PUENTEDEY – SALINAS DE ROSÍO Km 33,6

Día 17-04-07. Rosa, con su taxi, está puntual a recogerme a la puerta de la casa rural donde he dormido, a las 7h30m, como quedamos anoche. La casa rural está ubicada en las antiguas escuelas que han sido rehabilitadas y bien acondicionadas para recibir huéspedes, la verdad es que lo han hecho muy bien, han quedado estupendas y cómodas.
Una espesa niebla lo cubre todo alrededor, luego, a media mañana despejará y quedará un hermoso día para disfrutar por esta parte del norte de Burgos denominada Las Merindades.

Puentedey


Como la distancia por carretera entre Pedrosa y Puentedey es muy corta, en pocos minutos me deja Rosa con tiempo para hacer una pausada visita a la parte antigua donde está la iglesia, Palacio de los Porres y alguna vieja casona, todo ubicado en la parte más alta, dando vista al Río Nela. De nuevo contemplo el puente natural por donde pasa el Río Nela, ahora con bastante caudal de agua.
Sobre las 8, acompañado por la intensa niebla, inicio la jornada por el GR1 al lado de la inacabada vía del ferrocarril por un placentero camino a la vera del río entre chopos álamos y fresnos en la placidez de la mañana, arrullado por los cánticos de pajarillos y el murmullo de las aguas.
Al poco rato de salir de Puentedey llego a Brizuela, un pueblo al lado de lo que pudo ser la estación del inacabado ferrocarril, la edificación está siendo restaurada.
Gira a la izquierda el GR1 para llegar a una zona de recreo entre choperas y por un pequeño y estrecho puente cruza el Río Nela que ahora pasa a través de un escarpado cañón calizo. La senda pasa justamente entre la pared y el caudaloso cauce del río, apreciándose que cuando se desborde, la senda quedará cubierta por las aguas, no es este el caso ahora afortunadamente.

Escaño


Se eleva la senda para buscar la entrada en el casi deshabitado pueblo de Nela que se ubica en lo alto, al abrigo de la montaña. Cruzo el pueblo sin ver a nadie ni escuchar ningún ruido para volver a iniciar un fuerte ascenso interrumpiendo el placentero desayuno, en las praderas, de media docena de ciervas que huyen dando fuertes saltos, escucho la llamada de aviso de las hembras, ese sonido ronco y desgarrado que a veces me ha parecido de un jabalí, no creí que un animal tan bonito y estilizado en sus movimientos pudiera producir un sonido tan extraño e inquietante.
A medida que tomo altura, las nieblas parece que quieren diluirse, pero eso aún tardará un buen rato, mientras tanto sigo por una carretera por una zona elevada hasta llegar a un sitio donde un cartel indica hacia un mirador natural, pero ahora nada podría ver desde allí, además tampoco es que se indique la distancia que hay que recorrer, por lo que continúo para pasar al lado del pueblo de Sobrepeña, la niebla no me permite ver ni las calles.
Inicio el descenso entre un bosque de carrasca hacia un verde valle, las nieblas desaparecen y me permiten que disfrute de este bonito paraje, el sol brilla sobre la hierba húmeda, las rocas calizas alrededor muestran sus escarpadas paredes, cosas que antes la niebla tapaba. El pequeño arroyo sigue el curso del valle dando vitalidad a los prados pero complicará mi camino al estar embarrada una amplia zona de juncales, he de dar un amplio rodeo para evitar enterrarme en el barro hasta la cintura. Del otro lado del valle hay un pueblo llamado Escaño, ahora despierta con los intensos rayos del sol, se halla cerca de un recodo del Río Nela.

Salazar


El sendero que sigue el GR1 se eleva suavemente hacia un collado en el que hay una ermita restaurada, es la Ermita de San Bartolomé dando vista al otro amplio plano hacia el este. Cruzo un bello bosque de carrasca que en algunos tramos cubre completamente la parte alta de la senda produciendo una agradable sombra, el amplio plano está sembrado de cereales ahora muy verdes.
Sigue el GR1 en busca del bonito pueblo de Salazar, estirado en la soleada ladera dando vista a los amplios campos sembrados de cereales. Se aprecia rápidamente el origen del pueblo de Salazar, sus escudos heráldicos, casas nobles, etc. con el linaje de la familia Salazar, originaria, según parece del homónimo Valle Navarro y que los conflictos con otra noble familia de la época, los Velasco, provocó la destrucción de ambos grupos.
A la puerta de una bonita y moderna casa, su propietario se afana en alguna tarea cotidiana, su perro me recibe no de muy buenos modos así que su dueño se disculpa y provoca la lógica y agradable charla con la que ambos seguimos nuestros destinos con mejores ánimos.
Al final del pueblo de Salazar hay una casa rural que bien merecería una relajada y apacible estancia en un bonito estilo de arquitectura de la zona con amplios y bien cuidados jardines (Casa Turismo Rural El Kabautier, Telf. 947130041), muy recomendable.

Torme


Se eleva ahora el GR1 por las laderas de la montaña dando vista al pueblo de Villanueva la Blanca rodeado de verde intenso. Dos parejas de águilas elevan el vuelo al acercarme a la zona de encinas donde estaban posadas, majestuosas en su planeo.
Por un bonito camino mullido por la hierba, desciendo hasta Torme que es un pueblo bastante grande a la vera del Río Trema. Aquí hago una para en el único bar del pueblo donde, son ahora las 12h30m, me preparan un plato de chorizo frito y dos frías cervezas que devoro en un santiamén.
A la una en punto, cuando retomo el camino, la temperatura es bastante fuerte así que en pantalón corto aguanto mejor el calorazo. Un solitario camino me lleva por pequeños valles y bosques de quejigo entre escarpadas rocas calizas, la soledad es total.
Paso al lado de la Peña Horrero que es un gran peñasco calizo donde hay enterramientos medievales, la peña destaca en medio del recoleto valle. Al pasar el collado y subir hasta un alto, doy vista a mi derecha a Medina de Pomar a lo lejos en una planicie, por mi izquierda las Lagunas de Gayangos, varios pueblos que destacan en el verdor de los valles y al norte el cordal cantábrico con mucha nieve en sus cimas.

Lagunas de Gayangos


Al mirar hacia atrás contemplo la Peña Dulla y los escarpes que cierran el Valle de Sotoscueva, por el sur destaca la Sierra de la Tesla, divisoria entre el Ebro y el Nela.

Salinas de Rosío


Sigue el GR1 hacia Bárcena de Pienza con alguna complicación para cruzar un caudaloso arroyo, el pueblo lo cruzo sin ver a gente y sigo hacia Quintanilla de Pienza por donde pasa la carretera que une Espinosa de los Monteros con Medina de Pomar con mucho tráfico, antes cruzo el Río Trubia por un puente. En Quintanilla de Pienza hay una fuente al lado de la iglesia, aquí puedo saciar mi sed con avidez.
La senda toma un camino que al principio ha sido cubierto de arena, pero luego se convierte en un barrizal infranqueable teniendo que salir a las tierras de pasto, luego ya se conforma en una pista hasta la pequeña aldea de La Riba. Un camino entre carrascas me va acercando a Salinas de Rosío en el llano, donde llego a las 4h20m de la tarde bajo un sofocante calor.
Como en Salinas no hay hospedaje, no me queda mas remedio que dirigirme a Medina de Pomar donde hay todo tipo de servicios y está a unos 11 km. de distancia. Llamo por teléfono a Alex (www.taxialex-medina.com telef. 654563341) para que me venga a buscar para llevarme a Medina donde me alojo en el Hotel Ciudad de Medina. Acuerdo con Alex que mañana a las 8h15m me recoja y me lleve nuevamente hasta Salinas de Rosío y así continuar con el itinerario del GR1.
Cuando estoy escribiendo esta crónica en el bar del hotel, me abordan dos ciudadanos ingleses que quieren cruzar un paraje de la sierra en el Puerto de la Magdalena. Total que en entretenida charla nos dan las 9h30m, hora de cenar y a descansar que mañana tengo otra intensa jornada.
Datos del GPS: Distancia recorrida 33,6 km. Tiempo en movimiento 7h13m. Tiempo detenido 1h19m. Tiempo total empleado 8h32m. Media total 3,9 k/h. Desnivel acumulado 667 m.

PERFIL DE LA ETAPA