BENIFALLET – PAÜLS – REFUGI
CARO Kmts. 39
Día 28-4-00. El conductor del autobús que me ha traído desde Lléida ha sido tan amable de dejarme apear en el punto donde el GR abandona la carretera, de tal manera que me ha evitado el caminar por el arcén durante 4 kmts. Justo enfrente de Benifallet y al lado del puente, llamado Pont del Llaguter que cruza el Ebro, hay un llagut, que es una especie de balsa con la que, hasta no hace mucho tiempo, cruzaban el río las personas, animales y todo tipo de vehículos.
Hay una zona donde el Ebro se encajona formando unas estrechas hoces, es el Pas de Barrufemes. Durante un largo tramo la senda aprovecha el trazado de una antigua vía férrea, es el llamado Tren de la Vall del Zafan, que según he leído si siquiera fue terminada. Hacia las 8 de la mañana comienzo a andar, hace mucho viento, algo frío, ayer llovió con intensidad y en las zonas montañosas fueron tormentas con fuertes granizadas, aún esta tarde he podido ver en las zonas de umbría, grandes cantidades de granizo acumulado, a pesar de todo el día está estupendo para caminar, a veces se nubla, pero lo prefiero así.
Voy ascendiendo por caminos que cruzan pequeñas explotaciones de frutales, almendros y olivos, alguna masía, como siempre, abandonada. Al pasar al lado de una con plantaciones de cerezos, había uno con los frutos curiosamente muy maduros, no me lo he pensado dos veces, a comer cerezas bien rojas. Al pueblecito de Paüls he llegado hacia las 10,30, está ubicado en un bonito valle, rodeado de montañas, con muchos árboles frutales, debe tener un microclima especial a pesar de estar muy alto, el conjunto de casas apiñadas en una ladera y a 400 mts. de altitud. Las montañas que rodean el valle son de unos 1.000 mts., algunas con paredones muy escarpados. Me tomo un café en el bar y me acerco al horno a comprar pan además de una riquísima torta que me durará los tres días.
Hacia las 11 continúo mi camino que será especialmente duro, me dirijo a una zona recreativa muy bien cuidada en los alrededores de la Ermita de Sant Roc, un paisano está recogiendo los montones de basura y limpiando el lugar, según me dice, durante la semana santa estuvo lleno de gente y lo han dejado hecho una porquería. El GR continúa ascendiendo hacia las cumbres, primero por sendas y alguna pista y al final a través de un estrecho camino.
Oigo el ruido de una máquina a lo lejos, cuando me acerco es un tractor oruga y tres obreros destruyendo la senda, les pregunto si lo que hacen será empeorando lo que hay, dicen que se podrá subir en bicicleta, tampoco es que me entiendan muy bien.
Llego al Coll del Camp 950 mts. de altura donde hace un viento infernal, hay puestos de cazadores de palomas llenos de porquería, pero las panorámicas son magníficas, sobre todo de un conjunto de rocas llamadas Roques d´en Benet, inmortalizadas según tengo entendido, por Picasso en alguno de sus famosos cuadros, muy escarpadas y rojizas, deben ser escuela de escalada. Ahora paso por varios collados y cabeceras de valles para no perder altura, todos ellos con mucha vegetación y humedad, pero agua no veo por ninguna parte, son bosques muy frondosos y agradables pues hay mucha sombra. No hay forma de encontrar agua, a pesar de haber mucha humedad se debe filtrar nada más caer, toda la zona es calcárea, por tanto el agua se pierde nada más caer.
Comienzo a ver el Mont Caro con dos grandes antenas en su cumbre, me servirá de referencia durante todo el día. También tengo buenas perspectivas del Delta del Ebro, es diferente el colorido del agua cuando penetra en el mar, por tanto es bien visible el contraste. Llego a la zona de cumbres y cresteo durante un buen rato, resistiendo los embates del viento racheado.
Un grupo de cabras monteses huyen al notar mi presencia y más adelante un par de viejos machos se asustan al encontrármelos a unos 50 mts., también he visto señales de jabalíes por el camino, todo hozado en busca de raíces. Hacia las 4 de la tarde llego a unas planicies muy verdes por donde se hace muy agradable el caminar, estoy a unos 1.200 mts. de altura y acercándome al Mont Caro. Hacia las 5,30 llego al Refugi Caro que se halla en las faldas del monte de su nombre y en una zona boscosa donde han construido, de forma ilegal, bastantes casas de recreo, la zona se denomina El Mascar y los arroyos que aquí nacen van conformando el Río Ulldemó que desagua más adelante en el Matarraña. El joven encargado del refugio me da habitación y como es muy temprano, dejo la mochila y me dispongo a subir al Mont Caro, cuya cima está a 1.442 mts. de altura, así que he de ascender 400 mts. a través de una inclinadísima canal, no lo pienso dos veces, a sudar otro poco más.
Mereció la
pena el esfuerzo, es un extraordinario mirador, puedo ver hasta Penyagolosa hacia
el sur, un radio de al menos 100 kmts. a la redonda. El descenso
decido hacerlo más suavemente a través de una pista, además
alcanzo a Nacho y Rocío,
una joven pareja de Castellón, con quienes
me enrrollo animadamente. La cena en el refugio al lado de la chimenea
en animada
charla con Eduardo y Kika, también
aficionados al senderismo y la montaña. El sueño se va
haciendo intenso, son las 11 y ya no aguanto más, a dormir. |