SAHAGÚN – MANSILLA
DE LAS MULAS Kmts. 35
Día 9-5-93. Como de costumbre me levanto muy temprano y aprovecho para hacer algunas fotos de las iglesias a esta hora de la mañana en que el sol las ilumina de forma perpendicular con ese colorido tan bonito. Después de hacer el recorrido interior y pasar por debajo del Arco de San Benito, a las 9 inicio la jornada abandonando Sahagún y cruzando el río Cea a través de un estrecho puente y continuar hasta una bifurcación para entrar en Calzada del Coto, el Camino inicia una pista especial y reservada para los peregrinos con árboles recién plantados a la izquierda y algunos lugares de descanso con bancos y mesas, más bien parecen zonas de recreo de las que hay al lado de las autopistas. En Bercianos, que es el primer pueblo por el que atravieso, compro una botella de vino para acompañar la comida y algo de bebida, esta será una jornada bastante calurosa. Continúo por la monotonía de esta curiosa senda moderna sin encontrar a nadie, parece que los peregrinos han desaparecido por arte de magia, imaginaba que me encontraría con alguno al menos. Antes de llegar a El Burgo Ranero hay unas charcas y un animado concierto de ranas. Nada más pasar El Burgo Ranero, en una alameda y a la sombra de unos árboles preparo el mantel y me dispongo a hacer un relajado almuerzo, son las dos de la tarde.
Dos
niñas curiosean
y me preguntan por mi aventura, viven en León y
sus padres tiene casa en El Burgo Ranero, se marchan
rápidamente, se les hace tarde
para comer. Yo me lo tomo con calma, casi me quedo dormido tumbado sobre
la hierba, sin ningún ruido y el murmullo de los pájaros
me entra cierto sopor. No puedo despistarme, mi cuñado Jose tendrá que
llevarme de regreso a Frómista y luego él retornar a León nuevamente,
así que no quiero que le pille la noche por el camino.
Ahora me toca la peor parte, son 13 kmts. hasta Reliegos siempre
teniendo en el horizonte la línea que forman los jóvenes árboles
de la parte izquierda del camino. En uno de los merenderos encuentro
a un matrimonio y una joven holandeses que están haciendo el Camino
en bicicleta, llevan un coche de apoyo que les va esperando en los cruces
de las carreteras, charlo con ellos brevemente, con las bicicletas ellos
van más deprisa. El calor es muy intenso, tengo que dosificar
la bebida que aunque se ha calentado mucho, al menos sacia la sed. En
Reliegos me tomo una buena cerveza bien fresca y con
mucho humor continúo
los 5 kmts. que me faltan para llegar a Mansilla de las Mulas,
que también
se me hacen larguísimos, voy viendo la torre de la iglesia y las
casas al fondo y parece que no llego nunca. Pasadas las 5 de la tarde,
por fin, llego a Mansilla, llamo a mi cuñado a León y
me dispongo a esperarlo cómodamente sentado en la terraza de un restaurante
de la carretera hasta la hora que llegue. Tomamos la carretera hacia
Frómista en medio de una aparatosa tormenta,
hacemos una breve parada en Sahagún y nos desviamos
unos kilómetros para
visitar el Monasterio de San Pedro de las Dueñas,
otra joya del arte mudéjar. Al final llegamos a Frómista,
nos despedimos, tomo mi coche de la gasolinera y conduciendo para Madrid. |