SANTUARIO DE CUEVA SANTA - ABEJUELA Kmts. 40 Día 22-04-01. Como quiera que, anoche, hacía un viento muy fuerte, el dueño del restaurante me recomendó montar la tienda en un pequeño barranco protegido de los vientos del norte a unos 50 mts. de las instalaciones. Así lo hice y luego se lo agradecí, hacia las 11 el viento se hizo racheado y soplando de manera infernal movía y hacía crujir los pinos, sin embargo a la tienda no le daba, solo a la copa de los pinos.
Hacia las 10 cerraron el bar y los dueños se marcharon, por tanto, con la excepción de dos perros atados en la trasera el único humano por los alrededores era yo metido en mi saco de plumas y en la bien protegida tienda. He dormido bastante bien, no como anoche en Bétera encima de la dichosa discoteca. Hacia las 6,30 comienza a clarear y naturalmente el canto de los pajarillos me despierta de forma gratificante, así que a las 7 comienzo tomándome un pequeño desayuno, un trozo de bollo comprado en Puçol y un vaso de leche bien fresquita, a continuación la logística. Al contacto con el húmedo suelo la tienda se ha empapado por debajo, pero la buena calidad del material, la abultada esterilla que llevo y el buen saco de plumas me han protegido perfectamente. La temperatura no debe ser superior a los 6 grados y la ligera brisa que sopla desde las 3 de la mañana hacen que más bien sea frío, así que enfundado en los guantes y para comenzar una buena cuesta, enseguida entro en calor.
Está amaneciendo, el cielo, que está algo cubierto con nubes altas, ha tomado ese color tan bonito, rojo-rosa-amarillo en pocos minutos pasa de un tono a otro. Vuelvo a pasar junto a las figuras religiosas que hay en el alto y que algún gamberro les ha roto la nariz. Distingo, hacia el noroeste, la silueta de Peñascabia y la zona del Alto Palanciá, también la cumbre del Pina por donde pasé haciendo el GR7. Al poco rato bajo hacia una rambla y ya la temperatura cambia radicalmente, a pesar de todo será como todos los días, a ratos pasaré calor y otros frío. Como sigo por el cordal en dirección Este-Oeste, las perspectivas siguen siendo las mismas, hacia el norte la Sierra de Espadán que separa el valle por donde discurre el Río Palanciá del Valle del Mijares, también el centinela permanente del Penyagolosa más al norte.
Por el sur el amplio valle que conforma el Río Turia y cuando giro la vista atrás el mar a la altura de Valencia y Sagunto, distinguiendo claramente Cullera al sur. Hoy circularé casi todo el día por la provincia de Castellón, antes de llegar a Sacañet entraré de nuevo en Valencia, por la mediodía iré un tramo en el límite de ambas y a media tarde entraré en Teruel. Al cabo de un par de horas de caminata entro en una zona plana muy amplia donde las motos de trial deben hacer sus correrías, hay muchas roderas y por todos lados están sus huellas. Cuando tengo a la vista el pequeño pueblo de Sacañet y unos 15 minutos antes de llegar, un matrimonio al lado de un coche analizan un mapa y dialogan sobre la ruta a seguir, se trata de José y Carmen, de Valencia que preparan una pequeña excursión por la zona, me enrrollo un buen rato con ellos y así hago un pequeño paréntesis.
Son las 11 y en Sacañet hay un bar de la sociedad de cazadores, muy rústico, pero para tomar algo es suficiente, así que me tomo un vaso de vino con algo de picar y me preparo para el duro ascenso a La Bellida. Este punto alto es muy redondeado y está a unos 1.330 mts. de altura con varias cumbres, es punto geodésico y magnífico mirador, también hay una gran antena de comunicaciones y gran cantidad de “neveras” unas construcciones muy antiguas que servían para conservar la nieve y utilizarla en verano para enfriar o conservar alimentos y bebidas en la capital, por la cantidad de ellas que hay en la zona, diría que se sacaba buen provecho económico, las construcciones son muy grandes hechas con bloques de piedra y supongo que una vez llenas las taparían con paja o algún protector para conservarlas del sol y así durar más.
Al descender unos metros llego al pueblo de Canales, casi deshabitado, pero como muchos otros, gente de las zonas de costa restauran casas y en cuanto tienen ocasión vienen a pasar algún día. En Canales no hay ni bar ni tienda, así que paso de largo en dirección al Collado de la Salada, al fondo en la Sierra de el Toro distingo la estación militar que hay en lo alto, a 1.500 mts. En el Collado tomo contacto con el GR7 y punto ya conocido al pasar haciendo dicho GR hace algunos años, en aquella ocasión y como consecuencia de un reciente incendio la zona estaba con un aspecto desolador, lleno de pinos quemados y todo destrozado, hoy con el paso del tiempo y la limpieza que se ha realizado ha cambiado el aspecto, ha crecido la vegetación y está muy verde. Siguiendo la senda, unos metros más adelante me encuentro con un abrevadero y una fuente con abundante chorro y fría agua, como son las 2 aquí haré el almuerzo.
Cuando estoy en plena faena, aparece un 4x4 con el conductor y su acompañante perdidos, les doy las indicaciones pertinentes y parten raudos a recorrer a toda velocidad estas autopistas que están hechas para otro tipo de circulación. Después de continuar caminando otros 300 mts. me encuentro la bifurcación que baja hacia Andilla siguiendo el trazado del GR7, esta senda es la que no encontré en la ocasión anterior, que me hizo perderme y tener algunos problemas de orientación. Tres chicas y un joven de Paterna disfrutan del almuerzo al sol, por supuesto me enrrollo con ellos, se han perdido y les recomiendo sigan la pista hasta la Ermita y Refugio de Bardés y desde allí bajar a Andilla donde dejaron su coche, de esta forma la excursión se hará un poco más larga y tendrán la ocasión de disfrutar de un hermoso panorama.
Como alguna de las chicas no estaba muy bien de forma y las ampollas habían hecho estragos en sus pies, me despido y sigo a mi marcha, ahora disfrutando del magnífico panorama que se divisa, a la espalda los Cinglos de Tarragones, unas paredes verticales, Andilla y La Pobleta abajo en el valle y hacia atrás La Bellida y Canales. En la Ermita de Bardés a 1.200 mts. de altura, se une la senda que viene de Andilla, yo comienzo un duro ascenso hasta el Collado de Bardés, a 1.407 mts. dejando a mi izquierda la cima de Beteta, la senda zigzaguea constantemente para ganar los 200 mts. y pasar a la Provincia de Teruel, en el Collado hace un fresquito de cuidado así que rápidamente a descender al barranco. En este comienzo por Aragón el GR10 está muy mal señalizado de tal manera que me pierdo en más de una ocasión, son barrancos arrasados por los incendios sin casi vegetación y muy áridos, solamente se nota la presencia de ovejas. Al pasar al Barranco de Magallón el bosque de pino de replantación es muy abundante y salvado de los incendios, ahora una fortísima bajada hasta la base del barranco y a partir de aquí se me harán interminables las dos horas que me quedan para llegar a Abejuela.
Paso
por la deshabitada aldea de La Cervera y continúo por un camino que asciende por otro barranco
para, al final, dar vista a Abejuela, pueblo
ya conocido y ubicado en un bonito lugar rodeado de montes. Ahora
vienen los problemas
de logística,
aquí no hay nada más que un bar que está en obras
de restauración, por tanto cerrado, así que decido, a la
entrada del pueblo, localizar un taxi en el pueblo mas cercano, mientras
estoy en ello, un paisano con su furgoneta me baja hasta La Yesa,
pueblo mejor comunicado. También aquí, intentando localizar un taxi
en Chelva, un coche con un matrimonio y su hija
me bajan hasta Valencia,
vaya milagro, me dejan en la estación del metro, aquí llaman
así al ferrocarril de vía estrecha y que al llegar a Valencia se
convierte en subterráneo. Me bajo en la estación de Autobuses
a las 9,30 y mientras espero la salida de Auto Res a las 10,30, me acerco
hasta una cafetería a cenar un plato combinado y finalmente a las
2,30 de la mañana aterrizo en casa. |