CANAL
ROYA – SALLENT – RESPOMUSO Kmts. 31
Día 6-7-96. A las 10:45 de la mañana mi amigo Carlos me deja en la carretera que sube a Candanchú, cruce y desviación a la Canal Roya. Hace una agradable mañana, todo está muy verde, ha sido un invierno muy húmedo y hay bastante nieve en las alturas superiores a los 2.200 mts. Al comenzar a caminar alcanzo a dos colegas vascos (Alberto y Gonzalo) que también seguirán mi itinerario. Mientras vamos charlando, disfrutamos del paisaje; el Aspe a nuestra espalda se cubre con nieblas.
Muchas tiendas de campaña en las praderas, al lado del río, el grupo de jóvenes campistas inicia el ascenso en “fila india” unos metros más adelante. Al cabo de una hora cruzamos por delante del pequeño refugio de Lacuas, hay varios jóvenes a la puerta, nos saludan sonrientes. Los campistas (unos 25 ó 30) se paran a descansar, al poco rato de iniciar el ascenso están agotados y protestando. En lo alto de la cuerda por nuestra izquierda se ven los telearrastres de las pistas de esquí de Astún. En un punto el río ha excavado una profunda garganta, conformando varios pozos y cascadas. Unos 30 ó 40 caballos bajan en hilera por la falda. Alberto pide hacer una parada; como su ritmo no es el mío, les digo que tengo que llegar a Formigal a una hora convenida con mi amigo Carlos, que no puedo ir a su marcha, así que me despido y continúo a mi aire.
La garganta o valle gira a mi derecha; según asciendo aparece por la derecha una enorme pared vertical: es la Mallata de Anayet. De frente hay un estilizado cono, entre éste y la base de lo que intuyo es el Anayet, otra enorme pared vertical por cuya cara se vierten en varias cascadas las aguas de los Ibones de la planicie a 2.200 mts. Las cascadas de unos 300 mts. provocan un enorme estruendo. Este plano llamado de La Rinconada es casi igual que Aguas Tuertas en el nacimiento del Aragón Subordan. Ahora comprendo el porqué del nombre de Canal Roya, o lo que es lo mismo, Canal Roja: es el color de las rocas de casi toda la zona, un rojizo intenso.
A la vista de la pared vertical no puedo imaginar por dónde sube la senda. Ésta zigzaguea aprovechando los pequeños escalones y cortes que se han formado, y finalmente llega a los pies del imponente Anayet, para pasar enseguida a la planicie donde están remansados los Ibones, centro de un amplio Circo que empieza o termina en el Anayet y continúa en las crestas llamadas Las Arroyetas, como he dicho de piedra rojiza y muchos neveros que le dan un original colorido. Es una lástima que hacia la zona francesa las nieblas lo hayan tapado todo; el Midí está escondido y desde aquí habría una extraordinaria vista. Algunos buitres revolotean alrededor. Varias tiendas de campaña, un pequeño grupo de jóvenes y algún que otro excursionista. En la cumbre del Anayet, con más de 2.500 mts., hay varias personas. Me paro a comer algo y a hacer algo de tiempo para ver si despeja en la parte norte, pero nada que hacer. He tardado en hacer la ascensión unas dos horas; a la 1:00 comienzo el descenso hacia Formigal; he quedado con Carlos en que me iría a recoger al Corral de las Mulas, en la carretera que sube al Puerto del Portalé; creí que llegaría entre las 3:00 y las 3:30.
El barranco Culibillas es bastante inclinado, son 600 mts. de desnivel muy pronunciado, sobre todo al principio. Se divisan las pistas de esquí de Formigal, la Peña Foratata y unas espectaculares vistas de los Infiernos, Picos de Argualas, Balaitús, Piedrafita, etc. La bajada, a pesar de hacer varias paradas, la hago muy rápido, a las 2:00 ya tengo a la vista, a lo lejos la carretera. Llamo a Carlos para decirle que llegaré mucho antes de lo previsto; desde Biescas son 15 minutos subiendo en coche. Desde este punto sí que tengo ocasión de ver la parte alta del Midí, hermoso pico. A las 2:30 nos reunimos en el Corral de las Mulas y me traslada a la Presa de la Sarra; pasado Sallent de Gállego, a las 3:00 comienzo el ascenso al Respomuso. Mucha gente pescando en las orillas del pantano, y por lo menos 50 ó 60 coches al final de la pista. La tarde, aunque a ratos se nubla, está agradable. Esta senda, como imaginaba al ver tanto coche, está demasiado concurrida. Al comienzo hay una placa en recuerdo de los seis jóvenes vascos que el 6 de Enero de 1995 murieron en un alud en el Paso del Oso. Este año ha habido varios aludes muy fuertes; se ven las huellas que han dejado en árboles y en el propio camino, incluso en el Refugio de Piedrafita, que consta de dos edificios metálicos gemelos y muy sólidos, uno de ellos casi queda destruido por una avalancha que bajó del Balaitús este invierno; se ve algún enorme pino que arrastró en su caída. El transformador del refugio fue a parar al pantano lo menos 100 mts. más abajo. Las obras de reparación, me dice el encargado, saldrán por más de 50 millones de pesetas. Fue tal el estruendo que todas las ventanas de los dos edificios estallaron con el impacto.
Continúo ascendiendo por la senda; hay muchas
cascadas que se desprenden desde lo alto, con unos torrentes muy caudalosos;
se cruzan varios hayedos y pinares; el lugar es muy bonito, se estrecha
y produce una garganta muy escarpada. A las 4:30 llego a la presa; todo
este circo, que es muy grande y rodeado de bonitos picos: Tebarray, Pezico, Balaitús,
etc., todos ellos miden entre los 2.900 y más
de 3.000 mts. Mucha nieve en sus paredes norte. En el refugio me tomo
una cerveza y continúo por un sendero hacia la Presa de
Campoplano,
ya enfrente del Cuello Tebarray o Piedrafita.
Subir por Llena
Cantal hasta dicho collado requeriría crampones y piolet; los neveros
son verticales. A las 6:00 inicio el regreso por el mismo itinerario.
Hay bastante gente acampada, el refugio debe de estar lleno; sólo
está habitable un edificio, pues el otro está en obras.
A las 7:30 llego a La Sarra; como había quedado con Carlos a
las 9:00, intento comunicarme con él y decirle que nos encontremos
en Sallent hacia las 8:00. No logro hablar
con él, así que
decido seguir el G.R. y bajar a Sallent, con
el riesgo de que él
suba por la carretera. La bajada es muy bonita, entre el bosque y extraordinarias
vistas de Sallent, sus alrededores y las cumbres
de la Sierra
Telera.
Llego a Sallent, me sitúo en la carretera de subida a La
Sarra con la gran suerte de que a los 5 minutos aparece Carlos.
Bajamos a Biescas a dormir. El proyecto del
día siguiente con el grupo
de montañeros
de Sabiñánigo se ve truncado. La clásica travesía
del Serrablo, que realizan todos los años, no la podemos hacer
debido a la lluvia. Desde las 7:00 de la mañana llueve intensamente,
todo cubierto; a las 9:00 se suspende la travesía y regresamos
a Madrid. |