TERUEL - ALBARRACÍN Kmts. 38 Día 12-4-96. A las 7,30 salgo del hostal, justo en la esquina hay un bar abierto, me tomo un buen café con leche. La salida de Teruel es bastante larga, tengo que cruzar dos circunvalaciones para luego ascender por una calle hacia un repetidor que veo al fondo, ahora en las afueras de la ciudad y comenzar el cruce de la Muela de Teruel.
La mañana, como las anteriores, magnífica, fresquita y despejada, augurio de otro día caluroso. Hay una zona, a la derecha según voy caminando, de barrancos erosionados en sus laderas, con la tierra de unos colores rojos muy intensos que ahora, cuando les da la luz del sol de la mañana, enrojecen con más intensidad. Unos 3 kmts. antes de llegar a Campillo, primer pueblo que cruzo, se comienza a divisar la parte alta de la torre de su iglesia, apareciendo cada vez más según me voy acercando. Una vez en el pueblo, bebo agua y lleno una botella, no es fácil encontrar una fuente por estos pagos. Comienzan a aparecer abundantes sabinas y carrascas, ahora conformando pequeños bosques, con lo que el aspecto del terreno no es tan desértico.
Entre dos zonas de carrasca cruza una hermosa liebre por el camino, incluso se para a mirarme con osadía. En Campillo confirmé con los simpáticos paisanos, la posibilidad de tomar un camino que aparecía en el mapa, que saliendo del pueblo se dirige a en lazar con la carretera a unos 7 kmts., con lo que haría un corte de casi 2 kmts., además de andar por un buen camino, mucho más tranquilo y agradable. A las 12 entro en Bezas, enseguida me llega el olor de la panadería, había dentro 3 o 4 señoras, todas ellas se llevaban unas tortas que tenían un apetitoso aspecto. Con mi torta, recién salida del horno, me aposento en un banco a la sombra de un árbol y dispongo de ella sin darme un respiro, deliciosa.
No puedo comérmela entera, dejaré un buen trozo para el desayuno de mañana. Retomo el GR 10, que había abandonado ayer en Valacloche y me adentro por la Sierra de Albarracín, entre el bosque de pino y las grandes formaciones rocosas de rodeno con su impresionante colorido. La verdad es que el contraste del intenso rojo contra el verde de los pinos impacta a la vista. Este tramo se me hace algo pesado, todo el tiempo entre el pinar no me permite ver nada de los alrededores, además la soledad es absoluta, ningún ruido que no sea el sonido de los pájaros y la naturaleza, algo muy placentero pero que durante largo tiempo resulta monótono.
A mi derecha hay unas rocas muy altas, no resisto la tentación de intentar otear los alrededores, me subo a ellas para divisar un amplio panorama, un gran valle o planicie en la ladera norte. A través de un camino voy bajando por un vallecito hacia una carretera, por la izquierda aparece una patrulla de 6 soldados que andan de maniobras, nos encontramos en la misma carretera. Cuando pasan estoy terminando de hablar con casa desde el teléfono móvil, me dicen que estoy más adelantado tecnológicamente que ellos, desde su transmisor no han logrado contactar con su cuartel, tienen que renovarse. Los soldados se paran a comer a la sombra de los pinos, yo con la torta de media mañana quedé arreglado para todo el día.
Llego a la entrada del Parque Cultural de Albarracín, hay numerosas pinturas rupestres en los abrigos de las rocas. Visito algunas de las que hay en los alrededores de la senda, se ven perfectamente los animales pintados en las rocas. Continúo por el Barranco del Navazo, bellísimo paraje con varias fuentes y caprichosas formas esculpidas en las rojizas piedras de rodano. El barranco se va estrechando, a veces se abre un poco y aparecen algunos sembrados, hay un pequeño cauce de agua. A las 4 de la tarde comienzo a ver los alrededores de Albarracín.
Yo mismo me sorprendo de lo poco que he tardado en recorrer los 38 kmts., los recuento nuevamente, no me haya confundido, pero la cuenta está bien hecha. Aproximadamente 7,30 horas caminando a buena marcha y haciendo una buena media, la verdad es que deseaba llegar temprano para poder hacer una visita completa y con luz de día a Albarracín. Ya tengo otro pueblo más para añadir a mi particular lista de los más bonitos de España, es precioso, muy bien conservado y enclavado en una espectacular hoz del río Guadalaviar, está fortificado mediante una enorme muralla con grandes torreones.
Callejuelas muy estrechas, bonitas fachadas, balconadas de madera y rejas bien labradas en grandes ventanales. Me tomo un largo descanso en su tranquila y acogedora plaza Mayor a la sombra y tomándome una fría cerveza, da gusto visitar estos sitios sin aglomeraciones ni agobios. He subido a las murallas y torreones para tener una vista completa, desde arriba, de todo el conjunto, ha merecido la pena el esfuerzo y los sudores. Me he hospedado en el Albergue Juvenil Rosa Bries, nuevecito y primoroso en una gran casona restaurada y modernizada. El encargado que lo atiende me da una habitación de 4 literas para mí solo, no hay casi nadie, es un día de diario, me dice que me puedo llevar la llave. Me da sábanas y una vez que tengo todo organizado, el aseo lo dejaré para después, quiero aprovechar bien la tarde, me dispongo a hacer una visita a todos los lugares.
Como
decía, bonitas vistas desde las murallas, no solo del pueblo,
sino de los alrededores. Incluso tengo tiempo para bajar a la ribera
del río
y ver un viejo molino, además de disfrutar de sus frescas alamedas.
Hacia las 7 regreso al albergue a asearme, en el comedor unas señoras
preparan la cena, me permiten escribir la crónica en una de
las mesas, no podré cenar aquí por no haber avisado con
antelación.
Lo hago en el bar de la plaza a base de un buen plato combinado. Entra
en el bar un personaje bien trajeado junto a otros acompañantes
también elegantemente vestidos, es José Mª Mohedano,
toman vino y salen enseguida, por el trato familiar de la gente del
bar parecía asiduo. A las 10,30 estoy durmiendo en el albergue.
El grupo de 12 o 14 chicos y chicas están en el comedor recibiendo
clase a estas horas. Durante la noche oigo el relajante ruido de las
norias a
la vera del río que entra por las ventanas abiertas de par en
par invitando al reparador sueño. Antes de acostarme le he pagado
la cuenta al encargado, 1.400 pts. en un albergue que nada tiene que
envidiar
a un hotel de tres estrellas, me despido hasta pronto. |