CAZORLA – VADILLO CASTRIL – CERRADA DEL UTRERO Kmts. 28

Día 13-11-03. A pesar de no haber sido hoy una jornada completa, la verdad es que las emociones fuertes han sido abundantes como a continuación veremos.
El hospedaje, donde se alojan mis amigos Carmen y Pepe, una serie de villas ubicadas en las laderas del Castillo de la Yedra, con hermosas vistas del conjunto de Cazorla, el pequeño inconveniente es que el complejo está en proceso de reforma y las obras incomodan un poco a los huéspedes, ello no es inconveniente para haber descansado plácidamente durante toda la noche sin ningún ruido y con una temperatura muy agradable.
Antes de las 7,30 me aposento en el solitario comedor con bufet a go-gó, así que bien fortalecido inicio la jornada hacia las 8 descendiendo al puente que cruza el barranco formado por el Río Cazorla y subir a cruzar las muy inclinadas calles con destino al cercano pueblo de La Iruela.

Cazorla aún en penumbra


La mañana es estupenda, un cielo azul nítido y completamente despejado, preludio de una maravillosa y emocionante jornada. Una vez cruzado Cazorla, continúo hasta La Iruela, por la derecha las escarpadas montañas y por mi izquierda, iluminados por el brillante sol de la mañana, los interminables campos de olivos, más al fondo un pueblo que llama extraordinariamente mi atención por estar ubicado en lo alto de un solitario cerro cónico, pregunto en La Iruela donde una señora me dice se trata de Iznatoraf, “Toraf” como le dicen los del lugar, pueblo muy vello que merecerá una visita algún día.
Otro pueblo cerca, continuación de La Iruela, es Burunchel, ubicado al fondo de las protegidas laderas de la sierra. Aquí en La Iruela hay un castillo templario, ubicado en una zona escarpada y muy bien protegida, algo más alto, otra torre defensiva, esta algo deteriorada. Cruzo las muy inclinadas calles de La Iruela, pasando por la entrada al castillo que está en obras de restauración. Salgo por la parte más elevada del pueblo y rápidamente llego a la Ermita Virgen de la Cabeza, 150 metros por encima de Cazorla, con bonitas vistas de todo el conjunto. El GR llega a la ermita de forma directa desde Cazorla a través de un empinado sendero, el haber llegado a La Iruela ha sido para conocer el bonito pueblo y su castillo.
Al lado de la ermita encuentro las balizas del GR además de un cartel indicador “A Vadillo 5 horas”, estoy en el buen camino. El bello camino que sido, que dejará un grato recuerdo, pues lo considero entre los más hermosos que he pisado, tiene un metro de ancho con protecciones laterales de piedra y un firme bastante bien conservado a pesar de sus cientos de años. Va ascendiendo por escarpadas rocas calizas, en algunos casos habiendo taladrado su paso y construcciones bien sólidas en las inclinadas lanchas. A ratos penetra entre un bosque de pinos por zonas muy húmedas con muchas matas de boj y su olor penetrante. Hacia los 1.400 metros de altura, el camino pasa al lado de un viejo cortijo en ruinas, pero ubicado en un plano herboso en un pequeño arroyo, rodeado de chopos amarillos, es la base del Cerro de la Laguna, un lugar ideal para acampar. He pasado al lado de unas curiosas formaciones calizas, “Peña de los Halcones” y “El niño sin brazos”, me recuerdan estas formaciones rocosas a la Serranía de Ronda y la Sierra de Grazalema. Al lado del camino hay grandes mojones de piedra de un metro de altura muy antiguos, supongo para señalar la ruta en caso de nieve. Hacia las 10 arribo a un pequeño collado a 1.500 metros de altura dando vista al Valle del Sinclinal y la escarpada Loma de los Castellones, El Gilillo y las escarpadas paredes por donde se desprende la Cascada del Chorro. El conjunto de esta serranía se denomina Poyo de Santo Domingo y su cima más elevada el Gilillo con 1.848 mts. de altura. También diviso con nitidez Sierra Mágina y las zonas recorridas los dos días pasados.

Valle del Sinclinal y camino


De frente viene un senderista extranjero, belga u holandés, bastante mayor, me recuerda a mi amigo Celestino, me dice estar hospedado en el Parador Nacional El Adelantado y cada día hace una ruta de ida y vuelta, continúa alegre y feliz, cantando y silbando, supongo que en su tierra no hará ni la temperatura que disfrutamos ni esta atmósfera limpia y transparente, con un cielo que parece que estemos dentro de él, al estar tan altos y sin nada que impida su contemplación en toda su amplitud.
El profundo barranco que tengo por la derecha es la Escaleruela, que se inicia justamente en el Puerto del Tejo, donde llego a las 10,30, está a 1.567 mts. de altura. Ahora doy vista al Valle del Río Guadalquivir. Me sorprende la abundante vegetación que cubre todo lo que abarca mi vista, sobre todo pinos, aunque luego cuando descienda a las zonas de ribera, cambiará bastante. Puedo distinguir al fondo, la Cordillera de las Banderillas y sus afiladas agujas, también la Cuerda de los Alcañetes, a mi derecha la Sierra del Pozo en cuyas laderas norte tiene su nacimiento el Río Guadalquivir. En las laderas de los Poyos de la Mesa se ha desatado un incendio de donde sale una intensa humareda, al cabo de un par de horas vendrá un helicóptero para su control, el humo queda en suspensión por las altas presiones.
Desde el Puerto del Tejo sigo por el camino hacia la izquierda, aunque a la derecha sigue otra senda menos amplia y que aparenta iniciar el ascenso al Monte La Lagunilla. El que yo sigo, a medida que desciendo, se va haciendo más amplio y con roderas, rápidamente llego al Parador Nacional, son las 11 de la mañana.
Desde antes de llegar al Puerto del Tejo no he vuelto a ver las balizas blanca y roja del GR, así que inicio el descenso por la carretera que termina en el Parador, para seguir hacia Vadillo Castril, al llegar a la Fuente del Oso, donde hay varias casetas forestales, veo que las balizas del GR bajan del Collado del Oso, no puedo entender como no se señaló adecuadamente la desviación. Bueno pues un cartel indica “Sendero de la Fuente del Oso”, que inicia el descenso, a través de un hermoso paraje, hasta el Puente de las Herrerías sobre el Río Guadalquivir. Según me voy acercando a la ribera, la vegetación es de carrasca, quejigo, pino y abajo al lado del río, bellos ejemplares de chopo. Doy vista, aún 150 mts. por encima, a las enormes instalaciones del Camping Puente de las Herrerías, al llegar al río un bello puente de piedra sobre un arroyo, el suelo lleno de hojas, todo muy húmedo, el ruido del cauce del Guadalquivir con sus aguas puras, transparentes y de un bonito color verde, una fuente con dos buenos chorros de agua fría que bebo con avaricia, todo un hermoso rincón. Cruzo el río por una pasarela de madera para bordear la alambrada del camping y llegar al Puente de las Herrerías donde hay 4 coches, por lo que interpreto es la iniciación de algunas excursiones desde el puente.

Paredes de Peña Gallinera


El valle se va abriendo cubierto de grandes árboles y conformando varios meandros y discurriendo, el Guadalquivir, con toda placidez, preparando fuerzas para cuando llegue a la Cerrada del Utrero. Doy vista, del otro lado, a Vadillo Castril y antes de llegar a un cruce de pistas, una senda a la izquierda me baja a cruzar el río por una pasarela. Salgo de Vadillo Castril a las 12,40, hasta un cruce de carreteras, de las balizas del GR ni rastro, un cartel señala la Senda de la Cerrada del Utrero que puede ser circular o salir a Coto del Valle, que es precisamente donde quiero ir para continuar a la vera del Guadalquivir.
Inicio la espectacular senda que rodea una mole caliza llamada El Lanchón, pasando al lado de verticales paredones, de frente otras paredes rojizas y sus laderas llenas de árboles con las hojas rojas y amarillas, realmente bonito este paraje. Según bordeo las paredes, intento descubrir por donde diablos irá el camino que desciende a Coto del Valle, pues toda la zona es muy escarpada y el desnivel es de 300 metros. En un recodo veo, abajo, del otro lado del río, una senda que desciende, ¡ya está! Por ahí he de bajar. Esa senda baja por la base de la Cascada de Linarejos, una gran cascada que en su final ha conformado una especie de balsa caliza donde se remansa el agua. Pero hay zonas con desprendimientos de roca y parece, desde aquí arriba, que la senda ha quedado destruida, bueno veremos que pasa cuando llegue.
He dado la vuelta en redondo hasta llegar a una presa o dique, al parecer el agua se llevo por una tubería a través de la gran roca hacia una central abajo en el valle. Cruzo el Río Guadalquivir a través de unas piedras resbaladizas, así que con sumo cuidado para no dar con mis huesos en las frías aguas, paso al otro lado para ir descendiendo cuidadosamente por la zona de rocas desprendidas, mi mochila, con 8/10 kgs, a la espalda, es un inconveniente para los movimientos de aseguramiento, incluso en algún punto hay una cuerda para realizar la sujeción, además las rocas están muy húmedas, es una zona donde el sol no penetra en todo el día, por tanto he de ir con sumo cuidado.
Paso por debajo de la Cascada de Linarejos y continúo descendiendo por la estrecha senda hasta un lugar donde el río ha formado una gran balsa de agua azul, se aprecia que en verano la gente debe bajar a bañarse, por algunos desperdicios que hay por los alrededores. Intento continuar el descenso pero es imposible, la senda ha desaparecido y ahora son enormes bloques de roca caliza que impiden el paso, además no puedo ver lo que hay más abajo. Subo, bajo, vuelvo a intentarlo, pero es imposible, tomo una decisión, volver atrás.

Cascada de Linarejos


Según asciendo de nuevo me voy planteando lo que haré, es la 1,30, si tengo que dar la enorme vuelta hasta el Empalme y descender hasta Coto del Valle, serán mas de dos horas por la carretera, así que mis planes se ven un poco alterados. Cuando llegue al cruce de carreteras, al primer coche que pase, si me recoge, pues donde me lleve, decidiré, tampoco es que haya más de dos opciones, o a Cazorla nuevamente, o hacia Beas de Segura, mi camino río abajo.
Por la escarpada zona donde he tenido los problemas, he visto una especie de canalizaciones de cemento, un cartel explica el transporte, de troncos, que se hacía antiguamente, a través del cauce del Guadalquivir, madereros y pineros guiaban los troncos a través de la corriente y aquí, donde el agua se desprendía en largas cascadas, se canalizaban a través de estos canales de cemento.
A las 2 llego nuevamente al cruce de Vadillo Castril, donde un autobús está haciendo maniobras en la cerrada curva, le pregunto al conductor hacia donde sigue, me dice que a Cazorla, ¿me llevas?, sube. Allá vamos, con 14 estudiantes que han terminado la clase por la ribera del Río Guadalquivir.
Así termina mi primera incursión en la Variante del GR7 por Cazorla y Sierra Mágina.