VENTA GAETA – COLLADO CAROCHE (CAROIG) Kmts. 46

Día 23-2-96. Aunque la camilla no era muy cómoda, por lo menos mejor que en el suelo, a pesar del intenso frío del exterior con fuerte helada, con la calefación encendida toda la noche he estado bien calentito. He dejado todo bien ordenado y limpio, después me he tomado un buen desayuno en el bar. Anoche, después de cenar estuve charlando largamente con la familia del bar, hasta pasadas las 11.

Hoces del Júcar desde el Pico del Reloj

Hacia las 8, una vez terminado el suculento desayuno, he iniciado la jornada ascendiendo una inclinada cuesta que me lleva a la Muela del Albeitar, la mañana está fresquita, sobre todo la parte norte y en toda la explanada de la muela. El cruce de la muela lo hago bastante rápido, no hay inclinaciones. De frente, a varios kilómetros, ascienden las emanaciones de vapor que imagino produce la Central Nuclear de Cofrentes. Poco a poco me voy acercando a los cortados que forma la Hoz del río Júcar que intuyo en una gran hondonada.

Comienzo el descenso y las panorámicas de todo el Valle del Júcar (Xúquer dicen por aquí) con impresionantes, además el día es muy claro y soleado, una vez que comienzo a introducirme en el valle la temperatura cambia radicalmente.

Valle del Júcar

La bajada es bastante inclinada, a las 10 llego a una carretera, como las obras de la ampliación de la presa son posteriores a la edición de la guía que llevo, tengo algunas dificultades para saber la dirección de las pistas y carreteras recientemente construidas. Por suerte en el mismo momento que tomo contacto con la carretera pasa un coche cuyo conductor me indica que la carretera lleva a Cortes de Pallás a unos 5 kmts. de distancia, como me ve muy cargado, se ofrece a llevarme la mochila, cosa que acepto agradecido, así que sin ningún peso a la espalda camino plácidamente disfrutando de estos hermosos parajes, haciendo fotografías y tomándomelo con tranquilidad.

Valle del Júcar

Cruzo el enorme pantano a través de un larguísimo puente a gran altura sobre las aguas, en el pueblo vería unas fotografías del antiguo puente, ahora tapado por las aguas, diminuto en comparación con el moderno. Se ha construido una gran balsa arriba en la Muela de Cortes adonde bombean agua del pantano por la noche en momentos de bajo consumo de electricidad, para luego, durante el día bajarla a las turbinas por unas enormes tuberías y generar la fuerza eléctrica. La balsa debe ser muy grande, incluso los aviones cisterna contra incendios toman el agua de dicha balsa. Poco después de las 11 de la mañana llego a Cortes de Pallás, es un pueblo entre los cortados y cerrado por el pantano.

Cortes de Pallás

El chico del coche que me trajo la mochila me dijo que la dejaría en el Bar Fortunato, así que me tomo un refresco y me dispongo a continuar mi camino. Entre la concurrencia se entabla una discusión sobre la mejor ruta que debo seguir para llegar al Caroche, según me dicen, parte de la ruta marcada por la guía, está inundada por el nuevo pantano y la otrea parte está intransitable por la maleza.

Hoz del Júcar

Así que un señor con un coche me lleva, a través de una serie de pistas, a un pico al final de la Muela de Cortes, ya dando vistas al Valle de Sácaras, llamado “Cinto Cabra”, desde donde tengo una enorme panorámica y distingo el punto de enlace del camino que viene del pantano abajo en el valle. Le doy al paisano 1.000 pts., me ha hecho un gran favor, habremos recorrido unos 20 kmts. que realmente en línea recta no debieran ser más de 8, pero esto es un laberinto de pistas. Comienzo a bajar al valle por una zona arbolada de pinos y por una pista de tierra, un grupo de 4 cabras monteses se cruzan a pocos metros de distancia.

Después de un largo trayecto, la pista va dando vueltas y más vueltas, siendo las 2 enlazo con una carretera que viene del final del valle donde se encuentra el de Sácaras con el de Cofrentes.

Cinto del Castillo

La carretera comienza a ascender para cruzar en un collado al otro valle y dirigirse a Teresa de Cofrentes, así que en medio de la cuesta y a la sombra de un pino me paro a hacer un ligero almuerzo. Nada más bajar la mochila y conectar el teléfono, mi hija Susana me quiere saludar y saber de mí. Una vez repuestas las fuerzas retomo la larga y empinada cuesta, hace bastante calor, voy divisando el Caroche cada vez más cerca. En el Collado Bayart-Pino Alto abandono la carretera por la izquierda a través de una pista en bastante mal estado. En el Valle de Ayora se asienta la población de Teresa de Cofrantes y Ayora que distingo perfectamente en el fondo del mencionado valle. La pista asciende suavemente por la falda del cordal sin llegar a la cumbre, este tramo se me hace extremadamente largo, hay mucho hielo en las umbrías, estoy a unos 1.000 mts. de altura. Por la pista viene un chico en bicicleta con un perro, es Juan de Casas Ibañez, charlamos un rato.

Valle de Sácaras

A las 5,30 llego al Collado Caroche, hay una balsa con agua y un buen chorro del que sacio mi sed. Subo al pico Caroche a 1.124 mts. desde donde hay magníficas vistas en muchos kilómetros a la redonda (más de 100 ). En lo alto del pico hay una casita forestal con un matrimonio de vigilantes, la casa está rodeada de una alambrada y varios perros ladrando sin parar. Sale la señora, algo antipática, me dice que su marido está durmiendo, le pregunto dónde podría dormir, me indica que algo más abajo hay unas casetas viejas sin puertas. Si no hay más remedio. Estoy escribiendo esta crónica siendo las 6 de la tarde sentado en unas rocas al abrigo del viento del norte y al agradable sol del atardecer, sin embargo al poco rato comienza a soplar una brisa muy fría. Cuando termino de escribir ésta crónica oigo el motor de un vehículo que sube, resulta ser el marido de la señora de la casita forestal, estaba cortando leña y a través del “walkie” le avisó que un hombre con una mochila andaba por los alrededores. Es un joven y me pide el DNI, es comprensible que se tomen ciertas precauciones, es una zona muy solitaria, además por el mundo anda gente de toda clase.

Atardecer en el Caroig

Comenzamos a charlar y finalmente me invita a pasar a casa. Me disculpo ante la mujer y poco a poco nos vamos ganando la confianza. Tienen una niña de unos tres años, la casita es muy pequeña, un diminuto dormitorio y un reducido espacio donde cocinan y comen. Aquí pasan los días que tienen guardia, el resto del tiempo viven en una casa en Teresa de Cofrentes. Me ofrecen que duerma en una vieja furgoneta que hay en un cobertizo con un somier y una colchoneta, tiene cristales así que no entra el viento ni el frío. Acepto gustoso. Vemos el atardecer desde esta espléndida atalaya, se divisa el Penyagolosa a lo lejos, también la Sierra de Aitana en Alicante, toda la Ribera del Júcar, Alzira y sus alrededores, la Canal de Navarrés y una zona de Albacete alrededor de Almansa. Por supuesto también el mar, Valencia y todas las poblaciones de los valles. Como es de noche se han encendido todas las luces, verdaderamente un espectáculo, además con el cielo estrellado, realmente inolvidable, lástima que haga tanto frío de otra forma me podría estar largas horas contemplándolo. Amalia, que así se llama la chica, prepara la cena, no me permiten que me acueste sin cenar con ellos. Compartimos lo que tenemos como buenos amigos. A las 10 hablo con casa y a las 10,30, muy cansado, a dormir en la furgoneta. Me hacen prometerles que por la mañana desayunaré con ellos, me dicen que se levantan a las 8. Duermo estupendamente, colchón blandito, saco de plumas bien caliente y sin ningún ruido.