TOTANA – GEBAS Kmts. 40,6

Día 22-4-04. Aún es noche cerrada cuando el bus de ALSA me deja en la solitaria estación de Totana, son las 6 de la mañana, así que me dirijo a un bar, en las cercanías, que está abierto con el fin de tomarme un buen café y hacer algo de tiempo mientras amanece. Al cabo de media hora salgo de nuevo a la calle donde hay un hormiguero de obreros sudamericanos que suben a autobuses y furgonetas para dirigirse a las faenas diarias en los campos de frutales de los alrededores. Según voy subiendo por la calle principal, veo que hay varios negocios dedicados a los jornaleros ecuatorianos, agencias de viaje donde anuncian billetes para su país, igualmente agencias de remisión de dinero, etc. etc. De todas las calles laterales van llegando estos jornaleros que bajan al lugar donde están los transportes, es un incesante tráfago aún tan de madrugada.

Santuario Sta. Eulalia de Mérida-Totana


Cruzo la Plaza, Iglesia de Santiago, Ayuntamiento, casas con verjas de hierro forjado en puertas y ventanas, construcciones para un clima mediterráneo. Al final y haciendo algo de tiempo, pues aún no distingo las balizas roja y blanca del GR, me pongo las botas y preparo las cosas, estoy a punto de cruzar la Rambla de la Santa, ya en las afueras de Totana (Altura 240 mts.). Son las 7 y amanece en el horizonte, ahora ya puedo ver por donde va mi itinerario, al cruzar la rambla paso por delante de varios talleres de alfarería para tomar hacia la Huerta por el Camino de los Secanos, toda la zona, antiguamente huertos agrícolas con regadíos y canaletas para dirigir el agua que bajaba de la sierra, abundante en épocas pasadas, cultivos de naranjos, limoneros, vegetales, etc. etc. ahora convertidos en casas de recreo, algunas de grandes dimensiones y bellas construcciones, rodeadas de árboles, altas palmeras y muchas flores. Ahora el agua es un bien muy escaso que viene de muy lejos a través de canales y trasvases.

Morrón de Espuña


El olor penetrante y dulzón de la flor de los naranjos lo impregna todo, además del cántico de miles de pájaros. Palmeras, chumberas, algarrobos, nísperos, especies de clima mediterráneo seco y un ambiente templado en una mañana soleada y agradable para caminar, aunque sopla un viento muy fuerte que a medida que asciendo va siendo más intenso y fresco, cosa que agradezco.
Muchas casas restauradas y construcciones hoteleras de cierto lujo pero manteniendo el estilo de villas con torres y rodeadas de altas palmeras y árboles, no hay duda que el agua para estas zonas es vital, de otra forma no podrían sobrevivir ni cultivar las grandes extensiones de frutales y verduras.
Al alcanzar la Rambla de la Santa, de nuevo, aparece un acueducto romano que aún veré en más ocasiones, el aprovechamiento de las aguas debió ser muy importante, lo mismo que en tiempos de la dominación árabe, pues también he visto otros canales muy antiguos ahora muy destruidos.
Voy recorriendo varios caminos antiguos, Camino de los Secanos, Camino de los Molinos, Camino de la Torreta, Camino de Yéchar, Camino de los Martolitos, etc. etc. Pero sobre todo circularé por algunas ramblas cuyo seco cauce permite el caminar fácilmente. Enfrente sobresale el Castillo de Aledo y el Mirador de la Santa, enfrente, ahora que el recién nacido sol ilumina las zonas más elevadas.

Alhama de Murcia y Sierra de Carrascoy


Abandono las zonas habitadas para entrar de lleno en la Rambla de Yéchar por donde discurre el GR en largo tramo, a ratos el lecho de la rambla es llano, otros he de realizar algunos saltos de grandes bloques de roca en medio y también superar alguna canaleta de agua o alguna presa de retención de avenidas. Hay puntos donde se ha acumulado algo de humedad, charcos, lo que indica la reciente lluvia por estas latitudes. Grandes hitos de cemento, muy antiguos, señalan la entrada en el Parque Sierra Espuña, ahora penetra la senda por una zona de pinares hasta la carretera asfaltada que asciende a Aledo y el Santuario de Santa Eulalia de Mérida, voy ganando altura rápidamente hasta entrar en la urbanización Montysol en los alrededores de Aledo. En lo alto de un cerro hay un gigantesco Cristo al lado del mirador de la santa.
Santa Eulalia de Mérida es un santuario con hospedería y ermita, grandes aparcamientos en las cercanías indican la afluencia de visitantes, ninguno hay en este día de diario, para tranquilidad y placidez, no hay como visitar estos lugares sin ruidos, masas de gente, coches, autobuses, etc. etc. Las instalaciones hoteleras son de gran calidad y buen servicio, con mi aspecto de rústico peregrino, entro a la hospedería para dirigirme a la cafetería y tomarme un buen desayuno a base de tostadas de pan de hogaza y otros complementos, además de buena charla con la empleada que en esta aburrida mañana tiene asegurado un buen rato de palique. Visito todas las instalaciones y Pepe, un joven jardinero, me facilita algún folleto del lugar.

Peredes de Leiva


Abandono el Santuario a las 9,30 siguiendo un camino en ascenso que lleva hasta el Mirador de la Virgen Blanca, con buenas vistas del conjunto de instalaciones y en la distancia distingo el horizonte azul del mar. Enseguida, algo más arriba, doy vista al Morrón de Espuña (1.583 mts.) adornada su cumbre con unas antenas, algunas nubes cubren esa zona, que sacuden fuertes rachas de viento, buen síntoma de que no pasaré mucho calor hoy. Al GR252 le acompaña ahora un sendero de Pequeño Recorrido con su baliza amarilla, es el PR64 hasta otras zonas con casas recreativas.
Tomo ahora un camino de tierra que me mete de lleno en plena Sierra Espuña, es el Camino de los Molejones a Campix que bordea toda la sierra por su ladera este a unos 850 mts. de altura, dando vista en la distancia al mar azul, también Totana, Alhama de Murcia y justo enfrente, la Sierra de Carrascoy que me servirá de referencia visual durante toda la jornada, en medio la depresión del Río Guadalentín.
Desde el Collado de la Zarza, a unos 850 mts. de altura, puedo ver con claridad, hacia el sur, la Sierra de María, además de las zonas recorridas durante la mañana. Sigo por el camino de tierra bordeando toda la sierra hasta dar vista a Alhama de Murcia y los Barrancos de Gebas, zonas erosionadas que se distinguen perfectamente hacia el norte.
Desde el Collado de Ballesteros tengo una estupenda panorámica del Morrón de Espuña y del Morrón de Alhama, ya les he dado la vuelta en 90 grados, también las escarpadas Paredes de Leiva, son calizas rojas verticales por cuyos alrededores pasaré en breve.
Llego a la Fuente Rubeos y al Centro de Interpretación Ricardo Codorniu, donde me facilitan planos e información detallada del parque, hay guardas forestales, oficinas y un amplio aparcamiento con varios vehículos. Al ser zona norte, hay mucha vegetación y humedad, varias ardillas corretean nerviosas delante en el sendero y algo más adelante casi piso un conejo que estaba durmiendo la siesta entre unos matorrales, también he visto muchas perdices que han levantado el vuelo en parejas.

Gebas


Desciendo al cauce del Río Espuña también seco pero todo alrededor muy verde y agradable con mucha sombra. A continuación tomo un bello camino empedrado, muy antiguo, llamado Senda de los Siete Hermanos, con un metro de anchura y piedras grandes y bien colocadas en los laterales al estilo romano, va zigzagueando para descender y toma altura suavemente, toda una delicia de camino que transcurre entre el Barranco del Río Espuña y el Río Leiva. Enseguida llego a las abandonadas construcciones de un antiguo sanatorio en estado ruinoso.
Unos carteles anuncian la Senda del Dinosaurio por pasar al lado de una huella o Icnita en la roca. Sigo hacia las Paredes de Leiva, ahora vistas de cerca impresionan por su colorido rojo, altura y verticalidad.
Antes de llegar a las Paredes de Leiva, el GR gira a la derecha para iniciar el descenso al pueblo de El Berro a través del Barranco de las Brujas, por su cauce reseco en constantes giros, desciendo durante unos 45 minutos que me parecen una eternidad, no veo nada más que unos metros delante, pues otro giro a derecha e izquierda no me permiten ver otra cosa que el estrechamiento de la rambla, ahora el calor se hace más intenso a medida que desciendo en altura. Sobrecoge la soledad de este escarpado cauce y tampoco es que pueda caminar con cierta marcha, hay muchas piedras y he de ir mirando con cuidado donde piso.
Poco antes de las 3 llego, por fin, al pueblo de El Berro (altura 609 mts.), he recorrido hasta aquí 33 kmts. en 7 horas efectivas. El Camping Sierra Espuña está abierto y en la terraza de la cafetería, dos matrimonios extranjeros toman el sol, me siento en la barra de la terraza a tomar un par de cervezas y un platito de ensalada, al poco rato me quedo frío, la brisa en la sombra es bastante fresca, así que retomo la senda, no sin antes llamar por teléfono a Roberto, el dueño de la Hospedería la Mariposa en Gebas donde he reservado habitación, como es holandés, pues sus explicaciones para dar con su establecimiento, no son muy comprensibles. Me dice que cuando esté en un canal, en lugar de seguir a la derecha, no a la izquierda, veré una casa en ruinas, que siga por esa casa que enseguida llegaré a la hospedería. Bueno pues al cabo de un par de kmts. de salir de El Berro, me encuentro en el canal, veo a la izquierda una casa en ruinas y más a lo lejos unas casas, me digo, allí debe ser, aunque para confirmar le intento llamar de nuevo, pero no hay cobertura telefónica, así que tomo a derecho, cruzo un barranco y me dirijo hacia las casas que están solitarias y nadie por los alrededores a quien preguntar. Ante la duda sigo hacia la carretera que está en un alto y desde allí consigo hablar de nuevo con Roberto, me dice que regrese al inicio del canal, lo siga durante una hora y llegaré a su final, allí encontraré la casa en ruinas. Cuando estoy en pleno paso del canal, una enorme culebra bastarda sale de un lateral, entre la hierba, asustada, yo diría más que yo, me pasa por entre las botas y se mete en la hierba de la izquierda, vaya bicho más grande.
Vuelta a bajar al barranco y subir hasta el Canal de la Noguera que sigue, a nivel, el cauce de la Rambla de Algeciras durante un buen trayecto, este canal lleva un abundante caudal y en algunos puntos pasa por debajo de rocas, por tanto he de bajarme del canal y trepar por unas lanchas muy inclinadas, con mucho cuidado vuelvo a subir al canal hasta que en 30 minutos llego a su final. Llamo de nuevo a Roberto, me dice, vas en el buen camino, la casa en ruinas, un camino de descenso y llegarás a la Hospedería. Son las 5 en punto, Roberto me espera a la puerta de la Hospedería la Mariposa, en Gebas (Altura 420 mts.) soy el único huésped, las instalaciones están muy cuidadas, supongo que los clientes asiduos serán holandeses. Una reconfortante ducha, sobria cena preparada por Roberto y a descansar plenamente desde las 10 de la noche hasta las 7 de la mañana, sin el menor ruido ni siquiera me he despertado en una ocasión, que maravilla.
DATOS DEL GPS: Distancia recorrida 40,6 kmts. Tiempo parado 2,12 horas. Tiempo en movimiento 8,32 horas. Tiempo total 10,44 horas. Media en movimiento 4,8 kmts. hora. Media total 3,8 kmts. hora.