EL
TIEMBLO – BURGOHONDO
Kmts. 28
Día 29-5-99. En la cabecera de la Presa del Burguillo, a la izquierda, sale una pista asfaltada que indica “Las Cruceras”, va contorneando el pantano y pasando por la entrada de diferentes casas de recreo, alguna de ellas con acceso a las aguas del embalse. Siendo cerca de las nueve de la mañana tomo dicha pista, hace una suave brisa que agradezco al caminar, el día estará algo brumoso y sólo en las horas centrales hará un moderado calor.
Este itinerario lo he trazado sobre los mapas del Servicio Geográfico, que al ser muy antiguos no están actualizados, por tanto no contemplan las nuevas vías de comunicación, urbanizaciones, pistas, etc. así que en algunos sitios me he llevado alguna sorpresa. Aunque el pantano no está a su máxima capacidad, tiene mucha agua, una parte importante de ella va destinada al consumo de Madrid a través del trasvase de Picadas, el resto vierte directamente al Tajo en Talavera de la Reina. El río Alberche nace en las ladera sur de la Serrota (Sierra de Villafranca), discurre por una alta paramera en las cercanías de San Martín de la Vega en dirección este y algo más adelante produce un giro hacia el sur, hasta la Venta de la Rasquilla, aquí recibe la aportación del Río Piquillo que nace en el Puerto del Pico y laderas del Torozo.
En la Venta de la Rasquilla gira nuevamente de forma radical hacia el este y va recibiendo las aguas de todos los valles norte del Macizo Oriental de Gredos entre el Puerto del Pico y el Cerro Guisando, además de los otros arroyos de la vertiente sur de la Sierra del Zapatero o Paramera. Desde San Martín de Valdeiglesias no he vuelto a ver ninguna baliza del GR10, la verdad es que no tengo ni la menor idea de su itinerario por esta zona, que yo sepa no hay nada publicado, ni guías ni planos, por tanto he organizado un itinerario muy personal. Continúo por la pista de Las Cruceras, de vez en cuando me adelanta algún vehículo, luego comprobaría que el lugar es frecuentado por muchos pescadores.
Cuando llevo caminados unos 3 kmts. llego a la zona denominada Las Cruceras, hay una verja de control avisando de que es la entrada a ZEPA (Zona especial de protección de aves), por tanto restringido el acceso y con normas de comportamiento dentro del recinto. Hay varias construcciones restauradas, que pertenecieron a una empresa de explotación resinera, ahora dedicadas al turismo ecológico, picadero de caballos y algo más adelante un camping con todas las comodidades. Todo el conjunto, hasta la parte más alta en la cumbre de la sierra en el Puerto de Casillas, se denomina Valle de Iruelas, alguna zona ha sido pasto de las llamas en época reciente, predomina el pino resinero y en las zonas húmedas al lado de los arroyos la vegetación es de alisos, fresnos, chopos, álamos, etc. en el resto de las laderas, retamas y jaras.
Aunque da la impresión de existir mucho control por parte de guardas, la parte por donde discurre la pista está saturada de gente, pescadores, domingueros, campistas, etc, muchos coches, incluso algún autobús, supongo que en las zonas algo más altas no se permitirá el acceso, de lo contrario lo de ZEPA será un sarcasmo. La zona cercana al río tiene mucha vegetación, hay varias fuentes y el arroyo baja con bastante agua, la verdad es que el lugar es muy bonito, es una pena que dejen entrar los vehículos, debería haber un parking a la entrada, pero claro de qué iban a vivir el camping, el picadero y otros negocios, al menos deberían tener limitado el acceso a un número de ellos, no parece que así sea, al menos en esta época. Continúo por la pista, ahora ascendiendo a la loma que separa los dos valles, enseguida llego a un pequeño caserío con varios huertos y árboles frutales, en una casa hay un letrero “se venden huevos”, deben vivir dos o tres familias, además de un moderno chalet camuflado entre los árboles.
La pista pasa nuevamente a otro vallecito donde termina en un caserío algo mayor llamado La Rinconada, serán unas 30 o 40 casas, construidas de forma anárquica y aunque parece que hay gente que vive permanentemente, el resto son casas de recreo. Aquí muere la pista, yo tomo un camino que se dirige al mismo borde del pantano y comienza a remontarlo casi siempre por su lado. Enfrente, del otro lado del embalse, también lleno de casas de recreo, más cantidad puesto que por allí pasa la carretera, incluso en alguna de las pequeñas islas que ha formado el pantano hay construcciones, no entiendo como se ha podido autorizar tal cosa. Aunque es un camino en mal estado, los coches circulan por él, de vez en cuando paso por delante de alguna casa muy aislada, al cabo de unos dos o tres kilómetros el camino muere y se convierte en senda, ahora el cauce del río se estrecha y enfrente, a unos 200 mts. pasa la carretera. Una vez superado el estrechamiento el valle se abre nuevamente, aquí termina el pantano y comienza el cauce del río, ya estoy en el término de Navaluenga, la senda se convierte en camino nuevamente pasando entre grandes y verdes prados, hay mucha humedad. Como el calor comienza a subir, el heno desprende un olor peculiar, en uno de los prados una cigüeña, de la que solo se ve la cabeza y el pico, está buscando el almuerzo, cuando me descubre levanta el vuelo.
Desde lo alto de la Sierra del Valle, que así se llama esta parte, se desprenden varias gargantas con sus correspondientes arroyos conformando el Arroyo Cabrera que desagua al Alberche en el lugar llamado El Rincón, donde nuevamente hay varias urbanizaciones de chalets y un puente para cruzar el río, también varios pescadores cuidando de la caña. El camino que traigo desemboca en una nueva pista asfaltada, por tanto pierdo su continuación, así que bajo hasta el puente y continúo por la carretera, ahora durante unos 3 kmts. hasta Navaluenga. Aquí compro pan y bajo hasta el río, primero para ver el hermoso puente medieval, una joya de construcción sobre el Alberche y afortunadamente bien conservada, la veo desde todos los ángulos y disfruto de su entorno, agradables y frescos lugares donde la gente viene a pasear, incluso algún joven se atreve a entrar en sus frías aguas.
Tomo un camino, llamado de las Umbrías, pasando por delante de varias casas, de recreo por supuesto, de frente viene un paisano en un caballo, le pregunto si el camino lleva al Puente Nuevo, me dice que sí pero hay varias bifurcaciones, por tanto he de tener cuidado para no perderme, hubiera sido mejor no haberle preguntado, con sus indicaciones sí que me perdí. De haberme llevado por mi intuición y el mapa no me habría perdido, por supuesto. En una de las bifurcaciones me dijo tomara a la izquierda, así que el camino comenzó a ascender suavemente y al cabo de unos dos kilómetros, tuve que darme la vuelta, me encontré con otro paisano, me recomendó que cruzara la garganta y pasara al otro lado que es término de Burgohondo y por tanto los caminos que descienden, llevan al Puente Nuevo. El cruce de la garganta, llena de vegetación, fue con alguna dificultad, al final tomé un camino que me bajó al río nuevamente a través de huertas y frutales, lástima que las cerezas no han madurado aún, de haber sido así y un mes más tarde, me hubiera dado un buen atracón, también hay muchos albaricoques, pero claro tampoco estaban suficientemente maduros.
En
el Puente Nuevo, como no, cantidad de casas
de recreo, algún chiringuito
con música a todo volumen y en las praderas al lado del río,
domingueros comiendo la tortilla y asando las correspondientes chuletas,
todo ello con gran ruido y alboroto, de tal forma que aún siendo
las 3 de la tarde y con un hambre de muerte, abandono el lugar con rapidez
y en un prado, a prudente distancia, a la sombra de una encina en un
verde prado, hago la parada de rigor, ya no aguantaba más estaba
desfallecido. Hacia las 4,30 llego a Burgohondo,
pregunto si pasa algún
autobús para El Tiemblo, me dicen
que hacia las 5,15 y que la parada la hace al lado de la Abadía,
asciendo al lugar y a la sombra de una morera enfrente de
dicha Abadía me
dispongo a esperar, pacientemente, el autobús que me llevará a El Tiemblo y
poder regresar a Madrid. |