O
CÁDAVO
(BALEIRA) - LUGO Kmts. 32
Día 19-05-01. Amanece otro hermoso y radiante día, aunque a esta primera hora, abajo en los valles hay nieblas, un poco más tarde levantarán y hará bastante calor, no como en Madrid, según me dice Manoli llueve intensamente y está desagradable, que suerte tengo. He dormido como un lirón, no he escuchado ningún ruido, así que toda la noche de un tirón y bien calentito en el saco de plumas sobre un buen colchón y almohada. Me dice Leandro que el albergue lo inauguraron hace un año, está muy bien atendido y cuidado, incluso tiene una cocina de vitrocerámica para quién tenga que cocinar, no falta un detalle. Escribo esta crónica sentado en la plaza Mayor de Lugo y como es sábado hay lleno total, además un conjunto de música gallega ameniza la tarde con su música de gaitas y voces bien conjuntadas, muy buen ambiente.
Pero volvamos a la crónica del día, me levanto a las 7,45, recojo las cosas y a las 8,30 Leandro me recoge y nos vamos a tomar un buen café con leche, el se marcha a coger setas a Villablino (León) con un amigo. Poco antes de las 9 comienzo la jornada ascendiendo por la Serra de Vaqueriza a través de un pinar que me protege del fuerte viento, las copas se mueven y silba el aire. A partir de aquí las alturas se van suavizando, de tal forma que ya no hay fuertes desniveles, son menos pronunciados. Muy a lo lejos tengo la primera perspectiva de Lugo, aún me queda un largo camino para llegar. Los arrendajos y las tórtolas me van alegrando el cruce del pinar y enseguida llego al primer pueblo, Vilabade, donde hay un pazo convertido en hospedería y un buen templo gótico. Varias casas de fin de semana con magnífica construcción de granito y bien cuidados jardines, todas ellas con un estilo muy similar, debe ser el mismo constructor.
Alcanzo a un matrimonio (César y Casilda), catalán él y gallega ella, una vez jubilado han preferido la hermosa y plácida Galicia para pasar lo que les quede por delante, como les gusta caminar, especialmente a él, muy aficionado a las setas, todos los días se tiene propuesto andar 20 kmts. Seguimos charlando animadamente hasta Castroverde donde nos despedimos amistosamente. Me dirijo a un horno donde me dicen tienen buenos dulces, compro una tarta de Santiago pequeña que está para chuparse los dedos, por 350 pts. tendré para un par de días.
El camino sigue ahora por zonas arboladas y a través de alguna corredoira donde me meto hasta las rodillas en varios barrizales con añadidos de otros compuestos más desagradables, pero compensados esos pequeños momentos de apuro con muchos otros disfrutando de hermosos parajes llenos de centenarios castaños y bonitos prados con la hierba intensamente verde y coloreada por miles de florecillas y al cántico de enjambres de grillos que no paran de grillar. Cuando voy relajado y ensimismado en la placidez del bosque, de pronto una explosión en el cielo me deja paralizado, veo la pólvora quemada de un cohete, fiesta en el próximo pueblo. Según me acerco a Souto de Torres, la siguiente aldea, un sonido de música a muchos watios me hace recordar el campamento de Techno-Mad en las Alpujarras. Enfrente del cementerio, donde hay una pequeña iglesia de una virgen muy venerada, han montado un escenario con enormes altavoces que ahora están probando con música a toda caña, desde luego si yo fuera uno de los difuntos, ya habría salido disparado, aunque no lo soy, también salgo como alma que lleva el diablo. Son las 12 y según me dicen los paisanos, a la 1,30 habrá misa, vino y vermut, que me quede, no sé si lo del vermut es música, vino o comida, pero rápidamente me alejo del lugar, está lleno de puestos con dulces y venta de medallas de la virgen, poco a poco van llegando varios coches y se van colocando en recintos acordonados, así que supongo habrá lleno total.
Poco después, antes de entrar en Vilar de Cas, un joven termina la faena en el campo y se dirige a la aldea, nos enrollamos en animada charla hasta su casa, donde me invita a beber 3 o 4 vasos de rica y fresca agua. En esta parte del camino y hasta Lugo, la señalización brilla por su ausencia, verdaderamente deficiente, hay muy pocas señales y las que hay casi no se ven por falta de repaso. Después de Vilar de Cas me encuentro una pequeña aldea abandonada, "Soutomerille", cubierta de vegetación y con una iglesia, que según he leído es de origen prerrománico, ubicada en un hermoso y solitario paraje rodeada de castaños centenarios y grandes robles, realmente bonito este lugar. Algo más adelante una cantera ha dejado un gran hoyo rellenado por agua y repleto de ranas en pleno concierto ensordecedor. El camino continúa ahora pasando por pequeñas aldeas y parajes muy parecidos, a veces salgo a la carretera y al poco rato de nuevo entro en el bosque para llegar a los alrededores y dar vista a Lugo hacia las 5 de la tarde. Como el calor es sofocante y hay mucha circulación, a menos de un kilómetro de la ciudad, una amable joven (Lola) me lleva hasta la parte antigua, a un paso del Hotel Mendez Núñez, dentro del recinto amurallado, donde ayer reservé habitación para pasar la noche. Así que a las 5,30 tomo habitación, buen aseo, pequeño descanso y a dar una vuelta por la zona vieja.
La
temperatura comienza a descender vertiginosamente, son las ocho y aunque
el sol sigue luciendo, la brisa
que llega hace temblar, habrá que recogerse. En el interior de
la cafetería es otra cosa, la plaza es muy bonita, la fachada
del ayuntamiento de granito tallado con el estilo típicamente
gallego y ese aire provinciano, en el buen sentido de la palabra, la
vida sosegada y apacible por sus estrechas callejuelas y a las 10 nadie
por la calle, pues en alguna bocacalle el fresco viento corta como un
cuchillo. |