SÁRRIA - PALAS DE REY Kmts. 45

Día 28-9-93.Me levanto a las 7 y a las 7,30 salía de Sárria, hay mucha niebla así que es difícil ver los alrededores. A los pocos minutos de abandonar la ciudad hay que cruzar el río Celeiro a través de un bonito puente medieval denominado Ponte Aspera, me resulta difícil hacer alguna fotografía, no solo por la niebla sino porque el puente está rodeado por mucha vegetación. Una vez pasada la vía del tren por un puente, el Camino penetra en un bonito bosque de robles y que nuevamente me recuerda al bosque encantado. A medida que asciendo hacia un montículo comienza a abrir la niebla y sale el sol iluminando los verdes campos. Al fondo comienza a aparecer una especie de antiguo monasterio llamado Santiago de Barbadelo, algo deteriorada su bonita iglesia románica con el cementerio al lado, como es costumbre en Galicia. Comienza a subir la temperatura así que me quedo en manga corta y pantalón corto, cada vez va templando más. Voy cruzando varias aldeas y alguna iglesia románica, como la de Peruscallo, también varios cruceros típicamente gallegos.

Barbadelo

Sigo viendo cada vez más peregrinos jóvenes, aunque realmente cuando me los encuentro es pasado el mediodía, que es cuando doy alcance a los que salieron por la mañana mucho más adelante que yo, por ejemplo, a partir de la 1 comenzaré a alcanzar a los que salieron de Portomarín, a pesar de que han iniciado la jornada 20 kmts. más adelante. Los que inician la jornada, como yo en Sárria, lo harán pasadas las 9 de la mañana, de tal forma que no los volveré a ver. El cruce de pequeñas aldeas es constante, al llegar a un alto se distingue la depresión que forma el río Miño y enfrente en la ladera Portomarín. Comienzo el fuerte descenso hacia las aguas represadas del Miño, es la presa del Belesar, las aguas están muy bajas, por tanto ha quedado al descubierto el viejo y diminuto puente y algunas construcciones en los márgenes, el cruce se hace por un moderno puente muchísimo más alto. Portomarín hubo de ser construido fuera del alcance de las aguas de la presa, de tal forma que la bonita iglesia románica fue transportada piedra a piedra y vuelta a construir en su actual ubicación. Hago una larga parada para visitar Portomarín, su iglesia de San Nicolás, Iglesia de San Pedro, también románica y la plaza con sus soportales. Nuevamente me pongo en camino para cruzar un pequeño arroyo a través de un gran puente, el reculaje de las aguas del pantano llega a esta zona, penetro en otro bosque de robles, se agradece la sombra sobre el camino pues es una zona de constante ascenso y hace bastante calor. En la aldea de Castromaior me paro a contemplar otra iglesia románica, a continuación otra empinada cuesta hasta llegar a una carretera.

Portomarín-Iglesia de San Nicolás

Una joven peregrina descansa sentada en un banco, la pobre no puede con su alma, sus compañeros han seguido, ella está muy desanimada, la arrastro conmigo, charlando parece que tiene alguna fuerza. Llegamos a un pueblo llamado Ventas de Naron donde hay un carromato que vende refrescos y bocadillos, está lleno de jóvenes almorzando, la chica encuentra a sus compañeros. Aprovecho también para hacer la parada y comer, podré tomarme una buena y fresca cerveza. Al cabo de media hora me despido de todos y continúo la jornada, antes de entrar en la aldea de Ligonde hay otro bonito crucero, lo mismo que algo más adelante en Eirexe. A ratos me reúno con algún grupo de jóvenes acompañándolos un rato, luego sigo adelante. Una vez cruzado el Regato de Portos, tomo una desviación a la derecha, a través de un camino cruzo hasta la carretera principal y a continuación otros 3 kmts. hasta el Monasterio de Vilar de Donas, hermoso templo románico, donde estuvieron instalados los Caballeros de la Orden Militar de Santiago, defendiendo el Camino de asaltantes y bandoleros. Vaya joya del románico y que bien conservado está, tiene unas pinturas originales en el techo y en las paredes además de una especie de sarcófago tallado en piedra de granito, una verdadera maravilla. Ha merecido la pena hacer el desvío. Hay una excursión de alemanes con un autobús, le pregunto a la guía si pasarán por Palas de Rey, si no les importa llevarme. Bien sentado e invitado a una buena ración de pastas caseras, los 8 kmts. hasta Palas se me hacen un suspiro. Han llegado a Palas de Rey muchos de los jóvenes, han llenado el Albergue de peregrinos, los pobres están molidos sentados por todos lados, descalzos y derrengados. Me dirijo a la salida del pueblo, a un hostal donde tomo habitación. Hay varios peregrinos hospedados, los veo a la hora de la cena. Como estoy rendido también a las 10,30 a dormir, mañana será otra dura jornada.