PATONES – TAMAJÓN Kmts. 37 Día 23-4-99. También esta etapa, por dificultades de transporte, he tenido que realizarla en dirección oeste-este. El autobús que me ha traído desde Madrid, me ha dejado en Torrelaguna a las 8,30, he comprado pan y enseguida he tomado la carretera hacia Patones, así que durante 6 kmts. he caminado, en una mañana fresca y nublada, hasta Patones de Abajo, aquí he tomado una senda que asciende por la base del profundo cortado, en una fuerte subida, hasta Patones de Arriba. Unos obreros están acondicionando un amplio aparcamiento a la entrada del pueblo, pues al tener las calles muy estrechas, los vehículos no pueden entrar y dar la vuelta, otros obreros trabajan en la rehabilitación de algunas casas en estado de abandono. Cruzo Patones y asciendo hacia la parte alta, al collado desde donde se divisa el otro valle, desde el collado faldeo por la derecha durante unos 500 mts. para comenzar a descender rápidamente hacia una pista del canal que viene de la parte sur de la faja caliza. Comienzo el ascenso por el camino del canal, que pasa a la ladera sur, comienza a llover así que me pongo el chubasquero, la temperatura desciende bastantes grados. A medida que asciendo voy teniendo una buena perspectiva de todo el valle del Jarama y como la lluvia y el viento han limpiado la atmósfera, a pesar de la enorme distancia, puedo ver la ciudad de Madrid en la lejanía.
El valle del Jarama destaca por el verdor de las alamedas y algunos sembrados, además de los pueblecitos dispersos, a veces se produce un claro en el cielo por donde el sol ilumina un trozo del campo resaltando la intensidad de los variados colores. Según avanzo, ahora por todo lo alto de la faja, doy vista al punto donde se juntan los ríos Jarama y Lozoya con grandes alamedas en sus alrededores, es un precioso espectáculo, de frente hacia el este, en la planicie por encima del valle, destaca un pueblo muy cercano al cortado, supongo es Uceda. Al término de la última de las tres fajas, desde Patones, el camino gira hacia la izquierda e inicia un fuerte descenso hasta la estación de bombeo del canal, aquí asciende hasta el cruce de la carretera al Atazar, para nuevamente bordear la última faja por el sur. El camino comienza a ascender y a los pocos metros paso por la Cueva del Reguerillo, asciendo para curiosear, tiene dos entradas y se aprecia debe tener mucha concurrencia, varios letreros con recomendaciones a los aficionados y novatos de la espeleología. El camino comienza a ascender y se abandona por la derecha a través de un sendero que comienza a descender hacia el valle para encontrar nuevamente la carretera al Atazar, la senda gira hacia la izquierda por una zona de praderas y matorrales con poca definición pasando cerca de unas construcciones en ruinas a la derecha.
Comienzo a ascender, bordeando la faja por la ladera este apareciendo el enorme cortado de la derecha del antiguo embalse del Pontón de la Oliva, ahora vacío, termino en el cortado de la izquierda al lado de un sifón del canal. Hermosa panorámica del antiguo pantano, en el cortado de la derecha unos escaladores ascienden por las paredes, abajo la presa y el cuenco seco. Enfrente, hacia la derecha, en lo alto del monte, sobresale una zona erosionada con un intenso color rojizo cuando le da el sol, es una especie de cárcava. Cuando descendía de la Cueva del Reguerillo me crucé con dos jóvenes con quienes me entretuve un rato, me dijeron que venían de Alpedrete de la Sierra y se dirigían a la Cueva, me recomendaron que no me perdiera subir a la cárcava, merecía la pena el fuerte ascenso. Cruzo el Pontón hacia el lado contrario, por la carretera llega un numeroso grupo de chicos y chicas, son estudiantes de COU y les traen aquí sobre todo para una visita a la cárcava y los alrededores. Comienzo el ascenso por el camino del canal y a los 500 mts. lo abandono por la derecha y comenzar la fuerte subida a la cárcava, la senda está muy pisada, síntoma de que el lugar es muy frecuentado, son unos 150 mts. muy inclinados que me hacen sudar por los cuatro costados, pero mereció la pena. La cárcava es un semicírculo en el borde de una planicie, donde la erosión ha formado una serie de chimeneas, torres y canales muy profundas, terminando en un estrecho cono de desagüe, al ser tierras arcillosas y de color rojizo, cuando les da el sol adquieren un hermoso e intenso colorido.
Otro grupo de alumnos con sus profesores están observando con detalle el fenómeno, me siento tranquilamente en el borde y disfrutar durante algunos minutos de la belleza del paraje. Continuo mi caminata hacia el nordeste llegando a la cima de la planicie a unos 1.000 mts. de altura, desde aquí domino con la vista una gran distancia, hacia el norte las laderas sur de Somosierra, algo más al este la Sierra de Ayllón y hacia el sur las planicies verdes. Durante un trecho voy campo a través para a continuación contactar con un camino que, según el mapa, me llevará a Alpedrete de la Sierra. A lo lejos distingo un pueblo en lo alto de una loma, como supongo que es Alpedrete, hacia él me dirijo a derecho, cuando voy cruzando un jaral casi me choco con un corzo que estaba tumbado al abrigo del viento, los dos nos pegamos un buen susto, él salió disparado entre la maleza. Consulto el mapa y me doy cuenta que el pueblo que veo en la loma, a lo lejos, es Valdepeñas de la Sierra, Alpedrete queda mas a la izquierda en una hondonada, por tanto no lo veo desde donde estoy. Retorno al camino que seguía y algo más adelante termina en el camino del canal iniciando un leve ascenso a una loma pasando por delante de la Casilla de Alpedrete, una de tantas construcciones del Canal. Superada la loma aparece Alpedrete ubicado en una hondonada y al abrigo de los fríos vientos de la sierra, es un pequeño pueblo y como casi todos, casi deshabitado, algún que otro paisano de cierta edad cultivando pequeños trozos de terreno.
A la salida del pueblo tomo la carretera que se dirige a Valdepeñas, para a los pocos metros desviarme a la izquierda por otro camino del canal y durante 7 u 8 kmts. por unos parajes solitarios y cerca de dos horas de caminata llegar al cruce con la carretera que sube al pueblo de Tortuero. Durante el trayecto anterior paso por varios barrancos, páramos y algunos bosques de pino, en las zonas altas la brisa es fresca pero en los barrancos hace hasta calor. El camino del canal cruza la carretera a Tortuero, por el continúo, pero al cabo de unos 10 minutos me llevo una sorpresa, el camino termina en un profundo barranco, por tanto no puedo continuar, he de retroceder y buscar una zona para bajar al valle directamente a través de una pizarrera, una vez en el valle he de cruzar un arroyo con bastante vegetación en los alrededores, ya en el otro lado y siendo las 2,30 me paro a almorzar, a la sombra me quedo frío y al sol tengo calor y como se nubla continuamente y nuevamente sale el sol, es muy divertido. Desde lo alto del barranco descubrí un hermoso camino empedrado que discurre por medio del mismo, según veo en el plano, nace algo más abajo, en el puente de la carretera y sube por el Arroyo de la Concha hasta desembocar en Tortuero.
Una vez terminado el ligero almuerzo, subo al camino del canal y continúo por la ladera izquierda del Lomo Gordo, separación del Valle del Jarama. Como veo que el camino hace un gran giro, una vez llegado a la cumbre, decido hacer un corte a derecho, menuda equivocación, después de bajar un largo tramo a través de una zona de matorrales muy altos, la inclinada bajada termina en un barranco y el camino continúa por el otro lado, así que a repetir las dificultades subiendo y regresar nuevamente al camino sudando tinta, vaya “corte”. Ahora voy viendo el valle del Jarama y acercándome a el, todavía estoy a más de 150 mts. por encima del cauce pero el camino comienza a descender suavemente hacia el Arroyo Palancar que viene por la izquierda. La bajada se hace más inclinada, rápidamente llego al puente donde hay un Sifón del canal y la carretera que sube a Valdesotos, ésta viene de Puebla de Vallés habiendo cruzado previamente el río Jarama. El camino que sigo comienza un fuerte ascenso para continuar por la parte alta de la margen izquierda, según mi sentido, del Jarama, puedo distinguir unas profundas hoces que hace el río algo más adelante. En el kmt. 8,5 del camino me cruzo con un empleado del Canal que viene en una furgoneta, me confirma que unos metros más adelante un sendero abandona el camino por la derecha y comienza a descender hacia un valle, enfrente del ruinoso Monasterio de Bonabal, punto donde he de cruzar el Jarama, que según me indica no tendré ningún problema. El sendero es muy agradable, sobre todo en el descenso, a través de un bosque de robles, divisando el verde valle al fondo, rápidamente llego a la explanada y la senda se une a un camino que viene por la izquierda y se dirige al río, lleva poco agua pero aún así cubre todas las piedras, éstas resbalan mucho así que cruzo a través, el agua me llega por encima de las botas, como tengo los pies algo recalentados agradezco el frío del agua.
Las ruinas del Monasterio
de Bonabal aún conservan la portada gótica y algunos
arcos, es una lástima
que esté en tal estado, la ubicación es magnífica,
rodeado de árboles y mucha vegetación y en un valle muy
fértil
al lado del río Jarama. Me dirijo
hacia el pueblo de Retiendas a través de un amplio camino donde llego en unos 15 minutos,
antes el camino termina en una carretera que pasa por el mismo pueblo.
Retiendas es un pequeño pueblo bastante aislado, solo he visto a cinco
personas mayores, a uno de ellos que tomaba el sol a la puerta de su
casa en una
silla de ruedas le pregunto por el camino para ir a Tamajón,
me indica que continúe por el barranco en su margen izquierda,
encontraré dos
molinos, el primero derruido y el siguiente restaurado por un emigrante,
el abuelo tenía ganas de charlar, supongo estaba muy aburrido,
desde luego si me enrollo, tenía cuerda para rato. El camino
asciende por el Arroyo del Pueblo y aunque
es bastante agradable, mucha vegetación,
al lado del arroyo con agua y una zona muy tranquila, la verdad se
me va haciendo algo pesado el final, el último tramo está empedrado
y en lo alto hay los restos de una antigua cantera de piedra, una especie
de anfiteatro muy curioso, es la Loma del Castillejo.
Hacia las 6,15 de la tarde entro en Tamajón,
como el autobús para Madrid sale
a las 8,15, me dispongo a la larga espera, la tarde comienza
a refrescar,
por la carretera viene un coche y el paisano se dirige
a San
Sebastián
de los Reyes, allí tendré mejor combinación para
llegar rápidamente a casa, así que a las 8,30 llegaba
a Madrid. No he hecho ninguna referencia
a la señalización
del GR porque con las experiencias anteriores ya sabía que no
me podría
fiar de las balizas, de tal forma que tracé el recorrido en
el mapa del Servicio Geográfico del Ejército y
por él
me he guiado, es verdad que de vez en cuando he visto alguna señal,
por supuesto muy escasas y deterioradas, pero desde luego no suficientes
para
haberlas seguido. He levantado muchas parejas de perdices, liebres y
conejos. |