NAVA DE ROA – S. MARTIN DE RUBIALES – PEÑAFIEL Kmts. 21

Día 14-11-94. En Madrid tomé un autobús hasta Aranda de Duero, aquí tomé otro que me dejó en Nava de Roa, en la carretera a Valladolid, a las 12,30 del mediodía. Hasta San Martín de Rubiales hay unos 4 kmts. que he caminado a través de una carretera local. Antes de llegar a San Martín se cruza el río Duero a través de un bonito puente, estrecho pero de grandes dimensiones.

Bocos de Duero

Una vez en el pueblo, he comprado pan y vino para almorzar por el camino, hace un espléndido día, hasta caluroso. He tomado contacto con el GR 14 a través de las balizas blancas y rojas a la salida del pueblo en las paredes de unas viejas casas, la senda está bien indicada.

Curiel de Duero

Hasta Bocos, primer pueblo que me encuentro, la senda aprovecha un camino de concentración parcelaria en muy buen estado, aunque el río describe muchas curvas y a veces se separa unos 150 mts. de dicho camino, siempre voy por el valle, éste tiene una anchura de unos 5 o 6 kmts., terminando en unos barrancos de 100 mts. de altura, producto de la erosión del agua en sus crecidas. A la salida de Bocos, que es un pueblecito muy pequeño, donde no he visto a nadie, se avista la silueta del Castillo de Peñafiel, inconfundible sobre un escarpado montículo.

Curiel de Duero

A la salida de Bocos, decía, subo a la meseta para cruzar directamente hacia Curiel, dejando Peñafiel muy a mi izquierda. Lo primero que veo de Curiel es su esbelto castillo, bueno lo que queda de él, luego, poco a poco, va apareciendo el pueblo en la ladera del montículo, casi sobre el valle.

Castillo de Penafiel

Desde la meseta comienzo a descender hacia el valle, son unos 150 mts., para acceder a Curiel, cuya visita dejaré para mañana, ahora iré a dormir a Peñafiel, que dista unos 6 kmts. Antes de entrar en Peñafiel cruzo el Duero por un hermoso puente medieval en muy buen estado, afortunadamente el tráfico salva el río a través de otro moderno construido al lado del viejo. Más adelante dos azucareras a pleno rendimiento, desprendiendo unos desagradables olores y mucho movimiento de tractores alrededor. En el puesto de la Cruz Roja dejo la mochila para intentar subir al castillo antes de que oscurezca, son ahora las 5,30. Hace una tarde maravillosa, el cielo de un azul intenso y claro, el sol le da de plano al castillo resaltando sobre las piedras con un color amarillento.

Castillo de Penafiel

Al ser lunes, el castillo está cerrado y no lo puedo visitar por dentro, otra vez será. Parece un barco con la proa encima de Peñafiel, está muy bien conservado y sólidamente construido. Desde lo alto se ve toda la ciudad, el coso o plaza principal, el Monasterio donde está enterrado el Infante Juan Manuel. El río Duratón se encuentra con el Duero precisamente en éste lugar, pero primero cruza Peñafiel. Me hospedo en el Hostal Linares, lugar recomendado por un paisano como bueno y barato, bueno, algo cutre pero tiene agua caliente y buena calefacción.