SOTRES – ÁNDARA – CANAL DE SAN CARLOS – ARGÜÉBANES
Mayo 1.990. Salimos de Sotres muy temprano y tomamos la pista a Tresviso pasando por los Invernales de la Caballar en un alto, desde aquí podemos ver todo el contorno a estas tempranas horas de la mañana, cuando el brillante sol comienza a iluminar las hermosas cumbres nevadas. Seguimos hasta la Majada del Hoyo del Tejo, algo más adelante abandonamos la pista hacia la derecha en el alto, estamos a 1.303 mts. de altura.
Esta pista nos llevará a las Minas de Ándara, aunque al principio está despejada, a medida que vamos ascendiendo, la nieve la cubre totalmente y a tramos no somos capaces de saber si vamos sobre ella, pero el contorno de más adelante nos lo confirma. Esta zona, llamada Canal de las Vacas, conforma el mayor aporte de caudal al nacimiento del Río Urdón, enfrente la Sierra de la Corta y más atrás la Pica de Mancondiú sobresaliendo aislada con casi los 2.000 mts. de altura. La pista que seguimos bordea el Mancondiú y desciende hasta el pueblo de Beges, supongo que en verano puede ser transitada con vehículos todoterreno, ahora por toda la zona, ha desaparecido debajo de la espesa capa de nieve.
Nos hundimos en la nieve, por tanto vamos buscando las zonas más duras y a medida que subimos de cota, efectivamente la nieve se va endureciendo, incluso a partir de las minas, en la zona más norte, tendremos problemas con el hielo. Llegamos a las Minas de la Providencia, un puente salva el arroyo, hay una especie de refugio para una emergencia, en sus paredes interiores muchos mensajes en inglés, entendemos por tanto que en verano está frecuentado por extranjeros.
Subimos con algunas dificultades debido a lo helado de la zona, hasta darle la vuelta al Mancondiú y ubicarnos en su ladera soleada a descansar y tomarnos el bocadillo al relajante sol de media mañana. Algo más arriba de las Minas de la Providencia, están las Minas del Redondal y el Pozo de Ándara, nosotros bordearemos las Vegas de Ándara, que es un enorme hoyo presidido por enormes picos, el Sagrado Corazón y algo más atrás La Junciana, a la izquierda el Samelar, todos ellos por encima de los 2.200 mts. de altura. Las explotaciones mineras obligaron a construir varios caminos para el transporte de los minerales en carros tirados con animales, de tal forma que el camino que seguiremos, a pesar de estar enterrado bajo la nieve, apreciaremos sus contornos y en algunos tramos, al final de la Canal de San Carlos, veremos con nitidez las vueltas y revueltas que realiza para suavizar tanto el ascenso como el descenso.
Mientras comemos el bocadillo, calculamos la enorme distancia que nos separa de cualquier ser humano, desde luego por los contornos en que nos movemos no hay ni rastro, es decir ni huellas. Hemos realizado un considerable esfuerzo para subir hasta aquí, la blanda nieve ha sido un tormento y lo que nos queda a continuación, pues lo mismo de lo mismo, así que trataremos de recuperar las fuerzas.
Iniciamos el ascenso al Collado de San Carlos, en la falda del Pico Sagrado Corazón, a veces seguimos lo que se aprecia de camino, otras tiramos a derecho, siempre ganando altura, el collado está a más de 2.100 mts. En el propio collado hace bastante viento, paramos un momento para hacer unas fotos y otear el panorama, toda la Liébana a nuestros pies, sobre todo el valle del Río Deva, enfrente el Cordal Cantábrico, aquí al lado, a nuestra derecha, un escarpado cordal que se desprende del Sagrado Corazón, conformando lo que es la estrecha Canal de San Carlos. La inclinación es de vértigo y la nieve en su punto preciso para bajar deslizándonos y llegar al fondo de la canal en breves minutos, solo nos paramos a relajar las piernas, pues al llevarlas tensas en el descenso, la fatiga es muy intensa. Al final tomamos una senda que gira a nuestra derecha para salvar los precipicios y pasar por la Majada de Trulledes y adentrarnos en un bonito bosque de robles y seguir nuestro descenso hacia el pueblo de Argüébanes.
El
cruce del bosque se nos hace algo pesado, parece que no llegamos nunca
al pueblo, al menos tiene el aliciente de que
vamos por
un sitio bonito,
prados y mucha agua. Por fin llegamos a Argüébanes,
sudando por los cuatro costados, el calor es sofocante, es
media tarde, ahora
llamamos por teléfono un taxi a Potes para
que nos venga a recoger y subirnos a Fuente Dé. |