ESPINAMA – HOTEL REFUGIO DE ÁLIVA 7,4 k.

Día 28-06-2011. A las 4h30m de la mañana recorro la distancia entre mi casa y la parada del bus exprés que me llevará al Aeropuerto de Barajas, este madrugador paseo me lleva 25 minutos por las solitarias calles mientras voy viendo los grados de temperatura que marcan los termómetros, 29 grados, que ya son calores a estas tempranas horas en la meseta manchega, ¡qué sofocos!.

Picos de Valdecoro


En escasos 10 minutos el bus me traslada, bien fresquito, a la terminal y la corta espera del vuelo en las salas del aeropuerto bien refrigeradas, casi con frío y para finalizar el vuelo de poco menos de una hora a Santander casi arropado. Al sobrepasar Burgos por el aire, una masa de espesas nubes anuncia la llegada del invierno en el norte.
Llueve en Santander con una temperatura de 16 grados, todo un lujo comparado con la calorina que hace en la meseta sur, 40 grados sufridos en los últimos días. Las dos horas de espera para tomar el bus a Potes y Espinama, como en otras ocasiones, me acerco hasta el Bar el Diluvio a desayunar, leer la prensa y entretener el tiempo puesto que no está la mañana para darme un paseo por la bahía al lado del mar.
Para completar el que todo ha salido perfecto, bueno a excepción de la llovizna, el amable camarero del Bar el Diluvio me invita al desayuno, vaya detalle, bien es verdad que también le he facilitado algunas informaciones interesantes sobre el Hotel Refugio de Áliva que le serán de mucha utilidad según me cuenta.

Invernales de Igüedri


Esperando también la salida del bus hacia Potes-Espinama me enrollo con John Coakley, un irlandés montañero que tiene proyectadas algunas excursiones por Picos, se encontrará más adelante con otros compatriotas que le acompañarán en otras excursiones guiadas. Tengo ocasión de practicar el inglés que buena falta me hace y así también pasar el tiempo en amable charla durante el viaje en el bus, John se apeará en Panes donde tomará otro bus hacia Arenas de Cabrales, allí un taxi le llevará hasta Poncebos, le facilito el teléfono de un taxista de Arenas que conozco.

Cumbres del Macizo Central


En Potes el bus hace una parada de 30 minutos que sirven de prólogo para una amena charla con Joseba, otro joven montañero de Bilbao que me acompañará el resto de la jornada y la siguiente puesto que coincidirán nuestros programas montañeros. Me dice Joseba, una vez nos identificamos, que me conoce de haber consultado, en varias ocasiones, el contenido de mi página WEB.
Nos deja el bus en Espinama a las 13h30m bajo el constante xirimiri y como el plan es subir por la pista hasta el Hotel Refugio de Áliva (Tel. 942730999) donde hemos reservado habitación y el trayecto a través de la pista se puede realizar en poco mas de hora y media, entramos en el Bar Vicente a tomar una ración de queso picón y una cerveza, es la hora propicia para un muy sobrio almuerzo. El pobre Joseba queda muerto de hambre pues para un mozarrón de 32 años eso es un aperitivo, bueno, luego se vengará en la cena en Áliva.

Ermita de la Santuca de Áliva


A las 14h20m, bajo el xirimiri, iniciamos el ascenso por la pista sin darle mucha importancia a la escasa humedad que cae, nos lo tomamos con mucha tranquilidad en animada charla. Pasados los Invernales de Igüedri nos cruzamos con un numeroso grupo de jóvenes británicos, bajan demasiado abrigados, luego, al ascender, comprobaremos en carne propia los 8/9 grados del frío viento que sopla del norte con cierta fuerza.

Pastizales de Áliva


Los Picos de Valdecoro están medio tapados por las nieblas dando una visión casi fantasmagórica a los alrededores todos muy verdes y húmedos, no obstante al ir ascendiendo con cierto brío, no nos hace falta ninguna protección contra el frío viento.

Hotel Refugio de Áliva


Un ganadero sube con el todoterreno tocando el claxon con insistencia para alertar a las ovejas que ha llegado la hora de la merienda, la niebla no permite ver a mas de 40 metros de distancia.
A las 16h25m llegamos al Hotel Refugio de Áliva coincidiendo al entrar con otros tres montañeros que también se hospedarán aquí, Itziar, la joven de recepción nos da las explicaciones pertinentes relativas a los horarios de cena y desayuno además de la historia de las instalaciones de las explotaciones de las Minas de las Manforas en las cercanías, de la extracción de blenda acaramelada, plomo y zinc, explotadas desde el año 1954 hasta el año 1989.
El hotel fue construido a principios del siglo XX como refugio de montaña para uso de la nobleza que era la única que se podía permitir estos lujos, en él se alojó Alfonso XIII antes de recibir el obsequio del Chalet Real en 1.912. En 1973 se cedió a la Diputación de Cantabria y por desgracia se incendió al mes siguiente, durante 10 años solo funcionó el edificio mas bajo. Así es como yo lo conocí en Mayo de 1.984. Ahora está reconstruido, las obras duraron 3 años, es un lugar ideal para iniciar innumerables excursiones por estas bellas montañas.
A casi 1.800 m de altura y bajo las espesas nieblas, la calefacción del hotel está a todo gas a estas alturas del verano, casi no me lo puedo creer.
Junto a Nacho, éste de Oviedo, Bartolomé y Toño, ambos de Cistierna, además de Joseba, a excepción de otras dos parejas, seremos los únicos huéspedes, eso sí, animando la cafetería y el comedor como si estuvieran repletos de gente.
Es este un espectacular emplazamiento, la lástima es que no podremos disfrutar de los panoramas que ofrece pues las nieblas se mantendrán durante la tarde, noche y también por la mañana cuando amanezca.
Datos del GPS: Distancia recorrida 7,4k. Tiempo en movimiento 1h55m. Tiempo detenido 7m. Tiempo total empleado 2h2m. Media en movimiento 3,8 k/h. Media total 3,6 k/h. Desnivel acumulado 810m.

PERFIL DE LA JORNADA