Desde
el Puerto de la Ragua se puede llegar hasta Lanjarón a través
de la llamada Travesía Integral de Sierra Nevada cresteando todo
el macizo y ascendiendo a las cimas más representativas como el
Mulhacén, Veleta, Caballo, etc. todas ellas por encima de los 3.000
mts. de altura. Es evidente que esta travesía solamente se podrá realizar
entre los meses de Julio y Septiembre, pues el resto de meses la acumulación
de nieve en zonas superiores a los 3.000 mts. haría imprescindible
el uso de equipo invernal (crampones, piolet, etc.), sin embargo durante
el verano, aparte de la dureza de ascensos y descensos, es bastante fácil
su cruce en tres o cuatro jornadas.
PUERTO DE LA RAGUA - CERRO PELAO - TREVÉLEZ Día 8-06-01. Desde que realicé el recorrido del GR7 entre La Calahorra y Dúrcal, dándole la vuelta casi completa al Macizo de Sierra Nevada, me propuse realizar la Integral por la mayoría de las cumbres, partiendo del Puerto de la Ragua y terminar en Lanjarón. Creí llegado el momento puesto que desde hace dos o tres semanas las temperaturas han sido muy altas y suponía que habría poca nieve. Desde luego mucha se ha derretido pero también, a partir de los 3.000 mts. aún hay grandes neveros y la nieve, a primeras horas de la mañana, algo dura.
En todo caso el proyecto espero terminarlo en Lanjarón, siempre que el tiempo me lo permita. Escribo esta crónica en Trevélez, hasta donde he descendido para pasar la noche cómodamente, me han dado habitación en el conocido Hostal Regina, la dueña me ha aposentado en una habitación mirando al río y con una magnífica terraza, de tal manera que ahora, siendo las 7,30 de la tarde, a la agradable y fresca sombra oyendo el placentero y relajante ruido del agua, casi me quedo dormido. Pero comencemos desde el principio. En Guadix me esperaba Julián, un taxista con quién anoche convinimos que me recogería en la estación de Renfe a las 6 de la mañana para subirme los 35 kmts. hasta el Puerto de la Ragua, de tal forma que a las 6,30 me deja en la Fuente la Yegua y a comenzar la jornada. Está amaneciendo y la temperatura es muy agradable pero el fuerte viento será mi tormento, a veces racheado en los collados altos me desequilibra, pero como compensación no sentiré mucho calor. Comienzo a 2.000 mts. de altura y de inmediato he de ascender 375 mts. para crestear con permanentes subidas y bajadas, cumbre y collado durante 4 horas.
Un rebaño de unos 20 machos monteses vigila mis movimientos y al acercarme desaparecen rápidamente. Hacia el mar hay nieblas bajas así que no puedo verlo, todo lo demás alrededor lo diviso con plena claridad, abajo los valles, tanto al norte como al sur, los pueblos y las sierras más bajas. Cuando llego al Alto de San Juan, que es vértice geodésico, a 2.786 mts. aparecen, de frente, las altas cumbres nevadas, Mulhacén, Alcazaba, Puntal del Goterón, Picón de Jeres, etc. extraordinario espectáculo. A medida que me voy acercando veo sus agrestes laderas e inclinados neveros, por esta parte norte es imposible subir sin equipo invernal, al Mulhacén subiré mañana por el lado sur-este, si el fuerte viento no me lo impide. Pasado el Puerto de Trevélez, a 3.000 mts. decido faldear el Cerro Pelao hacia mi izquierda y sin perder altura acercarme lo máximo posible a las escarpadas laderas de La Alcazaba, Mulhacén y Puntal de Vacares. Voy bordeando grandes neveros además de varias lagunas, numerosas cascadas y arroyos, es un panorama similar a Gredos y algunas zonas de Pirineos.
Por fín me ubico enfrente de los escenarios glaciares, el lugar se llama Panderón del Horcajo y algo más abajo Tajos de las Muñozas, estos últimos unos escarpados cortados de pizarra que he de cruzar con sumo cuidado destrepando con cierto vértigo. Disfruto del hermoso conjunto, inclinados valles, impetuosas cascadas y bonitas lagunas glaciares como la de Vacares y las Calderetas, el viento ha dejado de soplar con fuerza, por tanto el calor comienza a ser más fuerte. Hacia las 2, antes de iniciar el descenso a Trevélez, me paro a comer al lado de la Acequia de Vacares con abundante caudal de agua fría. Aunque se está estupendamente al sol, aún me queda un largo y difícil camino, así que a las 3 inicio el descenso a través de inclinadas laderas de lajas de pizarra, verdes e inclinados prados hasta finalmente encontrar el camino que desciende al lado del caudaloso y atronador Río Trevélez. Al principio voy disfrutando del escarpado barranco, pero el camino comienza a estar encharcado y lleno de barro, así que al cabo de un par de horas me empiezo a cansar de tanto barro, además no puedo caminar con cierta marcha, he de ir salvando el barrizal y los grandes charcos, pero hay que seguir adelante. A las 6 entro, por la parte alta, en Trevélez, durante todo el día no he visto a nadie, me resulta curioso haber estado tan solitario, se nota que es una zona poco frecuentada por humanos, no he visto ningún desperdicio, claro síntoma de soledad.
En
la plaza me siento a tomar una fría cerveza y me acerco
al Hostal Regina a pedir habitación, la dueña me reconoció enseguida
y rápidamente me dijo que su banco ya me había enviado
el dinero de la cuenta que la vez anterior me cobró dos veces,
una con la Visa, me dijo que no había sido aceptada y por tanto
le pagué en efectivo, pero cuando me vino la cuenta de la tarjeta
allí figuraba la factura nuevamente, por tanto hice la reclamación
pertinente. La señora se sintió algo apurada y no hacía
nada más que darme explicaciones, le dije que no había
venido a cobrarle. Así que me ha dado su mejor habitación
para, supongo, resarcirme de los inconvenientes. Son poco más
de las 8 y el sol solo da en las cumbres, la temperatura es deliciosa.
Cuando termino la cena, me dice la señora que está preparando
bocadillos para un grupo de montañeros que mañana
muy temprano pretende subir al Mulhacén y
están hospedados en las habitaciones
de al lado, si se tercia subiré acompañado y guiado. |