CAÑADA DEL HOYO – VILLAR
DEL HUMO 44,2k
Día 16-10-2012. La jornada de hoy me ha deparado tantas emociones
que largo será describirlas en detalle, haré un esfuerzo
pues ahora, sentado plácidamente en el bar de Javi “Las
pinturas rupestres” en el pueblo de Villar del
Humo, recién
duchado con agua bien templada, mi cuerpo, especialmente los músculos,
se ha relajado completamente dándome la sensación de acabar
de levantarme por la mañana, totalmente recuperado de los intensos
esfuerzos realizados, no solo físicos, también los mentales
pues la tensión vivida en tantos momentos de incertidumbre hace
que suponga también un desgaste intenso en todos los sentidos.
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Amanece en la Vega del Guadazaón |
Bien, volvamos la vista atrás cuando me despido de Jóse quien
me ha servido un completo desayuno en amena charla mañanera
después de un relajado descanso nocturno en confortable y tranquilo
ambiente. Al salir a la calle, cuando son las 8h15m, preparado hasta
con guantes para afrontar los 0 grados de la rasca mañanera,
la escarcha cubre todas las zonas herbosas, clara indicación
de las bajas temperaturas de madrugada.
El amanecer es todo un espectáculo, comienza a clarear sobre un
cielo azul que deslumbra mi visión hacia el este que es hacia
donde me dirijo, voy viendo como cambia el soberbio escenario que se
ilumina de rojo luego azul y termina cuando los brillantes rayos del
sol iluminan intensamente los alrededores, realmente fantástico.
La parte más baja del pueblo es el lugar llamado Tres
Cruces,
aquí un indicador de los PR-CU82 y PR-CU84 señalan diferentes
itinerarios como el Sendero de las Hoyas y Sendero
Vega del Guadazaón.
El amplio Valle del Guadazaón, colmatado, permite
en sus fértiles
tierras el cultivo de cereales además riegos por aspersión
permiten añadir humedad a estas tierras ahora algo secas, no obstante
observo las antiguas acequias abandonadas y en desuso, supongo por falta
de caudal hídrico.
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Cañada del Hoyo |
Oigo en la distancia las descargas de los cazadores pues la veda
supongo ha sido abierta recientemente, de frente se acerca un
ciclista, se
trata del joven Marcos quien pisa el freno al cruzarme
y en agradable charla pasamos un buen rato, Marcos no
tiene mucha prisa y el que suscribe se enrolla como las persianas
a la primera ocasión que se presente.
Sigo el camino que me lleva en línea recta hacia el pueblo de
Carboneras de Guadazaón que distingo en la
distancia, atraviesa la vereda, a través de un puente, la vía de ferrocarril
Cuenca-Valencia que cruza todo el valle de este
a oeste. Desemboca el camino que sigo en el cruce de carreteras a
la
entrada de Carboneras,
por mi derecha, al fondo, destaca un cerro cónico en contraste
con el cielo azul, se trata del Cerrito La Arena,
según me aclara
un paisano.
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Puente sobre el Río Cabriel |
El pueblo de Carboneras de Guadazaón se ubica
en un elevado espolón
calizo destacando su iglesia con estructura defensiva en lo más
elevado, luego el resto del pueblo se halla alrededor de la estación
de ferrocarril. Al pasar al lado de la panadería no resisto la
tentación al oler el “perfume” que de allí sale,
un paquete de ricos almendrados y una ensaimada recién salida
del horno serán devorados sin compasión.
Me dirijo hacia la salida del pueblo alcanzando a un paisano a
quien pregunto por el posible itinerario para seguir hacia el pueblo
de Villar
del Humo, bien, pues el paisano, que fue pastor y conoce
la zona a la perfección, me cuenta alguna historia dramática protagonizada
por una mujer y su hijo en las aguas del Río Cabriel donde él
mismo hizo de salvador. Al margen de su bien descrita aventura, también
me da algunos consejos sobre mi itinerario, naturalmente seguiré mi
personal trazado.
Salgo de Carboneras por un camino balizado con
las señales blanca
y amarilla del PR-CU81 que sigue hacia la Ermita
de San Gil, teóricamente
debería el GR66 seguir por la Cañada Real del Reino que
va, según el mapa del IGN, al lado de la carretera N-420,
pero esto es en teoría puesto que la vereda está completamente
desaparecida, por esto, con el fin de no pisar asfalto, continúo
por un camino terrero que me asciende a una zona plana en el Alto
de Pajaroncillo desde donde contemplo la impresionante
depresión
que ha formado el Río Cabriel, al fondo
sobresale el pueblo de Pajaroncillo.
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Cauce del Río Cabriel |
Desemboca el camino que sigo en la carretera a Teruel con
buen arcén
y base de un barranco por donde siguen los mojones de la vía pecuaria
hasta llegar a una gran cantera que ha invadido lo que debería
ser la vía pecuaria, sin otra alternativa he de volver a la carretera
para continuar por el asfalto durante unos 3k hasta el cruce del Río
Cabriel y su bonito entorno de hermosas alamedas y choperas,
sus aguas transparentes fluyen con placidez por la Vuelta del Molino obligadas
por un dique que alimentaba la antigua Central Eléctrica de Cristina ahora
en completa ruina.
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Vadeo del Río Mesto |
Cruzo el río por un deteriorado puente tomando un camino de tierra
que pasada la ruinosa central, inicia un fuerte ascenso con bonitas vistas
de las hoces que forma el Cabriel adornado
por el brillante colorido del bosque de ribera y los escarpados
paredones
calizos que lo cierran
obligándolo a realizar las retorcidas hoces.
Continúo por zonas elevadas entre pinares con infinidad de desvíos
y cruces de caminos que me obligan a llevar el GPS en la mano par no
perder el rumbo, no obstante he de variar el itinerario que había
trazado de antemano y tomando decisiones sobre la marcha con alguna tensión
pues el tiempo corre en mi contra y el cruce del Río Mesto podría
suponer alguna dificultad imaginada, luego el seco cauce no representará ningún
obstáculo.
Superados unos campos de cereales y unas ruinosas masías, comienzo
el descenso hacia el barranco que forma el Río Mesto a
través
de una pista inclinada que me deposita en el bonito y apacible valle
siguiendo el reseco cauce del barranco hacia su nacimiento puesto que
en dirección contraria el barranco desemboca a corta distancia
en el Río Cabriel, camino ahora con
cierta pausa por las alamedas y gigantescos chopos hasta su
cruce por
un punto con una balsa de agua.
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Torre Barrachina |
El camino ahora se dirige en ascenso hacia un parque eólico dejando
a la izquierda la Torre Barrachina, de estructura
defensiva medieval y algo más alejada la Peña Escrita,
una formación
de rodeno que sobresale de los pinares, en su base en halla la Cueva
de Peña Escrita con bonitas pinturas rupestres
tal como me muestra luego Javi en Villar del Humo,
no me atrevo a llegar allí puesto
que no tengo la seguridad de poder visitarla en el interior pues podría
estar cerrada su entrada y sería inútil la desviación.
Mas adelante, en un cruce de pistas, según avanzo hacia el pueblo,
un cartel indica “Pinturas Rupestres”,
cuando estoy leyendo los letreros aparece un todoterreno,
pregunto si voy bien hacia Villar
del Humo, afirmativo, faltarán unos 4k.
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Peña Escrita |
Una fuente con escaso chorro sacia mi sed y otro relajado
tramo de camino terrero para pasar al lado de una caseta
de información de las
pinturas rupestres recién construida, para dar vista a Villar
del Humo desde una elevada zona rocosa, el pueblo
está ubicado
en un recóndito valle rodeado de pinares a una altura de 900m.
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Villar del Humo |
A las 17h30m llego a Villar de Humo dirigiéndome al Bar
Pinturas Rupestres donde Javi me
recibe cordialmente, el hospedaje me lo facilita Adolfo Navarro (Telef. 618439472) en
un apartamento bien acondicionado donde me aposento.
En el Bar de Javi me
enrollo con el matrimonio que me crucé en el camino, conducían el todoterreno, así que
otro buen rollo de postre para completar la jornada.
Datos del GPS: Distancia recorrida 44,2k. Tiempo en movimiento 8h20m.
Tiempo detenido 1h. Tiempo total empleado 9h20m. Media en movimiento
5,3k/h. Media total 4,7k/h. Ascenso total 741m. Descenso total 728m.
PERFIL DE LA JORNADA |
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