BENADALID – CORTES DE LA FRONTERA – LÍBAR – RONDA
Estos primeros dos kilómetros he de volver por la carretera hasta la Venta San Isidoro, por tanto, aunque son pocos los vehículos que circulan, tomo la linterna para anunciar mi presencia a los conductores. Voy viendo el amanecer en la distancia y los dos kilómetros se me hacen un suspiro, aquí tomo un camino a mi izquierda para penetrar en la cuenca del Río Guadiaro abandonando la del Genal. El sol comienza a iluminar la Sierra Blanquilla, enfrente y más a la derecha la Sierra del Palo y Sierra de Benaoján, yo iré por la umbría de la sierra que separa ambas cuencas, dando vista a todo el valle del Guadiaro.
Comienzo
a ver las balizas blanca y amarilla del PR, a pesar de que a la entrada
del camino no había
ninguna indicación, hay una zona algo plana llamada Llanos
del Moro con unas instalaciones para el ganado y sembrados
de cereales, algo más adelante unos trabajadores se afanan en limpiar los pinares,
estoy en la ladera a unos 800/900 metros de altura. El camino comienza
el descenso y el sol ilumina completamente a Cortes de la Frontera en
la otra ladera de la Sierra de los Pinos, puedo
ver también, en
la distancia, las lomas recorridas por el GR7 en el Parque de
los Alcornocales entre el Mojón de la Víbora y Jimena
de la Frontera, es
un día espléndido y nítido.
Va
sobresaliendo, hacia el sur, el Poyato y
el solitario Cerro de la Laguna que son la continuación del
cordal y del Peñón de Benadalid entre
el Guadiaro y el Genal antes
de su unión algo más abajo, sobrepasada la
Sierra del Hacho con sus dos picos característicos, bien visibles
desde muchos puntos.
Llego a un plano con muchos árboles llamado El Quejigo Solo, ahora me empiezan a dar los rayos del sol, aunque bastante suaves al principio. La pista que sigo desemboca en otra que a la derecha indica PR a Jimera de Líbar, la que he traído “Al Valle del Genal” y la de la izquierda, la que yo seguiré, no tiene ninguna indicación, dejo por la derecha el Cortijo del Moro y enseguida desemboco en una carretera que al cabo de pocos metros pasa por una fábrica de muebles, estoy en la Cañada del Real Tesoro, pueblo al lado del Guadiaro y las vías del tren a Algeciras. Cruzo el Guadiaro que lleva bastante caudal, con un color bastante turbio y por ambos márgenes hay muchas chumberas, es una zona muy amplia y plana a 376 metros de altura y por tanto con un clima muy templado. Antes de cruzar el puente sobre el río un letrero indica PR-A 255 “A Jimera de Lìbar 3 horas”, PR-A 237“A Benalauría 4 horas”, hasta este punto he caminado 12 kmts. en poco más de dos horas.
Un cartel indica que estoy entrando en el “Parque Natural Sierra de Grazalema”, otro “Sendero a Cortes de la Frontera 4 kmts.”, PR-A 255 a Cortes de la Frontera 1 hora, otro letrero “Cañada Real de los Bueyes de Ronda”, por tanto hay abundante información. Me uno a un paisano, durante varios metros, para charlar un rato, cuando le digo que he dormido en Benadalid, me dice, “Ah, sí, Benalí”, así parece que denominan el pueblo, el paisano se queda en una huerta y sigo adelante, para cruzar por debajo de las vías del tren por donde pasa un arroyo con bastante agua, pisando piedras y haciendo algunos equilibrios para no caer al agua. Inicio ahora el ascenso a Cortes de la Frontera por una bella senda empedrada, que por la forma del asentamiento debe ser muy antigua, el agua en algunos tramos le ha destruido su firme base, aún así me lleva directamente a Cortes en un suspiro, eso sí, sudando la camiseta.
Cruzo completamente Cortes, que está muy estirado, hasta llegar a la plaza de toros y en una cafetería enfrente, me tomo un buen café con leche, luego en una panadería compro unas empanadillas rellenas de cabello de ángel que están riquísimas y una torta de aceite, típica de estos contornos, algo de beber y rápidamente a tomar la senda hacia Líbar. Otro cartel dice “PR-A 252 “A Montejaque 9 horas”, este tiempo me deja desconcertado, si ahora son las 11 y he de emplear 9 horas, pues se me hará de noche por el camino. No lo entiendo, pues a partir de Los Correos el itinerario ya lo conozco, la distancia hasta Montejaque y Ronda no debe ser mayor de 3 horas, pues será que el tramo inicial, que no conozco, será más largo y complicado?
Pues a subir a buena marcha si quiero tomar el tren de la noche en Ronda. Sigo por la estrecha senda que me va subiendo hacia un rellano y ahora me da el sol de plano, por tanto el sudor me cae por la frente y empapo hasta los pantalones, al cabo de un buen rato la senda desemboca en una pista de tierra que viene por la derecha, por ella continúo ahora por un amplio llano llamado Los Montecillos, donde hay alguna explotación agrícola y varias casetas, además de las ruinas de lo que fue Cortes el Viejo. Al término del rellano comienza una dura subida, la senda ahora está empedrada y muy bien hecha, zigzagueando para aliviar el esfuerzo, el camino toma hacia la derecha y realiza otro itinerario diferente. La senda empedrada se mete de lleno en zonas de roca caliza y se aprecia el enorme esfuerzo en la construcción del estrecho vial que, seguramente, en tiempos fue comunicación incluso con la zona de Grazalema.
Una
fresca brisa, muy agradable, comienza a soplar a medida
que me acerco
a la zona
más alta y mi sorpresa
está al llegar arriba, estoy a 975 metros de altura, vuelvo la
vista hacia atrás y veo en la distancia, las montañas
de Marruecos, incluso la más alta con una corona de blanca nieve,
se ven con nitidez las zonas del estrecho y a partir de ahí como
las montañas se elevan hasta alcanzar grandes dimensiones. Es
un día claro y se pueden ver grandes distancias,
no hay nada de brumas ni nieblas, por tanto la vista se
pierde en el horizonte.
La senda desemboca en un camino más amplio que seguiré durante unos metros, luego este gira a la izquierda y comienza a descender hacia otro gran hoyo donde hay unas casetas, es el Cortijo Hoyos de Líbar, mi senda continúa por la ladera sin perder altura y de frente, hacia un collado más en alto, es la llamada “Verea de los Machos” . Puedo ver ya, por la derecha, la continuación del cordal hacia la Sierra del Palo y enfrente la Sierra de Líbar y Mojón Alto que hacen de separación de los Llanos de Líbar de los Llanos del Republicano, aquí al lado de la senda, la Fuente del Moro con abundante agua, de la que bebo con avaricia. Cuando tengo a la vista los Llanos de Líbar, el conocido Cortijo de Líbar y el Puerto del Correo, hago una breve parada a tener una última perspectiva antes de iniciar el descenso. La bajada la realizo con cierta comodidad, hay bastantes zonas herbosas y sin mucha inclinación, la verdad es que siento cierta alegría en llegar a los llanos, que aunque su cruce es bastante largo, ya estoy en terreno conocido. Hacia las 12,20 entro en la zona plana de los llanos, enfilo de frente hacia el Cortijo atravesando algún arroyo y viendo la placidez del ganado pastando en la llanura, no veo a nadie en el cortijo y por mi izquierda dejo atrás el Puerto del Correo por donde crucé hacia Villaluenga del Rosario haciendo el GR7 hace unos meses.
Como
veo que llegaré muy pronto
a Ronda, me lo comienzo a tomar
con mucha tranquilidad, reduzco la marcha y durante
un
buen rato
voy a paso de tortuga,
disfrutando de los hermosos
parajes en un día bastante diferente a la ocasión anterior,
ahora desde una perspectiva contraria a como lo vi la vez anterior y
en un maravilloso día. |