ISABA - ACHAR DE AGUAS TUERTAS KMTS. 26
Día 18-10-95. He salido de Isaba a las 7 en punto, todavía oscuro pero clareando. Me dirijo por una senda que pasa delante de una pequeña ermita, y al cabo de unos 20 mts. se junta el camino con una pista que sube de la parte baja del pueblo. Luego otro ramal sale a la izquierda por el barranco de Belabarze, este barranco al principio es un profundo corte para después abrirse y configurar un bonito valle entre un espeso bosque de hayas. Yo sigo a la derecha por la base de las paredes de Ezcaurre.
Según la Guía, que está confundida, al poco rato hay que abandonar la pista a la izquierda; bueno, pues no es verdad, porque al cabo de 1 kmt. la pista termina. Hay que cruzar el río, y ya por una senda forestal, sólo para máquinas “oruga”, con unos repechos de al menos el 35% de desnivel seguir subiendo. Al llegar a un claro en el pinar, extensa área talada, de tal forma que se pierde toda señal y, por supuesto, la senda. Aquí empiezan los problemas: por más vueltas que doy no consigo ver ninguna senda. Me tiro pinar arriba por las partes más accesibles, ladera adelante, sigo algún sendero poco marcado y al final me decido a subir a la cumbre; sudo como un cosaco para salir rápidamente de aquella ratonera. Finalmente, a base de mucho esfuerzo, llego a la cumbre: es un cordal en forma de circo con muchos desniveles, pero que me lleva a la base de la Peña Ezcaurre, que es donde tengo que subir.
Al poco rato de continuar por la cresta, enlazo de nuevo con el G.R.. Estoy a 1.600 mts. desde aquí las vistas son magníficas a cualquier punto que dirija la mirada. Hace un fuerte viento, por el noroeste, a lo lejos, se ve una franja muy nubosa, preludio de algo no muy agradable. Llego a la base de la Peña que tiene un hermoso color plateado pero no encuentro la canal para iniciar el ascenso. La Guía habla de un Ibón, pero aquí no hay ninguno; hay varios hoyos, todos secos. Me decido por un lugar de la ladera oeste y comienzo la ascensión, que resulta muy fatigosa, parece no tener fin. A lo lejos en lo alto un grupo de sarrios o rebecos se ponen en fuga asustados ante mi presencia.
Llego a la cumbre de 2.050 mts. fugazmente tengo la visión, hacia el este, del macizo del Bisaurin, Aspe, los altos y escarpados picos enfrente, Mesa de los Tres Reyes, Petrechema, Castillo de Acher, el escarpado cordal de los Alanos etc., extraordinario mirador, no puedo disfrutar como quisiera del panorama, hace un viento muy fuerte. Y ahora comienza otro problema: por dónde bajar. Veo abajo Zuriza, que realmente es un gran camping en una explanada verde. Calculo que hay 1.000 mts. de desnivel. Comienzo a bajar y me meto en unos cortados de vértigo, es imposible dar un paso. Vuelta a subir y retroceder; tomo una canal superinclinada que da también vértigo; alguna piedra que se desprende baja 100 mts. rodando. Al final, y con muchas dificultades, bajo a un collado donde retomo el G.R. de nuevo, entrando en un bonito hayedo, destacando los acebos con los frutos muy rojos en contraste con el fuerte verde de sus hojas, ya en fuerte pendiente llego a Zuriza.
Al lado del camping dos chicos preparan sus mochilas, que bajan de un coche; les pregunto a dónde van, me dicen que a Selva de Oza; les pregunto si no les importa que vaya con ellos, me dicen que vale. Voy al camping un momento a tomar algo y comprar líquido, dejo para ello la mochila con ellos. Al cabo de 15 minutos regreso y tienen todo en el coche; me dicen que van a Selva de Oza pero en el coche. Me decido a ir con ellos en coche, tomándome un respiro y un paseo turístico. Pasamos por Ansó, hermoso pueblo que tendré que volver a visitar con mucha calma. Los chicos llevan la radio a todo gas y la verdad, estoy deseando bajarme del coche, es un ruido insoportable. Pasamos por Hecho y luego por Siresa, donde les digo que me dejen, que quiero ver la iglesia románica. Así que me despido de ellos e intento visitar la iglesia, cosa que no es posible debido a las obras que se realizan en su interior. La veo por fuera, que bonita es, me enrollo con un matrimonio catalán de Cuenca, que también están visitando la impresionante iglesia, como dicen que van a subir a Selva de Oza, subo con ellos en coche. Les doy el teléfono de casa y algo de dinero para que llamen y digan que todo va bien, pues yo no podré hacerlo, ya que dormiré en la montaña. No hay lugar donde dormir ni comer, todo cerrado. Pregunto a un joven si hay algún refugio o albergue, me dice que a dos horas en dirección hacia Aguas Tuertas hay un refugio de montaña; me decido a pasar allí la noche; son las 3:00 de la tarde, además es mi camino hacia Candanchú. El ascenso es por una pista en buen estado; hay coches 4 kmts. más arriba, gente que ha ido a pasar la tarde y luego retornarán.
Cuando
voy tomando altura echo una mirada hacia atrás, veo que
aparece una montaña escarpada como la quilla de un barco, es el
Chipeta Alto, sobresaliendo por encima de
las suaves lomas. A las 5:00 ya estoy en la entrada de un hermoso
valle, donde
el río va haciendo
meandros y se despeña en una gran cascada. Es un valle muy cerrado
con cumbres altas a ambos lados; desde el refugio no se ve el final,
pero lo imagino muy bonito. Pasa un helicóptero del ejército
que viene de Candanchú, al poco rato
regresa en esa misma dirección.
El refugio no tiene puertas, una lona de goma colgada hace las veces.
Dormiré en el suelo; hay chimenea, pero conseguir leña
por aquí es como encontrar oro. Ahora se ha nublado y amenaza
lluvia. Si por la mañana está malo, volveré sobre
mis pasos hasta Selva de Oza y Hecho para
regresar a casa. La soledad es absoluta; sólo el ruido del fuerte viento que mueve la goma
y que tengo que inmovilizar con piedras, la temperatura ha bajado mucho,
de tal forma que he de sujetar bien la goma para que no entre el frío. |