CAMARIÑAS – LAXE
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Día 8-07-2014. Me hubiera gustado comenzar hoy la ruta más
temprano pero el desayuno no era posible servirlo antes de las 8 así que
hasta las 8h30m no he salido a la calle, esto lo pagaré por la
tarde pues el final de la ruta se alargará y no será porque
se me haga de noche sino porque las tareas cotidianas que realizo al
término de la jornada no me permitirán acostarme a una
hora prudente para el buen descanso.
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Rompientes de A Coenda |
Así pues con la marea baja, nublado y con viento del noroeste
que me dará de cara, cruzo Camariñas por
el puerto donde las gaviotas como tontas, incluso de madrugada sus
risas me han despertado
sobresaltado, no obstante he dormido muy bien, tapado hasta las cejas
cuando sonó el despertador a las 7h30m.
Tomo la balizada Ruta Costa da Morte PR-G-158 circular
que seguiré durante
varios kilómetros acompañado por las señales blanca
y amarilla, paso frente a lo que fue Castillo Soberano cercadas
las ruinas con alambrada para internarme en el bosque de pinos por
la senda bien
pisada que rodea el Monte do Castelo y Monte da Atalaya desde
donde tengo bonitas vistas sobre la Ría de Camariñas,
al fondo Muxía y el mar algo picado.
Dejo atrás varias huertas bien cuidadas y productivas para descender
hasta la Praia de Lago y comenzar el ascenso al Monte
Farelo donde se
ubica la Ermida da Virxe do Monte con fantásticas panorámicas
hacia el Cabo Vilán, su faro y hacia el sur Muxía y
toda la costa, hermoso mirador donde el viento sopla con cierta fuerza.
Alrededor
de la ermita hay algunas placas con flores en recuerdo de personas
fallecidas en naufragios o accidentes marinos.
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Faro de Cabo Vilan |
Desciendo del Monte Farelo para dirigirme hacia
el Cabo Vilán viendo
con sorpresa el campo de futbol construido en la ladera del monte,
sigo por el sendero bien definido sobre los imponentes acantilados
de
granito negruzco donde baten las olas con mucha fuerza y gran ruido,
se me hace muy agradable este tramo hasta el Faro del Cabo Vilán (Villano
para más señas y muy bien bautizado).
El sol quiere abrirse paso entre las nubes pues a ratos luce tenuemente,
tardará en salir con fuerza hasta algo más tarde, mejor
pues prefiero la agradable y fresca brisa al calor sofocante que luego
habré de sufrir a ratos. Me voy acercando a una gigantesca piscifactoría
cercana al Faro, en sus alrededores corretean los conejos a manadas algunos
de ellos negros y otros gazapines que casi se dejan pillar.
Contacto con la carretera de acceso al faro pero tomo un atajo entre
tojos y piornos en fuerte ascenso llegando al punto elevado frente
al faro, impresionante el promontorio granítico sobre el que se ubica
el faro y no digamos las rocas de la Illa Vilán de Fora,
acongojantes para cualquier marino que navegue cerca y no digamos
si hay temporal,
entonces hay que encomendarse.
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Percebeiros en el Coido
de Arnela |
Son las 10h15m, al bajar hacia el faro me encuentro con un matrimonio
malagueño, marino él, en visita turística, me cuenta
que cuando ha pasado navegando frente a estas costas se sentía
eso, acongojado hasta llegar a Vigo o A Coruña,
los roquedos sobre el agua y los que no se ven hacen de esta costa
tan transitada por buques
de todo tipo un lugar realmente peligroso con mar en calma así que
con temporal es jugarse la vida.
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Praia de Pedrosa |
Al descender del Faro Vilán y tomar un
camino bordeando la Enseada
Arneliña contemplo las tareas de algunos percebeiros
que aferrados sobre los rompientes del Coído da Arnela intentan
sacar el costoso producto de su arriesgado trabajo. Menuda profesión, no me extraña
que sea un lujo comer percebes, hay que pagar el coste de su captura.
Continúo bordeando un parque eólico y el Petón do
Castelo por la derecha y A Pedrosa,
un cerro granítico que cae
al mar por la izquierda, este promontorio rocoso asusta por su ladera
norte, paredes de granito impresionantes.
Abandono la pista tomando un atajo en inclinado descenso hacia
la Praia
da Pedrosa, una hermosa playa rodeada de dunas arenosas
resguardada de las batientes aguas, un bello rincón marino, disfruto del sonido
de las olas y el fuerte viento en la absoluta soledad de estos bellos
parajes. Retorno a la pista pasando al lado del Foxo dos Lobos una
ingeniosa manera de llevar a los cánidos hasta un pozo donde no podían
librarse.
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Cabo Vilan |
Dejo a la izquierda las bonitas Praia da Balea y Praia
de Reira, a continuación
llego a un punto de la costa donde una gran grúa y varios operarios
trabajan en la recuperación de los restos de un buque naufragado
en las rocas, un camión retira las enormes piezas metálicas
que la grúa saca del acantilado. Ahora luce el sol con cierta
fuerza aunque el viento húmedo amortigua bastante la calorina.
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Cementerio de los Ingleses |
Continúo por la costa hasta arribar al Cementerio de los
Ingleses en memoria de los marineros muertos al
naufragar el buque inglés
HMS Serpent con 175 tripulantes de los que
solo sobrevivieron 3 de ellos, convirtiéndose en una gran tragedia muy sentida en Inglaterra
en el año 1.890, el naufragio tuvo lugar en la Punta do
Boí justo
enfrente del cementerio donde me encuentro ahora mismo. Visito
el lugar imaginando el desgraciado accidente que he tenido
ocasión de revivir
al leer el libro Costa da Morte “Un país de sueños
y naufragios” del autor Rafael Lema.
La ruta me lleva hasta la Enseada do Trece,
su playa y las puntas rocosas además de la gigantesca duna alrededor que martiriza mi avance
debiendo bajar a las rocas y rollos de granito que no es que sean mejor
que la arena, no obstante el lugar es fantástico, absoluta soledad,
las olas batiendo la fina arena, las elevadas dunas, todo rodeado de
montañas sobre un mar azul, precioso el entorno, probablemente
uno de los lugares mas bellos de la ruta.
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Praia do Trece |
A continuación he de realizar un fortísimo ascenso por
el Monte do Veo a través de una canal de arena donde doy un paso
arriba y otro abajo, he de salir de la canal para intentar pisar firme
sobre algún matojo, un tormento hasta arribar al collado y dar
vista a la Enseada do Colludo y Porto de Santa
Mariña, ahora me
toca descender por otra canal arenosa pero bajar es bien
diferente.
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Enseada de Cabanas |
Poco antes de llegar al Porto de Santa Mariña me
cruzo con Inés y Quique que
también hacen O
Camiño dos Faros, me alegro
enormemente de encontrarme con senderistas con quienes
compartir un ratito de charla muy interesante. Llego
al Porto de Santa Mariña donde
solo hay un embarcadero, barcas y algunas casetas de
materiales, nada más, por tanto sigo la ruta por la Enseada de Cabanas caminando
sobre las lajas y rocas de granito donde me cruzo con Carlos, Eva, Yago y Aitana,
un matrimonio y sus hijos con los que comparto una agradable
y amena charla, Carlos estuvo de voluntario
limpiando el chapapote del Prestige,
quedó tan gratamente impresionado con la zona que compró una
casa en Arou, la restauró y ahora viene con la familia en cuanto
tiene ocasión. Son ahora las 12 en punto.
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Os Bolinos |
Bordeo el Pico da Pedra do Sal, un conjunto
granítico que protege
las batientes olas al chocar contra sus gigantescas rocas, es un laberinto
de lajas, bolos, grandes peñones por donde discurre la senda que
sigo, me encuentro con Beatriz y Bárbara,
dos jóvenes que
descansan apaciblemente sentadas sobre una gran roca, me paro a charlar
otro ratito, así también me tomo un descanso que bien me
viene.
Llego a unas cabañas de pescadores en la Praia de Area
Lobeiras para continuar ascendiendo una pista
hasta un mirador en la parte mas elevada con bonitas
vistas hacia
el pueblo
de Arou adonde
llego a las 14h50m, es un pequeño pueblo de pescadores donde solo hay un bar
en la plaza, aquí me tomo dos jarras de cerveza con limón
y un platito de queso amenizado por la charla, mas bien su complicada
biografía de José, un
joven del lugar que ha trabajado como marinero pero
con complejas
y arriesgadas
experiencias,
bueno mientras
habla, yo a lo mío.
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Praia de Traba |
A las 15h20m abandono Arou siguiendo
primero un camino que bordea la bonita playa y luego
la pista asfaltada
que
me lleva
hasta Camelle, este
bonito pueblo es conocido por el singular artista
alemán Manfred
Gnädinger quien vivió aquí hasta su muerte convirtiendo
un apartado punto de la costa al lado de Camelle en
un peculiar museo con los materiales arrojados por
el mar. Cruzo el pueblo bajo el intenso
calor tomando un bonito sendero, a ratos empedrado,
bajo la agradable sombra del bosque pasando por la Enseada de Sabadelle dando
vista finalmente a la enorme Praia de Traba,
una larguísima playa, diría
que de dos kilómetros de largo, con dunas laterales que la protegen,
las olas se arrastran por sus blancas arenas, aguas azules y blancas
espumas humedeciendo todo alrededor.
Entre la playa y tierra firme hay una laguna formada
por el Río
de Traba antes de desembocar en el mar,
es la Lagoa
de Traba con todo
verde alrededor. Cruzo toda la playa casi en solitario
a excepción
de una pareja que toma el sol y dos paisanos con sus perros, otro extranjero
hace surfing con un cometa aprovechando el fuerte viento que sopla, esta
playa me recuerda la Praia do Rostro por
sus dimensiones forma arenosa y dunas.
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Faro de Laxe |
Finalizado el cruce de la larguísima playa, he de atravesar el
cauce de desagüe de la laguna que desemboca en el mar, no me ando
con remilgos, elijo el punto más vado y a derecho, mis botas se
llenan de agua pero ya se secarán. Tomo ahora un camino en ascenso
evitando las verdes rocas donde poner un pie significa resbalar derecho
al agua, sigo dicho camino bordeando el Monte O Castrallón hasta
dar vista a la Praia de Soesto.
Una pasarela de madera evita pisar la engorrosa
arena, por ella camino con cierto brío pues negras nubes han cubierto todo y cualquier
cosa pudiera ocurrir. La pasarela desemboca en una zona de parking con
algunos coches, pocos, sus dueños supongo en las apacibles arenas
cercanas a las olas. Yo tomo un camino en ascenso que me lleva al alto
Cal do Castro desde donde tengo
a mis pies el bonito pueblo de Laxe,
son las 18h25m, comienza a pintear parece que
no me libro en esta ocasión.
Desciendo de forma radical a Laxe dejando
a la izquierda O Peñón,
un cerro elevado que hace de vigía de todo el contorno, desciendo
por las inclinadas rampas entrando en Laxe cuando
el reloj marca las 18h30m, cruzo el pueblo tomando
la pista de ascenso al Faro de
Laxe donde
llego a las 19h, desde aquí tengo estupendas vistas de la Ría
de Corme y Enseada de Laxe además de todo el litoral recorrido
en las últimas horas, es un espectáculo precioso pues las
negras nubes se han evaporado y el sol brilla sobre el mar azul.
Al lado del faro hay una estatua de una mujer
con un niño en brazos
representando un monumento a los Desaparecidos no mar (A Espera),
hago unas fotos, disfruto del panorama cuando
los ocupantes de un coche inician
el retorno a Laxe, no me hace
ninguna gracia volver por el asfalto, aunque
hay un par de
alternativas rodeando el Monte da Insua pero
mis músculos
no están para hacer virguerías otro 1,5k después
de la intensísima jornada, pido ayuda a David y Lourdes quienes
amablemente me trasladan hasta el Hotel Playa de Laxe donde
tengo la habitación reservada, gracias amigos.
En el Bar O Gaiteiro me aposento
después del correspondiente aseo
y durante casi tres horas, entre la redacción de la crónica,
la cena y el descanso dando por cerrada esta intensa y larga jornada
por A Costa da Morte.
Datos del GPS: Distancia recorrida 39k. Tiempo en movimiento 8h40m. Tiempo
detenido 2h. Tiempo total empleado 10h40m. Media en movimiento 4,5k/h.
Media total 3,7k/h. Ascenso acumulado 610m. Descenso acumulado 557m.
PERFIL DE LA JORNADA |
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