refugio Marqués de Villaviciosa”, también una losa redonda del Grupo Montañero Vetusta del año 1.975, señalando todos los picos que tengo a la vista. Son las 11,20, el GPS marca 1.670 mts. de altura, he tardado por tanto menos de dos horas, el refugio lo tengo unos 10 minutos desde aquí. La distancia recorrida ha sido de casi 8 kmts. en 1,50 horas. La senda está cubierta por grandes neveros que se pueden bordear sin problema.

Macizo Central de Picos

A la izquierda aparece el Refugio en una zona muy verde, rodeado por suaves lomas, yo seguiré la senda a la Canal de Trea, por tanto no llego al refugio, atravieso profundos hoyos y sumideros, intentando rodearlos o bordearlos por las zonas más elevadas, pero he de ir con sumo cuidado, un tropezón sería muy peligroso, las rocas cortan como cuchillos. La señalización consiste en un punto amarillo o raya del mismo color en las rocas que me dirige perfectamente, el problema sería si estuviera cubierto por la nieve, entonces sería más complicado. Una vez supero el laberinto de sumideros y hoyos, llego al inicio herboso del vertiginoso descenso por la Canal de Trea, aún no puedo ver el fondo del Cares, pero intuyo su profundo y escarpado cauce.
Por la derecha, al fondo, aparece la Torre del Friero y sus escarpadas agujas, por mi derecha e izquierda las escarpadas rocas que separan el Barranco de Trea de la Riega las Hojas y Riega las Párvalas, otros estrechos barrancos laterales.

Cumbres del Macizo Central al inicio de la Canal de Trea


Desde el Collado, a casi 1.700 mts. de altura, hasta el Cares, hay un desnivel de 1.400 mts. que he de descender casi en vertical, mis piernas y rodillas sufrirán el enorme esfuerzo y tensión, pues las piedras sueltas me obligan a forzar y asegurar la pisada para no salir disparado hacia el precipicio. Al final, los músculos de mis piernas no responden adecuadamente y he de bajar con sumo cuidado, cuando me paro, me tiemblan las piernas como si fueran de gelatina, el esfuerzo es brutal y la tensión sobre las piernas es constante e intensa. Verticales paredes, profundos hoyos y simas que en algún caso he de superar a través de puentes naturales muy estrechos, picos escarpados a ambos lados, es un terreno realmente sobrecogedor.
Por fin veo gente abajo, casi al final de la canal entrando en un bosquete de hayas, les voy dando alcance, es un grupo de jóvenes alemanes que al llegar a la sombra se paran a reponer fuerzas. Han dormido en el Refugio de Vega de Ario, por tanto, cuando les digo que vengo desde los Lagos, se sorprenden, van también alto tocadas sus piernas, el descanso será largo. Como aún me quedan unos 500 metros para llegar al Cares y tengo muchas ganas de pisar firme, para hacer un descanso, sigo adelante. Este último tramo lo bajo a paso de tortuga, mis músculos no obedecen mis órdenes, no tienen mucha fuerza y he de apoyarme en el bastón.

Por la Canal de Trea


Ha habido momentos, al inicio de la Canal, en la parte alta, que al mirar para abajo, se me ponían los pelos de punta, me decía, “mejor no mires, tira para abajo, no tienes otra alternativa”, es verdad que la soledad acongoja, bueno, pues en esos momentos de especial “cague” es cuando el sonido de algún humano hubiera amortiguado el “congojo”, nada que hacer, nadie a la vista y los alemanes aparecen cuando ya he superado lo más vertiginoso.
A la 1,15 aterrizo en la Senda del Cares, ahora seguiré la autopista pero con mucha calma y tranquilidad, mis piernas siguen sin obedecer mis órdenes. Hago una larga parada a comer unos frutos secos con dos litros de líquido reforzado, a la sombra me quedo hasta frío.
Hacia las 4,15 llego a Puente Poncebos, para mi sorpresa, que tanto había protestado contra la construcción del funicular de Peña Main hasta Bulnes, he de reconocer que se ha respetado escrupulosamente el entorno, que el túnel de entrada casi ni se aprecia y que la masificación no parece que exista.

Descenso por la Canal de Trea


Como quiera que pretendo hacer noche en Sotres, Ignacio, un simpático paisano de Arenas de Cabrales, que tiene ganado en Pandébano, me sube en su furgoneta hasta la curvona. Me dice que debía haber bajado desde el Collado el Jito por Ostón y Valle de Texa hasta Culiembro, las inclinaciones nada tienen que ver con la Canal de Trea, bueno pues la próxima vez ya lo sé.
Como decía, me deja Ignacio en la curvona, así que aún me queda una buena subida hasta Sotres, además con el sol dándome fuerte en la espalda. Tomo habitación en el Hostal La Perdiz, lugar donde siempre he pasado noche, así que una buena botella de sidra es lo que necesito primero, luego ducha, cambio de ropa y como nuevo en la terraza disfrutando de esta hermosa tarde y olvidando la pesadilla de la Canal de Trea
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Datos del GPS: Distancia recorrida 23,2 kmts. Tiempo parado 1,17 horas. Tiempo en movimiento 5,24 horas. Tiempo total empleado 6,41 horas. Media en movimiento 4,3 kmts. hora. Media total 3,5 kmts. hora.