BOCAIRENTE – ALCOY
Kmts. 35
Día 26-2-96. Como todas las mañanas a las 7 en pié de guerra. Había quedado con el joven encargado del hotel, en que a las 7,30 me daría el desayuno, media hora antes del horario habitual. A las 7,30 no aparecía nadie en recepción, le llamé por teléfono y el pobre se había quedado dormido.
Después de pagar la cuenta y un soberbio desayuno, siendo las 8,30 comienzo la jornada ascendiendo por un camino para enlazar, en pocos minutos, con la senda. La mañana está fresquita, incluso ha helado de madrugada, pero el día será agradable y soleado. A medida que asciendo hacia la Sierra de Mariola, tengo buenas vistas del valle y de Bocairente. En las umbrías todo está helado, que hermosa mañana y que agradable el caminar, es el preludio de un maravilloso día, por muchas razones. La Sierra de Mariola es de los pocos lugares arbolados que no ha sido pasto de los incendios, por lo tanto todo es vida y no desolación y muerte como las sierras que atravesé ayer. Hay mucha vegetación, humedad, verde, pájaros, alegría, etc. además la senda está perfectamente señalizada, lo que me da una enorme confianza y seguridad, al mismo tiempo puedo disfrutar de todo lo que me rodea.
Las motos de trial tienen machacado el sendero, lo deben utilizar para sus correrías y entrenamientos. Hay muchas casas de veraneo construidas entre los pinares, hasta un camping de reciente inauguración, no figura en la guía topográfica del GR. Todo está lleno de hierbas medicinales, espliego, tomillo y otras muchas que dan un olor gratificante al ambiente. En un alto veo al fondo en la distancia el Mont Cabrer, la cumbre más alta de la sierra a unos 1.389 mts. de altura y mi próximo destino. Después de una larga caminata entre los pinos y bastante llano, llego a la Foia Ampla, casi en la base del Mont Cabrer, son varias casas, una especie de masía, con letreros avisando del peligro de perros sueltos, lo cual es verdad, por poco tengo que utilizar el bastón para ahuyentarlos, especialmente a uno negro que se encaraba conmigo.
Al fin salió un trabajador y los encerró, así que aproveche para charlar un rato con el y preguntarle algunas cosas sobre la ruta, muy amablemente me dio todo tipo de detalles. Ahora tengo el Mont Cabrer al alcance de mi mano, toco la nieve que hay en su ladera norte.
Hay una bifurcación a la izquierda que lleva al Refugio S.R. del Moral y que al ganar altura veo en un alto a cierta distancia hacia el norte. La senda rodea el Mont Cabrer en más de 90 grados por tanto realizando una perspectiva completa de una amplia zona de su entorno, todos los valles que hay a sus pies, Cocentaina, Muro de Alcoy y a lo lejos la Sierra de Aitana con bastante nieve en sus cumbres y por supuesto Alcoy y a las espaldas de éste, el Menechador y la Font Roja mi destino de mañana. En esta zona la senda está muy pisada, hay señales blancas y amarillas del PR 37 que supongo organizan los aficionados de Alcoy. Desde aquí giro la vista hacia atrás y veo todo el recorrido que he realizado durante la mañana.
Estoy sorprendido de lo pronto que es, debo haber caminado a una media de 5 kmts. la hora, la verdad es que no he parado casi nada, tampoco he tenido ningún despiste por lo tanto no he perdido tiempo, tampoco ha habido desniveles, todo ha sido casi llano. Inicio el descenso y paso al lado de la Muela, un peñón solitario en la ladera con vistas a Alcoy. Algo más abajo, en el Collado de Sabata, siendo la 1,30, me dispongo cómoda y tranquilamente a comer. Se está nublando, no parece nada bueno lo que se avecina, de todas formas no me preocupa estoy a tiro de piedra de Alcoy. Después de llamar a casa por teléfono, reinicio la bajada final hacia el Barranc del Sinc, que es un imponente estrechamiento erosionado por el cauce de un arroyo, con paredes verticales de 200 mts. de altura.
Han empedrado la senda que va haciendo giros escalonados a través del fondo del barranco de verdadero vértigo. Ha sido una jornada realmente espectacular, yo diría que de las mejores del GR7. En la desembocadura del Barranco está Alcoy, aquí la senda gira hacia la derecha para a través de una carretera, a gran altura y con magníficas vistas del conjunto de Alcoy, se dirige a Barchel, pequeño pueblo a unos 4 kmts. de Alcoy. En el punto de la carretera donde está un hospital llamado el Preventorio, doy vuelta para pernoctar en Alcoy. Cuando voy llegando a la ciudad comienza a llover, las montañas de alrededor se cubren completamente con unas nubes negras, la lluvia continúa cayendo suavemente durante toda la tarde.
Me hospedo en el Hotel Reconquista, ahora estoy agusto en la habitación, puede llover todo lo que quiera.
La
entrada en Alcoy la
he hecho hacia las 5 de la tarde, he intentado visitar el Museo
Arqueológico
pero no está abierto por las tardes, Doy una vuelta por la parte
vieja de la ciudad, ceno en una cafetería enfrente del hotel,
sigue lloviznando, me acuesto a las 10,30. Tengo una pequeña
charla con un huesped del hotel que se sorprende de verme escribiendo
la crónica con mucho interés, me dice que en el fondo
me envidia. Qué descanso más agradable me espera, me
meto en la cama con verdadero placer, entre la lluvia y el cansancio
meterse en la cama es algo que no puedo explicar. |