CURAVACAS – FUENTES
CARRIONAS
Mayo 1.985. Anoche a las 10 ya no aguantábamos más, caímos en la cama rendidos, por tanto ahora, amaneciendo, estamos como nuevos, dispuestos a comernos el mundo y a subir adonde sea menester. Aún en penumbra tomamos la carretera Cervera-Guardo disfrutando de estas tempranas horas, sobre todo el amanecer en que el sol comienza a iluminar las altas cumbres, especialmente el Espigüete, que es una preciosa pirámide, probablemente uno de los picos más bonitos de la Cordillera, sobre todo ahora que está cubierto completamente de nieve.
En algunas zonas la hierba está blanca, lo que nos indica que las temperaturas de madrugada han sido bajo cero, también ahora hace un fresco mañanero, luego será otra cosa bien distinta. En el cruce de Triollo, en el Pantano de Camporredondo, tomamos la carretera a la derecha para llegar a Vidrieros y dejar el coche en el pueblo. Enseguida tomamos una pista por el Arroyo de Valdenievas y la abandonamos al pasar el Arroyo Cabriles, que viene por la derecha bajando de los deshielos del Curavacas.
El gran macizo nos ofrece sus oscuras paredes, como diciéndonos, a que no os atrevéis a subir, lo miramos desafiantes y sin más remilgos iniciamos el duro ascenso por el cordal de la izquierda y que se dirige a El Resollar, un cerro de 1.950 mts. de altura. Vidrieros se halla a 1.351 mts. la máxima altura a la que subiremos serán los 2.450 mts. por tanto un desnivel de mas de 1.000 mts., nuestra intención es acercarnos lo máximo posible a la cima del Curavacas, esta se halla a 2.520 mts. ahora hay mucho hielo, nieve y no conocemos la parte norte, por tanto lo dejaremos un poquito de lado.
Al llegar a los 2.000 mts. tenemos una magnífica panorámica del cordal que desde el Tres Provincias sigue hacia el sur a enlazar con el Espigüete, con cimas superiores a los 2.300 mts. como el Murcia y resplandecientes por su manto de nieve, aquí bien cerca el que nos vigila es el Curruquilla con 2.361 mts. Una vez llegamos al cordal principal podemos ver las agrestes paredes del Curavacas, este no es un pico solitario o aislado, es todo un macizo alargado con escarpes, paredes, moles, agujas, cortes, etc. que hacen realmente difícil el recorrerlo de lado a lado, el ascenso es por una canal sur, se llega a su cima y se acabó.
Por la parte norte, grandes hoyos cubiertos de nieve y canales de hielo que dan vértigo solo con verlas de lejos. Vemos el circo de Fuentes Carrionas y las cumbres que lo rodean, Peña Prieta, Consejo, Tres Provincias y el cordal que continúa hacia el Puerto de Piedrasluengas, también las cumbres de Picos de Europa en su conjunto, hermoso panorama. Iniciamos el descenso a través de las zonas nevadas y en dirección al Pozo Curavacas que no se ve, pero se intuye en una hondonada, nos cruzamos con unas enormes huellas en la nieve, el oso ha pasado por aquí, no hoy, pues la huella no es muy reciente. El calor es muy fuerte y a medida que descendemos al valle, aún más, pero el gran torrente de agua que se desprende por las lanchas nos hace sentir más frescos.
El
recién nacido Río Carrión baja
con mucho cauce, al estar todo cubierto de nieve y el sol calentando
tan fuerte,
pues el deshielo se hace muy rápido. Estamos en el Valle
de Pineda,
un amplio y verde valle que fue paso, según he leído, de
las Legiones Romanas en sus incursiones hacia Cantabria y Asturias.
Hacemos una larga parada para almorzar al lado de las imponentes
cascadas y continuamos
descendiendo por el larguísimo valle, nos parece interminable
su cruce, vemos en la distancia el giro que hace hacia la derecha donde
lo perdemos de vista. Por esta zona de amplios praderíos suben
el ganado para que pasten durante todo el verano, desde luego no falta
la verde hierba, pues hay humedad, incluso en pleno agosto. Aunque la
senda y el camino que hemos traído no han tenido desniveles y
el suelo, a veces, ha sido de hierba, creíamos que no llegábamos
nunca a Vidrieros, ha sido un regreso interminable,
pero hemos conocido unos lugares que han merecido la pena el
esfuerzo. |