PATONES - MIRAFLORES DE LA SIERRA Kmts. 40 Día 25-4-98. Después de casi 5 meses desde el accidente en la sierra, ocurrido el día 29 del pasado noviembre, en que el esguince y la fisura en el tobillo derecho me obligaron a tener escayolado el pié durante mes y medio, además de un largo período de rehabilitación a base de natación y bicicleta estática, para, a continuación, comenzar a dar paseos y poco a poco convertirlos en caminatas cada vez más largas e intensas. Una vez creyéndome en condiciones de caminar por terrenos inestables y con alguna dificultad, elegí esta jornada para probar mis condiciones físicas.
Durante el trayecto solamente noté la instintiva precaución al tener que dar algún salto para no hacerlo con el pié derecho y también el cuidado de no pisar piedras, que se pudieran mover o dar la vuelta con el peligro de una torcedura. Tuve la sensación de que el paso de los minutos no se correspondía con las distancias recorridas, me parecía que a pesar de parecerme muchos los kmts. andados, el reloj iba muy despacio, supongo que he perdido el hábito de cálculo que antes ya tenía adquirido. Lo que sí ha notado la falta de ejercicio ha sido mi cuerpo, el día después, mis músculos y tendones están doloridos por todas partes, con unas agujetas muy fuertes. Pero lo importante es que he superado la prueba, física y mentalmente, ahora continuaré mis largas caminatas y el ejercicio de la natación para seguir recuperando la forma.
Por toda la zona hay grandes tuberías del Canal de Isabel II, estaciones de bombeo y estanques de control. Por la misma faja caliza, a bastante altura, hay dos de las enormes tuberías y en los cortes de los barrancos tres casetas con sus correspondientes sifones, dos en lo alto del barranco y uno en el fondo, de cuando en cuando se oye el estruendo que produce la apertura interior de la tubería y el agua fluyendo a gran velocidad. Desde el Pontón de la Oliva hasta Torrelaguna, el GR 10 ofrece dos alternativas, una por la parte norte de la faja caliza, a través de valles y collados, subir y bajar continuamente, es un recorrido relajado y tranquilo a través de un estrecho sendero. La otra alternativa es a través de la ladera sur de la faja, teniendo a la vista todo el valle del Jarama, sus verdes sembrados y los pueblos desperdigados, utilizando las pistas de uso del Canal.
Ambas alternativas se pueden alternar, pues tienen coincidencia en los cortes de los barrancos. Desde Patones de Abajo inicio el ascenso hacia Patones, como este tramo no está detallado en la guía, inicio el ascenso por la carretera, aunque evité las curvas haciendo varios cortes, luego comprobaría, una vez arriba, que hay un camino directo aunque bastante inclinado a través del barranco. Cuando he ganado unos 100 mts. me asomo a un bonito mirador sobre una roca en alto, magníficas vistas de todo el valle, la faja caliza y enfrente, hacia el norte, a través del barranco, el pueblecito de Patones en la ladera rodeado de paredes de pizarra en forma de cercas, el sol le da de plano así que el contraste de las pizarras negras contra el verde de los alrededores es realmente curioso. Cruzo el barranco y paso por debajo de las grandes tuberías que aquí se asientan sobre un gran puente y entro en Patones.
Grandes letreros invitan a los conductores a dejar los coches a la entrada, sus calles son muy estrechas y no hay forma de dar la vuelta. Hasta hace poco debió estar abandonado, ahora está dedicado a la restauración, se han rehabilitado varias casas y convertidas en mesones, restaurantes y asadores, aún así conserva su estilo rústico y original, todas las construcciones hechas de lajas de pizarra. Asciendo por un camino hacia el este, siguiendo las señales del GR hacia el Pontón de la Oliva, hasta llegar a un collado y otear la otra zona, es la parte trasera de la faja caliza con sus pequeños valles. Hacia el oeste, mi dirección a continuación, veo claramente el sendero que pasa por la puerta del cementerio y sigue su ascenso hacia un collado, hacia él me dirijo. Regreso al pueblo y lo cruzo por la parte trasera hasta atravesar el seco cauce del barranco e iniciar el ascenso por el sendero que antes había visto. Viene bajando un colega con un perro, le pregunto que tal está la senda, me dice que no tengo ningún problema hasta Torrelaguna. La mañana está muy agradable, despejada y comenzando a calentar, será un día muy caluroso así que me quedo con el mínimo de ropa. Una vez ascendido al collado, vuelta a bajar de nuevo al vallecito que forma el Arroyo de San Román, para a continuación subir nuevamente a otro collado.
Los arroyos llevan algo de agua y como ha llovido bastante las pasadas semanas, el tomillo, la jara, y todas las plantas aromáticas despiden sus perfumes a raudales, el sonido de las abejas es constante. El ascenso a alguno de los collados es bastante inclinado así que comienzo a empapar la camiseta, el sol me da en la espalda, noto como me quema. El carretil está bien definido, se nota en algunos sitios que hay roderas de motos y bicicletas. Al tercer valle decido salir a la parte sur de la faja y cambiar de paisaje, así que tomo la pista del canal que, después de faldear durante unos 500 mts. me baja hasta Torrelaguna donde llego a las 11,30. Hay bastante animación, compro pan y algún dulce y continúo la marcha. Abandono Torrelaguna por la parte del noroeste para enseguida tomar un camino no muy bien señalizado, recientemente se ha arreglado dicho camino y las máquinas han borrado las balizas, así que a unos 300 mts. tomo una derivación a mi derecha que muere en la entrada a una finca, ahora campo a través y en dirección a las instalaciones que el Canal tiene en un alto, donde conecto nuevamente con las señales del GR. Poco a poco me voy acercando a la Sierra de la Cabrera, destacando el Pico de la Miel en su extremo oriental y el Cancho Gordo en el occidental además de su escarpada crestería. También al fondo, más al oeste, el pico de la Najarra con algún nevero en su cumbre, me señala el destino de esta tarde pues asentado en sus laderas está Miraflores de la Sierra.
Después de un buen rato por otra pista del canal, penetro en dirección norte en el Alfrecho del Molino, un hermoso barranco lleno de vegetación y arbolado, un grupo de jóvenes cosecha cardos, espárragos y otras especies silvestres. Asciendo por una senda por la derecha del cauce, según mi dirección, del lado contrario hay varios coches y familias con niños en plan campestre, hay una carretera que finaliza en dicho lado, viene de La Cabrera. El barranco se estrecha conformando un salvaje cuchillar de calizas, para a continuación abrirse en una hondonada verde y solitaria. A la sombra de unos fresnos, siendo cerca de las 2 me paro a almorzar y hacer un breve descanso, se está maravillosamente en éste vergel. Una vez repuestas las fuerzas inicio el ascenso al cordal principal, que se halla a cerca de 1.000 mts. de altura, este cordal continuado hacia el este, hacia el Pontón de la Oliva, es el que forma la retención de aguas del pantano del Atazar. Sigo la senda y me topo con la cerca de la Finca de San Cayetano, como no quiero invadirla, la bordeo hacia mi izquierda, finalmente no me queda más remedio que saltar algunas vallas, de lo contrario tendría que dar una larga vuelta.
Al fin doy con el camino que me llevará a La Cabrera, no sin antes pasar por debajo de la autovía a Burgos y escuchar el atronador ruido del tráfico rodado. A la sombra en la terraza de un bar me tomo un refresco y hago una breve parada, ahora son las 3 de la tarde, hace un calor de los demonios. Sigo por la pista que asciende al Convento de San Antonio, en las faldas del Cancho Gordo, el convento parece restaurado no hace mucho tiempo, un grupo de gente mayor descansa a la sombra de los pinos. Pasado el convento subo a un pequeño collado para a continuación bajar unos 100 mts. e iniciar nuevamente el ascenso a otro collado, éste bastante alto, a unos 1.200 mts. dando vista a Valdemanco y al fondo a unos 6 kmts. Bustarviejo. Esta zona es casi igual a la Pedriza, escarpados riscos y el mismo tipo de matorral y vegetación. Enfrente tengo una sierra bastante alta, son los Canchos de la Zorra y su cumbre más alta, el Mondalindo a 1.833 mts. continuación de la Sierra de la Morcuera y separación del valle del Lozoya, detrás, en sus faldas norte están los pueblos de Canencia y Garganta de los Montes. Desciendo hacia el pueblo de Valdemanco para cruzarlo y dirigirme hacia la Cañada Real Segoviana, caminando por ella durante unos 6 kmts. llego a Burtarviejo.
Este último tramo a través de la Cañada
es muy agradable, por la falda de la montaña, sin ningún
ruido y soplando una refrescante brisa, a veces se nubla, cosa que agradezco,
estaba cansado de tanto calor. La cañada da un pequeño rodeo
alrededor de Bustarviejo, se nota que
es un pueblo de veraneo, hay muchos chalets y urbanizaciones,
además de casas nuevas, en verano la temperatura
debe ser agradable, está ubicado a 1.222 mts. de altura. Una vez
superado un collado al final del pueblo, hay un amplio y verde valle que
ahora he de seguir, por la derecha el Puerto de Canencia y
por mi izquierda las laderas cubiertas de pinos. He quedado
con mi hijo Alberto en que me
iría a buscar a Miraflores, él viene de Salamanca y
hará un
desvío al regreso, así que a través del teléfono
nos ponemos de acuerdo en que hacia las 8 nos encontraríamos en
la plaza de Miraflores. Como voy muy
bien de tiempo me lo tomo con tranquilidad, da gusto
verlo todo
tan verde,
el
arroyo por el medio del valle y los alrededores
cubiertos de vegetación, robles y pinos y bastantes praderas. Muy
cerca de Miraflores la senda abandona
la cañada para cruzar el arroyo
y seguir por su ribera derecha, hay una alambrada y a veces el espacio
para caminar es mínimo. Decido cruzar la cerca y subir directamente,
con algunas dificultades, hay mucho matorral, contacto con un sendero que
desemboca en una urbanización en las afueras del pueblo. Después
de una larga subida llego a la plaza, son casi las 8 de la tarde. Alberto llega
a las 8,30 y juntos regresamos a Madrid. |