CABEN
DE REMOÑA – CANAL DE PEDABEJO – VEGA
DE LIORDES
Mayo 1983. Al salir a la calle, quedamos sorprendidos por la espléndida mañana, no queremos hacernos ilusiones, a la vista de la experiencia de ayer, todo es posible, aquí el clima es muy cambiante, así que habrá que aprovechar estas primeras horas de hermoso día. Tomamos el coche y enfilamos la estrecha pista que nos lleva a cruzar Santa Marina de Valdeón y a continuación ascendemos por la que se dirige al Puerto de Pandetrave.
En una curva, a unos dos kilómetros de salir de Santa Marina, dejamos el coche y comenzamos el ascenso hacia el Caben de Remoña, dejando a nuestra izquierda la Canal de la Chavida y las escarpadas estribaciones de la Torre del Friero. Vamos subiendo por zonas de pradera al principio y luego matorrales, hay muchas veredas hechas por el ganado, pero la dirección es buena. Enfrente, hacia el sur, vamos teniendo buenas vistas del cordal que une los puertos de Panderruedas y Pandetrave, con las cumbres de Peña Cebolleda (2.050 mts.), la Peña de Gabanceda (2.036 mts.) y la Peña Gildar (2078 mts.) cubiertas por el bonito manto de nieve, también un hermoso bosque en sus laderas norte. Este recorrido entre los dos puertos conformará un próximo itinerario para ir completando la Cordillera Cantábrica en su totalidad.
Una vez llegamos a la divisoria de aguas de los dos importantes cauces, el Río Cares y el Río Deva, tenemos delante de nosotros el arranque de aguas de este último conformando un amplio valle muy verde, más a la derecha los Puertos de Salvorón y a nuestra izquierda la Peña Remoña y su esbelta y escarpada pared, detrás de ella se halla el Circo de Fuente Dé. Bordeamos las escarpadas paredes de nuestra izquierda para no perder altura y abordar el ascenso de la Canal de Pedavejo, Ángel decide quedarse y esperarnos al regreso. Iniciamos el duro ascenso por la inclinada canal, cubierta por la nieve, lo que nos cuesta un enorme esfuerzo pues lo nieve está algo blanda y en algunos casos nos hundimos hasta las rodillas. Al llegar a la parte más alta y ver el otro lado nos quedamos sin respiración, es difícil describir el espectáculo. Por nuestra derecha, al mismo lado, la imponente Peña Remoña, vista de este lado con sus escarpadas paredes con cierto parecido a las del Naranjo.
Las Vegas de Liordes, ahora completamente cubiertas de nieve, todo el cordal separador de los Urrieles entre el Collado de Liordes y la Canal de Asotín y a lo lejos Peña Vieja, divisándose solamente la parte más alta. Y a nuestra izquierda las paredes de la Torre del Friero, completan un soberbio panorama que nos deja, como digo, sin respiración. Como quiera que nuestro amigo Ángel se ha quedado a esperarnos, no queremos hacerle esperar mucho, así que, con mucha pena pues el día es espléndido y la contemplación del panorama podría prolongarse un buen rato, decidimos retornar por el mismo camino, de tal forma que iniciamos, rápidamente el descenso de la inclinada, sobre todo vista desde aquí arriba, Canal de Pedavejo, ahora deslizándonos por la nieve y bajando a buena marcha. Ha sido realmente media jornada de excursión, pues hemos de retornar a casa y el camino de vuelta es bastante largo, mañana nos espera el habitual “tajo” de los lunes y hay que estar despejado para abordar la tarea cotidiana.
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