BAÑOS DE PANTICOSA – ORDESA Kmts. 32

Día 19-7-97. Mi amigo Carlos y su esposa Gloria me han hecho el gran favor de traerme desde Madrid hasta Baños de Panticosa, por lo que les estoy inmensamente agradecido y por supuesto por el madrugón que se han dado por mí, hemos salido de casa a las 5 de la mañana y a las 9,30 comenzaba a caminar en los Baños. Ésta fase, hasta el Túnel de Viella es lo último que me queda para completar el GR 11. El tiempo es espléndido, un día muy hermoso y soleado.

Balneario de Panticosa

Comienzo el ascenso hacia el Collado de Brazato, a través de unos interminables tornos o zig-zag, por un bien conservado caminito, típico de los construidos para acceder a los Ibones represados para el aprovechamiento hidroeléctrico, que poco a poco asciende ofreciendo la vista del Ibón y Balneario de Panticosa, también lentamente va apareciendo el Garmo Negro enfrente, la Sierra Telera destaca por su espectacular frente norte. Al cabo de una hora también aparecen los Infiernos y Piedrafita, desde luego un increíble panorama. Algunos franceses inician el ascenso con dificultad, voy adelantando a pequeños grupos y con una pareja de jóvenes de Huesca (José Antonio y Cristina) continúo en compañía y agradable charla.

Sierra Telera

Cuando llegamos al Ibón de Brazato, ya casi a 2.200 mts. de altura, las panorámicas son impresionantes, en el Ibón se reflejan las cumbres que lo rodean. Hacemos varias fotografías y continuamos el ascenso al Cuello de Brazato, la senda se inclina y se hace más penosa la subida, bordeamos la base del Bacias y pasamos al lado del Ibón Alto de Brazato, que conforma el Circo de los Batanes con los destacados Dientes. Pasadas las 12 llegamos al Collado a 2.550 mts., justo enfrente aparece el Vignemale, que con sus 3.303 mts de altura, impresiona de verdad, es una mole piramidal muy bonita. Abajo los Ibones de Batanes, el incipiente Río Ara y el hermoso y verde valle que se inicia aquí mismo. Cambiamos impresiones con Rafa de San Sebastián, como un trozo de la riquísima quesada que compré en una panadería antes de llegar a Sabiñánigo, me despido de mis amigos y cuando son las 12,30 inicio el descenso hacia Bujaruelo.

Picos de Argualas

Larguísima bajada por las praderas, complicado el cruce del río, lleva mucha agua, algo más abajo ascienden varios grupos de excursionistas. Hay algunos sitios donde crecen grandes cantidades de lirios silvestres, muy bonito, todo está muy verde, ha sido una primavera muy húmeda. Hacia los 1.600 mts. comienza a aparecer el bosque de pino y haya. Cascadas impetuosas se precipitan de los valles laterales, el paisaje es cada vez más hermoso, los bosques de boj son tupidos y muy altos.

Vignemale desde el Collado de Brazato

Dejo a mi derecha los valles de Ordiso y Otal, me quedo con ganas de ascender por cualquiera de ellos, ofrecen la sensación de estar perdidos entre las montañas que los rodean. Cruzo un antiguo puente y llego a Bujaruelo, que en realidad es un camping, bar y dos casas, hay mucha gente, pues por una pista los coches llegan hasta aquí mismo. Como de mochila en el bar y cuando salgo a la pista para iniciar la bajada hacia Ordesa, una pareja de Madrid, que había visto antes por el camino, se ofrecen a bajarme en su coche hasta el Puente de los Navarros a la entrada de Ordesa. Me alegré de aceptar el ofrecimiento, la pista estaba muy transitada por coches levantando polvaredas y muchísima gente caminando. A las 5 me dejan en el Puente de los Navarros y comienzo el ascenso por un bello caminito hacia Ordesa.

Bujaruelo - Puente sobre el Río Ara

El llamado Camino de Turieto Bajo evita la carretera ascendiendo por el margen derecho del Río Arazas, entre un hermoso bosque de hayas y en la más absoluta soledad. Para llegar al Parking de Ordesa, cruzo el río junto al monumento a Lucien Briet, excursionista francés descubridor de estos hermosos parajes. A las 6 llego al Parking, lleno total, de coches y gentío, en el bar hago acopio de bebida, a precio de lujo y continuo cruzándome con manadas de gente que baja hacia los coches. A las 9 al lado de la Cola de Caballo, monto la tienda, amenizado por el ruido de los cencerros de las vacas que pastan tranquilamente en los alrededores y el murmullo del agua del río, así que bajando mucho la temperatura, fuera de la tienda hace frío, me preparo a pasar una placentera y relajada noche en este espectacular escenario.