ARGUEDAS - CARCASTILLO - CÁSEDA Kmts. 39

Día 8-6-95. He venido en coche desde Madrid y a las 9 de la mañana desayunaba en el Bar Hernani de Arguedas, donde dejaré el coche. Con la ayuda del simpático dueño del bar, un mocetón treintañero algo chaparro y muy barrigón, con largas melenas, he metido el coche en un cobertizo que tienen en un lateral del bar. Mi amigo se moría de risa cuando le decía que pretendía llegar andando al Puerto de Laza, pero cuando vio el coche dice “me acabas de dar la puntilla, de verdad estás loco, darte esa paliza a andar pudiendo hacerlo cómodamente en el coche”. Me indicó el camino para subir al Santuario de Nuestra Señora del Yugo y pasados unos minutos de las 9 de la mañana, haciendo algo de fresco pero muy agradable para caminar, me dispongo a iniciar este recorrido en dirección al norte.

Santuario Nª Sra. del Yugo

A la salida del bar Hernani tomo una pista que va paralela a la carretera en dirección Valtierra y a unos tres kilómetros sale a la derecha la pista de tierra que asciende los cortados hacia la Ermita del Yugo. Es una pista de piedras y con mucha tierra, los tres o cuatro coches que me adelantan levantan unas enormes polvaredas. Al cabo de unos 45 minutos llego a la Ermita, que se sitúa en un alto con amplias perspectivas sobre los áridos terrenos de las Bardenas Reales y que cuando las temperaturas sean más altas supongo será imposible pisar la zona. Hacia el sur el Valle del Ebro y en la lejanía el Moncayo, al lado mismo de la Ermita una gran antena de comunicaciones. Es imponente la desolación del paisaje, yermo, desértico y estéril, una soledad terrible rota de forma imprevista por el estruendo de los aviones F18 en vuelo rasante y que sin enterarme los tenía sobre mi cabeza, imaginando que de un momento a otro se pondrían a bombardear el terreno, la verdad he pasado bastante miedo, hicieron varias pasadas y no los volví a ver ni escuchar en todo el día. Tomo una pista en dirección norte y al cabo de llevar caminando una hora me encuentro con un pastor que cuida un rebaño de ovejas, me paro un rato a charlar con el buen hombre y comentar los vuelos de los aviones, me dice que está acostumbrado a ellos. Algo más adelante un perito agrícola está evaluando las pérdidas de la sequía, también me paro un ratito con él.

Monasterio de la Oliva

Durante todo el día una colonia de unos 20 buitres ha estado sobrevolando la zona. Un grupo de agricultores estaba cosechando el escaso cereal que produce esta tierra yerma, me han dado de beber agua fresca, la verdad que es un tesoro por estos pagos. La señalización del GR es muy deficiente, habré visto en toda la mañana unas 8 señales, ha sido una prueba de orientación, me ha sorprendido no haberme perdido ninguna vez a pesar de una gran cantidad de bifurcaciones, cruces, desvíos, etc. más de 100 variantes si las hubiera contado, he tenido que llevar la guía constantemente en la mano y consultándola permanentemente. Alrededor de la una comienzo a descender hacia la depresión del río Aragón, cruzando el enorme Canal de las Bardenas que toma el agua del Embalse de Yesa y cruza la Sierra de Peña a través de un túnel, teniendo enfrente a lo lejos Carcastillo y algo más a la izquierda la Sierra de Ujué y en su falda un bonito pueblo Murillo el Fruto. Esta parte al tener regadío y ser valle, está muy verde y cultivada. Cruzo los terrenos pertenecientes al Monasterio de la Oliva, campos de vides y otros cultivos, como las instalaciones son de grandes dimensiones, se empiezan a ver desde muy lejos.

Carcastillo

Ahora son las 2 de la tarde y entro en el Monasterio, los monjes están comiendo, así que hago la visita en solitario y con mucha tranquilidad, está muy bien conservado y restaurado. Me decido a ir a comer a Carcastillo que está a un par de kilómetros, en la carretera un coche se para y me lleva, la verdad he agradecido la oferta, hace mucho calor y tengo ganas de comer sentado a una mesa. Siendo las 3 me dispongo a comer en un modesto restaurante que está bastante lleno, para la sobremesa me enrollo con unos paisanos que comen en una mesa al lado. José Javier Mulas, cuyo padre era de Villar de Gallimazo, pueblo salmantino cercano a Peñaranda de Bracamonte es uno de los contertulios, se considera de Salamanca, también se apunta a la charla Ramón Bastida, de Villuércanes, un pueblo al lado de la Bureba en Burgos, así que en animada charla me dan las 5 de la tarde, la verdad no era conveniente ponerse en marcha antes de dicha hora, el calor era sofocante y hubiera resultado muy pesado. Reinicio la caminata durante un rato por la carretera y después a través de una serie de caminos entre un pequeño bosque de pino para pasar al otro lado y tomar una cabañera o cañada a través de una zona de regadíos y llegar hacia las 8 al pequeño pueblecito de San Isidro del Pinar, donde no hay ningún lugar donde pasar la noche. Cáseda, pueblo bastante más grande, está a unos 14 kmts. así que me sitúo en la carretera e intentar que alguien me lleve en coche.

Cáseda

Al cabo de unos 45 minutos un paisano se ofrece a llevarme, me deja en la plaza de Cáseda y me indica donde hay un hospedaje, es una acogedora fonda en el mismo bar de la plaza. Es un bonito pueblo en la ladera norte de la Sierra de Peña ya con vistas a la Sierra de Leyre y en primer lugar Sangüesa y el valle del río Aragón, tiene un derruido castillo y rodeado de murallas algo deterioradas, es un paraje muy diferente al de las Bardenas, hay mucha vegetación. Después de asearme he bajado al bar a tomar una cerveza, no tengo ganas de cenar, la comida fue abundante y tardía, he estado charlando con algunos paisanos, sobre todo con uno sobre el conflictivo tema de los pantanos.