RIBADISO DE BAIXO - SANTIAGO (LAVACOLLA) Kmts. 30

Día 21-5-01. Anoche después de cenar, me enrrollé con un grupo de peregrinos alemanes que hacen el Camino a caballo, así que a las 10 bajé al albergue, aquí otro pequeño enrrolle con dos matrimonios vascos y a las 11 al concierto. Seremos unos 30, por tanto rápidamente comienza la música, el trombón da entrada a la trompa y así sucesivamente los 3 o 4 artistas nos dan la serenata acostumbrada. Hacia las 12, ya cansado de tanta música y pensando que el concierto duraría hasta el amanecer, cojo los bártulos y me voy fuera al comedor, me ubico en el suelo de cemento pero con mi esterilla supersónica, a dormir como un angelito, he de dejar la puerta abierta para que entre el fresco y el placentero sonido del cercano arroyo y la agradable luz de la luna, nada comparado con la sala de conciertos. A las 6,30 me levanto, recojo las cosas y antes de las 7 abandono el albergue en una hermosa mañana agradablemente fresca. En Arzúa me tomo un buen café con leche y enseguida tomo velocidad de crucero, 5/6 kmts. por hora, que ya es buena marcha. Enseguida alcanzo a una joven australiana, que dejó el albergue algo antes que yo, la pobre va algo derrengada. Otro par de kmts. y también alcanzo a un maduro brasileño (José Bernaldez) con quién voy charlando un buen rato. De nuevo en solitario durante cerca de dos horas hasta alcanzar a una señora mayor belga (Cristina) que junto al apoyo de su marido en una caravana, va haciendo unos 15 kmts. diarios. Paso por el monumento al peregrino alemán que falleció en el año 1993 y más adelante el de Mariano Sanchez-Covisa, fallecido el 23-9-93 haciendo también el camino. Este hombre fue muy conocido y protagonista en la transición en los años 70, era el dirigente de los Guerrilleros de Cristo Rey, grupo de infame recuerdo por su carácter violento y agresivo. En el ascenso al Alto de Santa Irene, con el calor ya apretando bien, siendo las 10,30, mis tripas rugen como leones, así que me acerco al Hotel O Pino a comer un trozo de queso y un vasito de albariño para aliviar el apetito. Ahora ya tengo el final bien cerca, así que voy estableciendo el plan a seguir. De ir todo según lo planeado, llegaría a Santiago y tomaría el autobús para Madrid a las 9,30 de la noche y llegar a casa sobre las 6,30 de la mañana, por tanto toda la noche de viaje. Según me voy acercando a Lavacolla y al pasar al lado del aeropuerto, tomo una decisión, entro en el aeropuerto, veo los vuelos y los precios y si me interesa, retorno a casa cómodamente. Abandono el camino en el kmt. 10 y entro al aeropuerto, Spanair tiene un vuelo a las 3,30, ahora es la una, el billete especial para peregrinos cuesta 10.000 Pts., decidido, a casa en avión. Al llegar a facturar a la 1,30 y a la vista de los pocos pasajeros, supongo, sorpresa, se suspende el vuelo, vaya chasco. Me proponen ir en el vuelo de Iberia de las 6,30 y me dan un vale para la comida, que remedio, podía haber sido peor. De todas formas me queda la sensación de que me han tomado el pelo, pues a la 1, cuando compré el billete, seguro que ya sabían de la cancelación del vuelo, en fin seremos pacientes. Los 10 kmts. que me han faltado para llegar a Santiago son los más pesados del recorrido, primero el paso por el Monte do Gozo y sus construcciones apoteósicas, luego las vías de acceso a Santiago, con el intenso tráfico, ruido, semáforos, etc. total que la misión estaba cumplida y era conocer el Camino Primitivo por el interior del Principado de Asturias y Lugo.