VÁLOR - TREVÉLEZ Kmts. 35

Día 7-4-01. He dormido profundamente, calentito y sin ningún ruido, a las 7,30 me levanto y a las 8 cruzo el bonito pueblo de Válor para, al final, salir a cruzar el río a través de un antiguo puente, hace una temperatura muy templada por lo menos 18 grados a estas tempranas horas, por tanto me quedo con el mínimo de ropa, aún así sudaré la camiseta.

Mecina Bombarón

La senda va cruzando pequeñas explotaciones agrícolas y de pronto oigo a lo lejos como música a fuerte volumen, según me voy acercando retumba con más intensidad, no me imagino de que va el asunto a tan tempranas horas y en lugar tan remoto. Al cabo de un rato descubro el tinglado, una especie de festival de música techno montado en pleno campo, al lado de unas viejas casetas, coches holandeses, alemanes, belgas, etc. y unos furgones o camionetas negros y verdes de la 2ª guerra mundial, personajes rarísimos, tios y tias vestidos totalmente de negro y con un aspecto sorprendente, rápidamente me vino a la memoria las películas de Mad-Max, iguales.

Alcútar

Necesariamente tengo que pasar por medio del campamento, enormes altavoces escupen unos ruidos aterradores y aun siendo las 8,30 de la mañana, un grupito baila ensimismado, no olvidaré semejante espectáculo. Con las prisas por salir de aquel infierno pierdo contacto con las balizas y por el primer camino tomo a derecho, así que a campo través tengo que orientarme como puedo y subir por sitios muy complicados, por fin contacto de nuevo con la senda.

A pesar de alejarme varios kilómetros, sigo escuchando a lo lejos el infernal ruido. Llego a Yégen, otro bonito pueblo, famoso además por haber vivido aquí el escritor británico Gerald Brenan, conservándose su casa tal como él la dejó.

Bérchules

El GR se dirige hacia Montenegro, que fue lugar elegido por un importante morisco para vivir y donde resistió su expulsión, al lado hay una pequeña ermita, Fátima, es un lugar rodeado de mucha vegetación y con muchos árboles frutales. Hasta el siguiente pueblo voy por una senda empedrada a través de una zona arbolada con mucha sombra y al lado de una acequia, luego hacia una alameda donde cruzo el Río Mecina a través de unos troncos, luego una fortísima cuesta hasta el pueblo de Golco y algo más adelante a Mecina Bombarón, ambos en las laderas de la montaña y a unos 1.200 mts. de altura. En plena cuesta me cruzo un chico y una chica que bajan, nos paramos un rato a charlar, han dejado el coche en Mecina y pretenden darse una caminata larga.

Descenso al Río Grande

En Mecina Bombarón, nombre que según he leído viene de Buen Varón, hago una parada al lado de una fuente, hay varios secaderos de jamón, todos los pueblos que se hallan por encima de los 1.200 mts. de altura son propicios para este tipo de negocio, el clima y la temperatura son ideales para la buena curación de los jamones.

Ahora me toca ascender una fuerte loma, he de ascender casi 300 mts. para dar vista al otro barranco, el Bérchules. Este punto es separador de cuencas, la que dejo, el Adra y la que entro, el Guadalfeo. En un espectacular mirador hago una breve parada y disfrutar el panorama, abajo y enfrente en la ladera de la montaña, Bérchules, al fondo las cumbres nevadas y abajo los pueblos asentados en el verde valle al lado del río, puedo compartir el hermoso momento con mi hija Susana a través del teléfono.

Loma de Juviles y Mulhacén

Ahora he de realizar el inclinado descenso, afortunadamente aprovechando una vieja senda empedrada que me baja por un espectacular barranco hasta el Río Bérchules que cruzo a través de un rústico puente. En varios lugares he visto rebaños de ovejas y cabras, solamente he escuchado el sonido de vacas en algunos puntos altos donde supongo habrá praderas, especialmente en la zona de Trevélez. Cruzo Bérchules a la una del mediodía, ahora pegaré un corte al GR, en lugar de descender al fondo del valle para después volver a subir hasta el pueblo de Juviles, seguiré por la carretera directamente hasta el pueblo y hacerlo algo más fácil. Antes de llegar al alto, me paro un rato con un pastor de cabras y ovejas, charlamos sobre la falta de lluvia, también se queja el hombre de lo dura que es su vida. Hacia las 3 entro en Juviles, me siento a la fresca sombra en la terraza de un bar y vuelvo a experimentar la sensación de pagar con otra moneda, un buen vaso de cerveza, un plato de ensalada con huevo de codorniz incluido, trozo de tarta, café doble y copita de licor, todo por 375 pts., me quedo con la sensación de que me han invitado.

Camino de Trevélez

Ahora me queda la parte mas dura de la jornada, he de ascender a la Loma de Juviles a 1.700 mts. de altura, por tanto ganar 350 mts. a pulso, eso si, desde este magnífico mirador las vistas son impresionantes, enfrente el Mulhacén cubierto de nieve y otros picos a su derecha, hacia el sur la Sierra de Lújar que me irá vigilando durante los próximos días, la Sierra de Gádor y abajo el profundo Barranco de Trevélez y su desembocadura en el Guadalfeo entre profundos cortados. El pueblo de Trevélez tardaré en verlo, está mas metido en el valle, cuando lo tengo a la vista me sorprende, es muy grande y a una altura de 1.500 mts. muy cerca de las cumbres nevadas. A medida que desciendo comienza a soplar un fuerte viento, no es frío así que lo agradezco, ayer pasé mucho calor. Desciendo rápidamente, directo hacia Trevélez, el pueblo de los jamones. El aire se pone desagradable y se va enfriando, ahora voy por una senda al lado de una gran acequia para enseguida desembocar en la carretera a un kilómetro del pueblo, varios visitantes muertos de frío se atreven a dar un paseo por la carretera, varios anuncios de restaurantes y hoteles invitan a ser visitados.

Trevélez

Cruzo el Río Trevélez a través del puente de la carretera, lleva mucho agua y con mucha fuerza, naturalmente es la época del deshielo, a las 6,30 entro en la plaza del pueblo, muchos visitantes con cara de frío, lleno de coches y las clásicas tiendas de recuerdos pero sobre todo jamones. Tomo habitación en el Hostal Regina anunciando que tiene calefacción y agua caliente, la verdad es que se agradece el calor. Después de asearme, a las 7,30 bajo a la calle a telefonear a casa, el pueblo está en penumbra, claro está rodeado de altas montañas, ahora el aire se ha enfriado y la gente sale corriendo, los coches se marchan y los que nos quedamos nos recogemos al calorcito del hostal.

Trevélez

Presume la gente de Trevélez de ser el pueblo más alto de España, algo que pondré en duda, pués algunos pueblos de la Sierra de Gúdar en Teruel están situados por encima de los 1.500 mts. De cena me tomo el típico plato alpujarreño, patatas fritas, jamón serrano, pimientos, huevo frito, morcilla y chorizo fritos, muy bueno, será también el apetito que tengo por la noche después del tremendo desgaste que realizo durante el día.