URDÓN – TRESVISO 6,2 k.

Día 8-6-10. Tresviso es un pueblecito, que ya he visitado en anteriores ocasiones, ubicado en plenos Picos de Europa a 910m de altura en un espectacular paraje de montaña entre verdes e inclinadas praderas, rodeado de imponentes y escarpadas paredes calizas, despeñaderos, profundos barrancos y hermosos bosques de haya y pino, todo un contraste de parajes y ambientes, agresivos, agrestes y peligrosos unos y apacibles, relajantes y placenteros los otros.

Desfiladero del Urdón


Se da aquí también un contraste meteorológico, días húmedos y lluviosos permanentes o soleados y hasta calurosos en otras ocasiones. En las tres ocasiones en que he estado en este lugar he podido experimentar casi todas las variantes posibles. Ahora mismo, cuando son las 16 horas, espesas y húmedas nieblas cubren todo alrededor, contemplo el espectáculo desde la agradable estancia del comedor acristalado del Hostal La Taberna (942-744444) una vez finalizado el suculento almuerzo que bien ganado tenía.

Camino a Tresviso


Pero la jornada comienza mucho antes, a las 5h15m de la madrugada mi hijo Raúl viene a trasladarme hasta el aeropuerto para que pueda tomar el avión que me traslada a Santander donde llego a las 8h15m, luego un buen desayuno en la capital cantabra, agradable paseo al lado de la preciosa bahía, amena charla con los pescadores del puerto y a las 10h15m salgo en el autobús hacia Potes.
Un matrimonio de turistas catalanes de L´Ampolla en Tarragona soportará estoicamente mi charla mientras esperan el inicio del viaje y luego en el desarrollo del mismo al pasar por conocidos lugares como el Desfiladero de la Hermida, San Vicente de la Barquera, Unquera, Panes, el caudaloso Río Deva, etc. etc. Completan los pasajeros del bus varios turistas británicos que se asombran al descubrir los preciosos parajes que vamos cruzando.
Me apeo pues en Urdón cuando el reloj marca las 12h20m justo al lado de la central eléctrica donde comienza el camino de ascenso a Tresviso balizado con las señales amarilla y blanca del PR-PNPE 30 en una mañana muy variable, meteorológicamente hablando, en función de la geografía que cruzaré, por ejemplo, a nivel de mar, según seguimos hacia el oeste, la llovizna se hace presente, el aire húmedo del norte descarga suavemente sobre las zonas bajas. Según entramos por el Desfiladero de la Hermida hacia Potes, desaparece la humedad y la temperatura es mucho mas templada, la barrera montañosa detiene la humedad consiguiendo que La Liébana tenga un clima más mediterráneo y ahora mismo seco y templado, todo un contraste en una corta distancia.
Al lado de la carretera, contiguo al puente, se esconde al resto de un antiguo puente de piedra en el que nunca antes había reparado, de arquitectura muy sólida y que bien podría ser de origen romano. Dejo atrás la central eléctrica que se nutre de un potente canal elevado, con el agua del propio Río Urdón, cruzando las escarpadas montañas a través de túneles horadados en las rocas.

Ascenso a Tresviso


El camino de Tresviso, al igual que el del pueblo de Bejes, fueron construidos para acceder a las Minas de Ándara hace cientos de años, caminos que, afortunadamente se han conservado para ser disfrutados por senderistas y amantes de la naturaleza pues su utilidad para los paisanos en la actualidad se limitaría a algún rebaño de cabras, algunas yeguas y pocas vacas.

Barranco del Río Urdón


Poco después de pasar la central eléctrica, dos puentes permiten el cruce del Río Urdón y el paso de un inclinado barranco que viene por la izquierda que es en realidad un aliviadero del canal que en ocasiones vierte abundante caudal. Abandona el camino el lecho del río antes de llegar al Paso de Ciavedo que es un estrecho desfiladero vertical, para iniciar el inclinado ascenso a través de avellanos, hayas e higueras y comenzar el cruce de una casi vertical pedrera caliza y salvando escarpadas paredes. Zigzaguea constantemente para superar el fortísimo desnivel permitiendo superar los 800 metros sin demasiados esfuerzos.
Una pequeña y confiada ardilla trepa por el tronco de un avellano a muy corta distancia mirándome curiosa con cierto nerviosismo. ¡Ay si esos higos estuvieran maduros! El atracón que me daría ahora mismo. Entre el esfuerzo al superar las inclinadas rampas y la templada temperatura de 20 grados, empapo la ropa con el sudor, he de quedarme en paños menores pero al arribar al Balcón de Pilatos una brisa húmeda comienza a soplar aliviando el sofoco, además las brumas amenazan con envolverme y algunas gotas comienzan a caer, todo va cambiando.
La Sierra de Cocón por el norte y la Sierra de Bejes por el sur franquean el valle del Río Urdón con desniveles de 1.300 metros de profundidad rodeados de inclinadas canales, torres, paredes y cortados vertiginosos.
Me cruzo con un paisano que desciende a buena marcha, yo sin embargo me lo voy tomando con mucha tranquilidad, el día es largo y quiero disfrutar a conciencia de estos bellos parajes. En un punto elevado, desde donde tengo cobertura telefónica, llamo a mi amigo Celestino para compartir con él estos emocionantes instantes en lugares que hemos compartido emociones bastantes años atrás.

Camino al Balcón de Pilatos


Superada la parte más escarpada del camino, llego a una zona mas plana donde un rebaño de cabras pasta en las verdes praderas donde la hierba casi las tapa, aquí no tienen problemas de pastos. Algo mas adelante, en las Invernales de Prías, unas derruidas cabañas, un abrevadero con abundante chorro me invita a beber a discreción.

Tresviso


Al dar vista a Tresviso, a ratos invisible por las nieblas, me cruzo con Carlos y Mª Jesús, una pareja de maduros montañeros de Jaca con los que me enrollo en animada charla durante un buen rato, un agradable y placentero encuentro que disfrutamos hablando de las cosas que compartimos, las montañas, el senderismo, la naturaleza, vida al aire libre, etc. etc.
Otro tirón y entro en el bonito pueblo de Tresviso, son ahora las 14h45m, se han restaurado varias casas, asfaltado o cementado algunas calles y mejorado las calles. Javier me recibe en el Bar la Taberna, es la hora propicia para un buen almuerzo, así que me aposento en el acristalado y solitario comedor dando vista hacia los verdes e inclinados prados que por momentos son cubiertos por las espesas nieblas, en otros momentos da la impresión de querer salir el sol. La temperatura ha sufrido un descenso brutal, posiblemente ahora no sobrepase los 10 grados, aún así el acogedor ambiente en el acristalado comedor me permite escribir confortablemente.
El cocido, el queso picón, la sidra, el café, disfrutados en el agradable comedor con las vistas del intenso verde y las nieblas que tan pronto despejan como todo lo cubren, resultan de una sobremesa para recordar lejos del mundanal ruido.
La tarde ha continuado muy nublada incluso lloviendo a ratos, a última hora he podido darme un paseo por una pista entre praderas y un rebaño de ovejas pastando en la verde hierba, un gigantesco mastín que las cuida no me ha permitido continuar, así que he de darme la vuelta y retornar a Tresviso.
Datos del GPS: Distancia recorrida 6,2 k. Tiempo en movimiento 1h43m. Tiempo detenido 43m. Tiempo total empleado 2h26m. Media total 2,5 k/h. Desnivel acumulado 826 m.

PERFIL DE LA JORNADA