ORBISO (CAMPEZO) – LOS ARCOS km 34,3

Día 16-05-07. Mariví, la dueña de la casa rural de Orbiso donde me he alojado, me tiene preparado el desayuno a las 7 en punto de la mañana, por tanto, poco después salgo al camino que en un par de km me lleva a Santa Cruz de Campezo en una fresca mañana algo nublada amenazando lluvia en las zonas altas por donde tengo que pasar más tarde.

Sierra de Codes - Costalera


El camino asfaltado cruza verdes sembrados de cereales teniendo enfrente la Sierra de Codes mi inmediato destino. En cuestión de media hora llego a Campezo continuando el itinerario del GR1 ascendiendo a la Ermita de Ibernalo por una pista asfaltada llena de cruces negras. Antes de llegar a la propia ermita, en una zona recreativa, tomo a la derecha para encontrarme con las balizas roja y blanca del GR1, craso error, mejor hubiera sido no haberlas visto pues me llevan en dirección contraria, es decir en descenso hacia Campezo, por tanto, cuando me doy cuenta he de retroceder y fiarme mas de mi GPS subiendo por una senda donde un cartel indica “Senda la Dormida” en constante ascenso hacia el imponente Barranco la Dormida.
Aisladamente vuelvo a encontrarme alguna baliza roja y blanca que me confirman ir por el buen camino aunque ya por el estrecho barranco no hay otra alternativa posible hasta el Alto de la Cogolla. El umbrío barranco está cubierto por espectaculares ejemplares de haya, es un estrechamiento con paredes calizas a ambos lados realmente sobrecogedor pero hermoso a la vez, sobre todo ahora que parece haberse hecho de noche, la oscuridad es casi completa.

Descenso al Santuario de Kodes


A medida que tomo altura el viento sopla con mas fuerza haciendo aparición la ligera llovizna, más arriba habré de protegerme, de momento en el frondoso hayedo voy a gusto.
Esta Senda la Dormida, también denominada Senda Costalera por ser el acceso a la Cumbre Costalera, un cordal calizo muy escarpado que dejaré a mi izquierda, un cartel indica que en pocos minutos podría llegar a dicha cima.
Al llegar al Portillo de Nazar he de abrigarme y protegerme para la lluvia que comienza a caer débilmente pero el viento arrecia del norte desequilibrándome en algunos momentos, al fondo, la cumbre de Joar (1.416 m) cubierta por las nieblas. Desde este punto, Portillo de Nazar, podría haber bajado directamente al pueblo de Nazar u Otiñano, pero me habría perdido uno de los puntos más espectaculares que he visto hasta ahora del GR1, el barranco en el descenso hacia el Santuario de Codes. He comprobado que el Valle de los Penitentes, un espectacular barranco que desciende entre agujas y paredes calizas, está algo mas hacia el oeste.
Inicio el cruce de la extensa planicie de La Llana con bellas panorámicas a ambos lados, lástima que el día no sea propicio para las fotografías. Por mi derecha el Valle del Río Ega y Santa Cruz de Campezo en primer término además del verde valle alrededor, el resto de zonas norte están cubiertas con lloviznas.

Camino al Santuario de Codes


Sin embargo hacia el sur el clima es radicalmente diferente, los pueblos, verdes campos y valles, están bellamente iluminados por el radiante sol.
Cresteo por el escarpado cordal intentando ir unos metros por la ladera sur para protegerme del intenso y frío viento, brezos y enebros cubren la cima que la senda va salvando como puede.
Al fondo, por la izquierda, sobresale la mole de La Plana (1.337 m) vista desde este lado nada hace intuir lo que veré luego en su ladera sur. Termino el cresteo en constante sube y baja, hasta el Alto de San Cristóbal desde donde intuyo el soberbio barranco por donde he de descender hacia el Santuario de Codes.
Enormes moles calizas a ambos lados del estrechamiento me anuncian el imponente desfiladero y el inclinado sendero que he de descender cuidadosamente y con muchas precauciones pues las rocas están húmedas por la llovizna.
Aparece por mi derecha la Peña de los Cencerros, escarpada aguja caliza que me impresiona al descubrirla y acercarme a su base. Por el lado contrario la Peña la Mujer, también me deja boquiabierto, sobre todo cuando desciendo unos metros por el inclinado y peligroso sendero. Una placa fijada en la pared de la Peña de los Cencerros supongo en memoria de algún fallecido escalando.

Descenso al Santuario de Codes


La senda zigzaguea para hacer posible el descenso por este pedregoso y peligroso desfiladero. Me voy deteniendo constantemente haciendo fotografías y contemplando este imponente estrechamiento. El sol ilumina profusamente el bonito pueblo de Torralba y sus verdes alrededores, también el Santuario de Codes en medio del bosque de gigantescos quejigos, qué bonito entorno, parece un sueño.
Voy descendiendo con mucha precaución hasta encontrarme con un montañero que sube a Joar, una breve charla pues a nadie he encontrado en toda la mañana.
Desde las zonas altas también he contemplado Montejurra, el Castillo de Monjardín, Peña Isasa, Moncayo, Cameros, etc. etc. una panorama en grandes distancias.
Antes de llegar al Santuario de Codes, cruzo entre gigantescos ejemplares de roble que impresionan por sus dimensiones, finalmente llego al santuario donde hay una hospedería y donde se guarda la imagen de la Virgen. No puedo acceder a ninguna dependencia pues están cerradas y no hay nadie por los alrededores.
El itinerario sigue ahora por una pista asfaltada sin tráfico ninguno entre un bonito bosque de carrasca con destino al pequeño pueblo de Otiñano.

Escarpadas Agujas en la Sierra de Codes


La única atracción de la pista son algunos lagartos que tomando plácidamente el sol salen disparados al notar mi presencia, ningún vehículo interrumpe mi agradable caminata hacia Otiñano que aparece en las faldas de la Sierra de Codes, justo debajo del Portillo de Nazar desde donde, como decía, hubiera podido bajar de forma directa, pero me hubiera perdido los emocionantes momentos narrados anteriormente.
Como quiera que la balización se ha mostrado absolutamente deficiente, a continuación tendré otra desagradable sorpresa cuando entre en Otiñano pues ninguna señal, baliza o indicación de la continuación del itinerario del GR1 hacia el pueblo de Desojo. El casi deshabitado pueblo de Otiñano no me ayuda en mi propósito de continuar hacia Desojo por lo que viendo una casa habitada y una señora mayor en una ventana, le pido consejo por el camino mas conveniente. Su consejo final es seguir hacia el pueblo de Mirafuentes y allí preguntar por el camino a Desojo. Estoy ahora en plena Comarca de Berrueza, cuenca del Río Odrón.
Mi GPS indica un camino pero unos perros poco amistosos y al no haber ninguna indicación, me obligan a optar por ir hasta Mirafuentes, pero en la distancia veo un camino que asciende hacia el punto donde intuyo se halla Desojo. Un tractorista limpia una viña, le pido ayuda y me indica que ese camino, efectivamente sigue hacia Desojo, aunque añade, no está muy seguro si es transitable.

Santuario de Codes


Cruzo a través de sembrados hacia el camino que veo al fondo para seguirlo en fuerte ascenso hasta una especie de collado y cruce de caminos. Conclusión, antes de iniciar el descenso hacia el pueblo de Otiñano, cuando transitaba por la pista asfaltada, debería haber tomado una senda a la derecha que en poca distancia me hubiera traído hasta aquí mismo, con lo que me habría evitado una gran vuelta de al menos 3 km.
Bueno, ya en este punto y cruce de caminos tomo uno balizado de frente con base empedrada en algunos puntos con un trazado que me recuerda las calzadas romanas, camino algo deteriorado por la falta de uso y la fuerte erosión del agua y el paso del tiempo, por él transito muy agradable y placentero dando vista de nuevo a la espectacular Sierra de Codes.
Este bello camino me lleva al pueblo de Desojo, camino bien trazado como decía, algo abandonado pero que sigue perfectamente hacia Desojo que veo al fondo y que en poco rato alcanzo. Al llegar a la entrada me recibe el tractorista que araba una viña y quién me dio ciertas indicaciones. Me saluda cordialmente, le comento el itinerario seguido, otro paisano me contempla mientras bebo agua de la fuente, curioso desea le pregunte algo. La pregunta es si hay algún bar donde tomar un vaso de vino y algo sólido, su pregunta a cambio es mucho mas amplia, quiere saber de donde vengo, quien soy, a donde voy, etc. etc.
Me dice que hay un bar a la salida del pueblo en el cruce de carreteras, hacia allí me dirijo resultando ser un pequeño local en el propio ayuntamiento, local regentado por una agrupación de vecinos denominada “Balancín”.
En el pequeño bar hay 6 vecinos que se sorprenden ante la aparición de un curioso personaje, otro peregrino que se ha perdido dicen. No hay tal, amigos, un senderista bien informado, bien equipado y mejor orientado como podréis comprobar a continuación.

Sierra de Codes


Sorprendidos los paisanos deciden que el forastero será invitado con todos los honores que se merece, así que Adolfo Alvarez, encargado en esta ocasión, del bar, no permite que pague nada de lo consumido, que si bien no ha sido mucho, mas bien es cuestión de honor.
Abandono Desojo con cierta tranquilidad de espíritu, el placer del contacto humano es difícil de describir, sobre todo cuando no hay intereses de por medio, simplemente la natural comunicación entre seres humanos.
Sigo el itinerario hacia Los Arcos a través de sembrados de cereales que se mueven con el fuerte viento como si fueran los movimientos de las olas en el mar. Desde la zona mas elevada doy vista a lo lejos a Los Arcos, asentado a la vera del Río Odrón y al final del Cordal de los Cogoticos.
Tomo contacto con las flechas amarillas del Camino de Santiago pasando por la puerta de un nuevo y flamante albergue de peregrinos con mucho caminante descansando de las largas y calurosas jornadas.
Entro en Los Arcos a través de la Puerta de Castilla entrando en la Plaza porticada de Santa María y dirigirme al Hotel Mónaco donde he reservado habitación. El ambiente de los peregrinos llena por completo las calles de Los Arcos, así que como un peregrino más, me incorporo al ambiente y vivencias “peregrinas” durante unas hors, realmente estoy deseando abandonar este ambiente que no me hace ninguna gracia por la enorme masificación actual.
He entrado en Los Arcos sobre las 5 de la tarde.
Datos del GPS: Distancia recorrida 34,3 km. Tiempo en movimiento 7h17m. Tiempo detenido 1h37m. Tiempo total empleado 8h54m. Media total 3,9 k/h. Desnivel acumulado 1.072 m.

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