BEJÍS – ANDILLA – CHELVA
Kmts. 42
Día 4-3-95. Me levanto a las 7,30, lo primero que hago es abrir la ventana y ver como se presenta el día, tal y como terminó ayer no tenía muchas esperanzas de que hoy hiciera bueno, pero sorpresa, mañana radiante de sol. Cruzo el pueblo hacia la parte alta, son las 8,15, paso por delante de una fuente con varios chorros y abundante caudal, algo más adelante los restos de un acueducto romano llamado “Los Arcos” y en lo alto del pueblo el derruido castillo, que según dicen es prerromano, en lo alto del cerro, aprovechando sus contrafuertes como defensas. Inicio la senda por la carretera que sube a las semiabandonadas aldeas de Arteas de Arriba y Arteas de Abajo, a los pocos metros abandono la misma y tomo un caminito por la ladera derecha del Río Canales con muy poco caudal. Hoy transito, de nuevo, entre bosques calcinados, según me han dicho hace un año devorados por un incendio. Son bosques de pino autóctono que seguramente habrán desaparecido para siempre. A medida que asciendo comienzo a pisar algo de nieve y granizo caídos ayer por la tarde de forma tormentosa, esta humedad le viene muy bien al terreno, los charcos de agua se han convertido en hielo por las bajas temperaturas de la madrugada, ahora mismo no habrá más de 0 grados.
En un lugar del arrasado bosque, pierdo las señales y la senda, bajo al barranco y subo al lado contrario a buscar la carretera y continuar por ella. Al poco rato paso por la desviación a Arteas de Abajo, donde no entro, está casi abandonado y semiarruinadas sus casas. Ahora la carretera se convierte en pista y al cabo de 2 kmts. llego a Arteas de Arriba donde termina la pista. Aquí tomo contacto de nuevo con las balizas del GR, aunque la señalización es bastante deficiente, puede ser consecuencia de los incendios o porque hace mucho que no las repasan, la cuestión es que de no ser por mi intuición y buena orientación me habría despistado en varias ocasiones. Voy ascendiendo por la derecha del Barranco del Quiñón, el cordal que faldeo es bastante alto y tiene cumbres como las Lomas de la Juliana o las Peñas del Diablo de casi 1.500 mts. de altura, en una de ellas, La Salada hay una estación militar. En la parte final del ascenso se suavizan los barrancos y por un camino bien marcado llego al Collado de la Serrada, punto de intersección de caminos, a mi derecha se asciende a la base militar, por mi izquierda al pueblo de Canales y de frente, que es el que teóricamente tengo que seguir, hacia Andilla.
Como también esta zona ha sido arrasada por los incendios, se ha producido una gran erosión por las máquinas que han limpiado los bosques, además un montón de pistas se entrecruzan unas con otras, finalizan en lugares inesperados, etc. de tal manera que es un verdadero laberinto. Me bajo al barranco y continuar por su cauce, pero es imposible, a medida que desciende va formando giros y grandes escalones que hacen penoso el camino. Tomo de nuevo una pista por mi izquierda para finalmente y con mucha suerte llegar a Andilla a las 12,30, he empleado una hora menos de lo que marca la guía, he bajado a derecho al perder contacto con las señales. En la entrada de Andilla hay un letrero indicador del GR7, éste es punto de intersección con el GR 10, donde dice que a Chelva hay 7,15 horas de caminata. Me sorprendo, supongo que la senda hará un recorrido no directo.
Se me olvidaba indicar que del recorrido Andilla-Chelva-Requena no tengo guía, de tal forma que a partir de aquí voy algo despistado. Después de meditarlo y la ayuda de algunos vecinos del pueblo, decido que me lleven en coche unos paisanos, que salen en este momento, a Villar del Arzobispo y desde aquí hasta Chelva por carretera. No había otra alternativa, sin la guía topográfica y con la mala experiencia de la mañana con la señalización, además con 7 horas de recorrido ininterrumpido, seguro que a las 9 de la noche no habría llegado Chelva. Finalmente a las 6 de la tarde, después de haber caminado otros 23 kmts., llego a Chelva. De éste último recorrido (Villar del Arzobispo-Chelva) resaltaré que en el cruce de Losa del Obispo una peña valencianista celebraba un almuerzo, contando con la colaboración de Manolo el del Bombo haciendo la chirigota por todo el pueblo, mientras, los de la peña asaban una buena cantidad de chuletas, a las que amablemente me invitaron, qué lástima hacía un rato que había comido. En un alto de la carretera pude imaginar las Hoces del Turia, una enorme depresión a unos kmts. de distancia entre dos pantanos (Loriguilla y Benagéber).
A
la entrada de Chelva pregunto al Brigada
de la Guardia Civil, quién me recomienda el Hostal
la Posada, para mi desgracia, como es sábado, detrás
de mí se hospeda también un grupo de unos 35 moteros
armando gran alboroto. Una vez aseado y antes de que anochezca, intento
contactar con la llegada del GR 7, pero no lo logro. Al menos consigo
conocer algún monumento de Chelva. No llego
a un acueducto romano que está algo alejado, en un lugar llamado Peña
Cortada, para otra vez será. Otro lugar interesante
es una ermita en lo alto de un monte, llamada de las Nieves.
Después de la cena y cuando ya estoy acostado, llegan los
moteros armando gresca, afortunadamente se duermen rápido. |