ACHAR DE AGUAS TUERTAS – CANDANCHÚ (CANFRANC) KMTS. 21

Día 19-10-95. La crónica de ayer la escribí a la luz de una vela y la linterna, cuando eran las 7 ya estaba metido en el saco, bien calentito en el duro suelo de cemento. Toda la noche sopló el fuerte viento. Para mi sorpresa, cuando me desperté eran las 7 de la mañana, he descansado fenomenalmente bien, a pesar de que me duelen las caderas. Salgo del refugio y veo que, aunque hay nieblas altas, da la impresión de que quiere despejar. Bajo al río a lavarme en las heladoras aguas, luego un ligero desayuno, recojo todas las cosas, me lo tomo con mucha tranquilidad, dando tiempo a ver como evoluciona el día.

Ibón de Estanés

A las 8 decido continuar la ruta, todo parece indicar que no se pondrá peor. Comienzo a caminar por todo el valle, que ahora me parece igual de bonito que ayer tarde. Tengo de compañía, constantemente, los caballos que pastan tranquilamente, aunque más arriba grupos de sarrios hacen su aparición algunos metros delante de mí. Al cabo de unos 45 minutos me paro a ver el valle al revés de cómo lo veía a primera hora, igual de bonito, parece un valle cerrado por todos lados. Comienzo a ver, por mi izquierda, la parte francesa y por la derecha los paredones del Bisaurín. Las nieblas se mueven, parece que quieren elevarse, están, unas a 2.000 mts. y otras muy bajas. Cuando llego a la collada, a 1.915 mts. y con vistas al Ibón de Estanés, la vista es inmensa, por un lado y de frente, el Midí D´Osau sobresaliendo entre las nieblas, por la derecha y de frente también, el Anayet con su esbelta y puntiaguda silueta descubriéndose de nubes.

Mesa de los Tres Reyes y otras cumbres

Abajo, el Ibón donde se reflejan los cortados que lo rodean. Sencillamente espectacular. Qué lástima que las 10 diapositivas que hice de esta zona no han salido por estar el carrete estropeado. Referente a la señalización del GR, muy bien, sobresaliente. Aparte que el sendero está bien pisado, total que ningún problema con los despistes, esto da tranquilidad y seguridad. Se bordea el Ibón para llegar a la bifurcación, donde el GR francés gira a la izquierda y baja hacia Sasanet. El GR 11 enfila hacia la derecha para atacar la Gravera del Aspe. Este lugar, visto desde lejos impresiona un montón, es una gran barrancada con unas pedreras inclinadísimas que parece imposible que por allí se pueda pasar.

Midí - Balaitus - Infiernos - Anayet

Entro en un hayedo y de frente viene un colega de Huesca, que se dirige a Echo. Me entretengo con él unos minutos, es la primer persona que me encuentro en el GR, que hace al menos una parte. Me dirijo decidido a la gravera, al pasar la barrancada y con un torrente moderado, hay dos cables de acero para ayudar a pasar y asegurarse en el cruce, no puedo por menos de imaginarme en primavera o con caudal abundante, será toda una proeza cruzarlo, está inclinadísimo y con unos bloques enormes de piedras que ni los cables serán seguro suficiente. Enseguida comienza la gravera, la senda se estrecha de tal manera que es difícil dar los pasos. Abajo al menos 100 mts. de caída. Como está en la ladera norte, todo se ha humedecido, al menor despiste te puedes resbalar y dar con los huesos pedrera abajo. Son unos 300 mts. de vértigo. Una vez terminada la gravera, la senda entra de nuevo en otro hayedo para al poco rato, por unas praderas, arribar al Col de Causiac, ya con vistas a las pistas de esquí de Candanchú, por la izquierda el Puerto de Somport, a una moderada distancia.

Gravera del Aspe

Enfrente y en lo más alto, se ven las terminales de las pistas de Astún, más a la derecha el final de la Canal Roya en la base del Anayet. Llego a Candanchú a las 12, me dirijo a una cabina telefónica y contactar con casa, a continuación en el Puente del Ruso comienzo el descenso por el conocido tramo del Camino de Santiago, ambos GR continúan juntos hasta la bifurcación de la Canal Roya. Un grupo de soldados del Cuartel de Alta Montaña se entrenan en una pared al lado de la senda. Continúo hasta la estación de Canfranc, donde después de un buen almuerzo, tomaré el tren de las 17,50 que me llevará a Zaragoza, para desde aquí tomar el Bus para Madrid, donde llegaré de madrugada. Como el tren está en la estación y abierto, a las 4 me aposento a mi gusto durante casi dos horas, leyendo el periódico y descansando plácidamente en 1ª clase. El tren parte puntualmente a las 17,50 y comienzo a disfrutar del panorama que se divisa. Aunque la mitad del trayecto a Jaca va por túneles, el resto es muy bonito, el tren, a veces lleva una considerable altura con respecto al valle. Se ven todos los altos picos del Aspe, que se están llenando de nubes muy oscuras, en la parte baja, valles y collados con intensas nieblas. Parece el preludio de mal tiempo, si es así puedo decir que he tenido una suerte bárbara. El tren va casi vacío, no creo que seamos más de 6 pasajeros. Ya en Huesca suben más viajeros. Estoy en la estación de Autobuses de Zaragoza, son las 10 de la noche, hasta la 1 no sale el bus a Madrid, así que llegaré a las 5 de la mañana. Como no hay consigna abierta, he cenado de mochila y me preparo para una larga y tranquila espera.

Macizo del Aspe - Cara Norte