ORDESA
- PINETA Kmts. 18
Día 20-7-97. La temperatura, efectivamente, bajó y mucho, en un momento de la noche me tuve que poner calcetines y pantalón largo, la funda de vivac la tenía a mano pero no hizo falta. La tienda estaba completamente empapada por fuera, el húmedo rocío se quedó pegado. No es que haya dormido bien, pero he descansado, a las 6,45 me levanto y recojo todo, aseo en las frías aguas del río, a las 7,30 enfilo hacia las Clavijas de Soaso.
El día muy bonito, como ayer, en ésta parte del valle no dará el sol hasta bien entrada la mañana, pero sí brilla sobre las cumbres. El paso de las clavijas lo hago con alguna dificultad, la mochila no me permite los movimientos, a veces hay que dar largos pasos casi en vertical y los 13 kgs. que llevo a la espalda desequilibran, así que hay que realizar mucho esfuerzo con los brazos y manos aferrados a las cadenas. Continúo el ascenso hacia el Collado de Góriz, la hierba, que está toda húmeda me moja de rodillas para abajo y las simpáticas marmotas, a ésta hora temprana, quieren saber qué pasa por los alrededores.
A las 9 llego al Collado de Góriz, desde donde contemplo las bonitas vistas, sobre todo por la claridad y nitidez del sol a esta temprana hora, el macizo de Cotiella, Cañón de Añisclo, Brecha de Roldan y todo el Valle de Ordesa, aún en penumbra, el Refugío de Góriz lo he dejado a una distancia de 500 mts. Comienzo el descenso, por un espectacular y pronunciado barranco, con difíciles pasos en algunos cortados, parece increíble, luego cuando miro hacia atrás, que se pudiera bajar por allí, una pared vertical, pero la senda aprovecha unos estrechos escalones, es una bajada de más de 600 mts., pero muy bonita, el río se precipita en cascadas altísimas. Ya casi al final del descenso, donde el barranco se junta al Cañón de Añisclo, aparece a la izquierda con un enorme estruendo, la Fuen Blanca, enorme chorro naciendo de una cueva en la pared de la montaña, despeñándose en una cascada de 50 mts.
Por la izquierda baja el torrente de Añisclo, que tengo que cruzar con alguna dificultad. Vuelvo a iniciar otro ascenso, éste son 700 mts. de desnivel hasta el Collado de Añisclo. Ésta subida es muy larga y resulta muy fatigosa, parece que nunca se termina, son varios planos por donde se despeña el río, que cuando superas uno, enseguida aparece el otro y así sucesivamente. A partir de los 2.000 mts. comienzan a aparecer, por la derecha y la izquierda, enormes paredes con impresionantes cortados, el de la derecha es el Pico Inf. de Añisclo, el del lado contrario el final de las Tres Marías, el Pico de Añisclo, quedando en medio el Monte Perdido.
Me cruzo, en el ascenso, con una pareja de Tenerife, algo más adelante con otra de holandeses y a las 12 arribo a un plano con una fuente, donde hago una larga parada y un ligero almuerzo, hay neveros en los alrededores, estoy a 2.400 mts. de altura. Aparecen Marcos y Jorge, dos chicos de Madrid a quienes había visto en la distancia desde el Collado de Góriz, estaban recogiendo las cosas, por eso no les esperé. Almorzamos juntos, también llega el matrimonio holandés, muy fatigados. Al cabo de unos 30 minutos continuamos todos juntos hasta el Collado de Añisclo, donde llegamos a la 1. Vaya espectáculo, al fondo a la derecha, el Macizo de Cotiella, algo más a la izquierda el Posets, enfrente La Munia y abajo a más de 1.100 mts el Valle de Pineta, Parador, campamentos, campings, etc. todo en el valle hacia Bielsa.
Es difícil describir la emoción, hace algo de fresco, los que ascienden y llegan, enseguida se ponen ropa de abrigo, nosotros respiramos hondo para tomar la decisión de lanzarse casi al vacío e iniciar el descenso de 1.150 mts., cuando te asomas a ver por donde hay que bajar, te da un vértigo que te tira hacia atrás, es una pared vertical donde no se divisa su final en el fondo. Algunos montañeros terminan la subida muy fatigados y sudorosos, las pedreras son muy peligrosas, una sola piedra desprendida puede arrastrar a otras y provocar una desgracia. Mis amigos Marcos y Jorge comienzan el descenso agresivamente, yo mucho más calmado y los holandeses con muchas precauciones. Como digo, me lo tomo con tranquilidad, de vez en cuando miro hacia atrás, el matrimonio holandés lo está pasando realmente mal, hay que tomarse muchas precauciones, un mal paso sería mortal. Mis jóvenes amigos, Marcos y Jorge, me han sacado una buena distancia, pero hacia los 2.200 mts. me esperan y ya juntos continuamos el descenso más controlado. Es tal la atención que tienes que poner, que de querer observar el panorama, tienes que hacer una parada bien asegurada, con facilidad se puede perder el equilibrio.
Por
la izquierda va apareciendo el Balcón de Pineta y
la parte norte del Monte Perdido con sus
glaciares. A media altura la senda gira en 90 grados hacia
la derecha,
dando la impresión de alejarse
de su destino natural. Entramos en un bosque de hayas, cruzamos varias
cascadas y después de una larga caminata, llegamos a las 4 al
camping de Pineta. Decido intentar pasar
la noche en cama y darme un buen aseo, el único lugar donde pernoctar es el Parador, así que
por teléfono reservo habitación, me sorprende que la
haya disponible, toda esta zona está saturada, supongo será el
precio. Ya tranquilo por poder pasar la noche de forma cómoda,
invito a mis amigos a una buena cerveza y me encamino hacia el Parador,
que está a unos 150 mts., para acomodarme. Después del
reglamentario aseo, monto la tienda de campaña, que está chorreando
por todos lados, en el cuarto de baño y regreso al bar del camping,
donde, hacia las 7, doy buena cuenta de un gigantesco bocadillo de
bacon, que me deja preparado para dormir la noche de un tirón.
Puedo decir que el Circo de Pineta es
el lugar más hermoso que
ha visto en todo el GR 11, enormes cascadas se desprenden de sus cumbres
de más de 3.000 mts. de altura y todo contemplado desde su parte
más baja, hermosos bosques de pino y haya en las laderas por
debajo de los 1.800 mts. El lugar es inolvidable. |