GRANDAS
DE SALIME - O CÁDAVO (BALEIRA) Kmts.
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Día 18-5-01. Nuevamente retomo el Camino de Santiago llamado Primitivo, donde lo dejé el otoño pasado, en Grandas de Salime, con el fin de llegar a Santiago de Compostela en 4 días. Anoche tomé en Madrid un coche de Alsa para bajarme en Lugo a las 6,15 de la mañana, para al cabo de una hora tomar otro autobús que me traslada hasta Fonsagrada y desde aquí hasta Grandas de Salime los 28 kmts., un amable paisano me baja hasta la entrada de Grandas, vaya suerte he tenido.
En la zona del Puerto del Acebo, cuando pasamos con el coche, había mucha niebla y un fuerte y desagradable viento frío, pero algo más tarde cuando paso andando había despejado y haciendo un día muy agradable. A las 9 comienzo el camino que en algunos momentos aprovecha la carretera, en tramos con hierba hay mucho rocío de tal manera que me calo las botas y pantalones, en otros termino embarrado hasta las rodillas, esa mezcla espesa de barro y boñigas de vaca repugnante y desagradable, así que a ratos tomo la carretera que no tiene casi tráfico y camino muy bien.
Me dicen que ha llovido muchísimo hasta hace dos días, así que el campo y los árboles están preciosos, da gusto verlo todo tan verde y con tantas flores, los paisanos no se quejan este año de la sequía, algo les debía salir bien, pues, generalmente todo son desgracias para ellos. Hay zonas de la carretera llenas de caracoles pisados por los coches, además de otros animalillos de humedad como sapos, ranas, babosas, salamandras, etc. son muestra de lo que ha llovido. Voy cruzando varias pequeñas aldeas de 5 o 6 casas, casi todas vacías y las casas y otras dependencias hechas de lajas de pizarra, algunas de granito con una apariencia de humedad tremenda. A veces me paro a mirar hacia atrás, por donde pasé en el otoño, especialmente el descenso hacia el Pantano de Salime, ahora puedo comprobar el tremendo desnivel. A ratos el camino cruza bosquetes de pino o roble, entonces es un placer caminar por la sombra y con el arrullo del canto de multitud de pájaros, también el cuco se hace notar a lo lejos, claro síntoma primaveral. He cruzado por zonas con grandes y bonitos ejemplares de acebo y también abedules y carballos, estos andan un poco retrasados en brotar sus hojas.
A medida que va entrando el día, la temperatura asciende y llega a hacer calor, pero en las partes más altas y con orientación norte, la brisa es más bien fresquita. A ratos tengo buenas perspectivas de la Cordillera Cantábrica a la altura de los Ancares, con sus laderas del oeste cubiertas por la nieve, aunque ya pocos días les quedan para desaparecer el manto blanco. También he tenido a la vista la comarca de los Oscos y que algún día visitaré pues he leído que es muy bonita y está muy cerca de est zona. Hacia la una, antes de llegar a Fonsagrada, alcanzo a dos maduros peregrinos franceses, salieron a las 7 de la mañana del mismo sitio que yo y en 26 kmts. les he dado alcance y eso que no voy muy deprisa, uno me saca un par de años y el otro es algo mayor, pero dicen estar acostumbrados a caminar, de hecho han recorrido el Camino de Santiago por diferentes itinerarios, pero uno de ellos no anda sobrado de fuerzas, se quedarán a dormir en Fonsagrada.
Como son las dos y tengo un hambre terrible, pregunto donde hay un sitio recomendable, así que en el Restaurante Cantábrico me aposento en el comedor, casi completo, con intenciones de comer dignamente. La recomendación fue buena, así que he comido como un señor y a buen precio, además de una larga sobremesa de casi dos horas para prepararme y afrontar lo que me queda de jornada que será larga y dura. Ya he mencionado que este Camino Primitivo es tremendamente duro, constantemente subiendo y bajando cuestas muy inclinadas. En el Alto do Hospital a casi 1.000 mts. de altura, disfruto de un amplio panorama, cuando estoy sacando alguna foto y en plena contemplación, aparece un paisano, que resultó llamarse José Antonio, con quién me entretengo en animada charla.
Me
cuenta que hace bastantes años había
aquí una especie de venta con una pequeña iglesia que cuando
hacía mal tiempo y no había visibilidad, tocaban la campana
para que la gente se orientara, pues era paso obligado con el ganado
para trasladarlo a las ferias y a otros pastos. Ahora todo está en
ruinas y nadie pasa ya por aquí, me despido de José Antonio y
en la aldea más abajo, Paradavella,
me encuentro casualmente con su tío. Ahora cruzo otra aldea con un nombre realmente curioso "A
Degolada", no me puedo imaginar por la razón de que se lo
hayan puesto, sin embargo está ubicada en una zona de bosque de
robles y un paraje precioso. Cuando comienzo el descenso a mi destino
de hoy, una vez he cruzado la aldea de A Fontaneira,
y siendo las 7,30 de la tarde, una fría brisa comienza a soplar que me va poniendo
los pelos de punta, la temperatura baja de forma acelerada y yo también
bajo acelerando, así que poco más tarde de las 9 llego
a O Cádavo y como el único sitio para pasar la noche es
el Albergue de Peregrinos, hacia él me dirijo, tiene un cartel
en la puerta con un número de teléfono, enseguida viene
una señora, me dice que soy el único inquilino. El albergue
está muy bien cuidado y es nuevo, tendrá un año
de uso. Al poco rato viene su marido (Leandro)
y que muy amablemente me deja las llaves y quedamos para mañana a las 8,30 de la mañana
para despedirme. Tengo un sueño terrible y con la quietud y tranquilidad
que hay, creo que voy a caer grogui, han sido 52 kmts. que Leandro dice
es la primera vez que ha conocido a alguien que haya caminado
semejante distancia. Las montañas que he transitado en el día de
hoy, sobre todo la última parte, separan las cuencas de los ríos
Eo y Navia, siempre sobre
una altitud entre los 900/1.000 mts., mañana
pasaré a la cuenca del Río Miño. |