JORBA – CABRA DEL CAMP Kmts. 42

Día 5-11-99. Anoche a las 10,30 dormía plácidamente, pero a las 6 de la mañana los trabajadores de las obras de ampliación de la carretera, que están hospedados aquí, comenzaron el trajín, despertadores que suenan, puertas que abren y cierran, además de otros ruidos, total que a las 6,30 me levanto, bajo a desayunar y a las 7 estoy en la carretera.

Amanece en l´Anoia

Para conectar con el Camí de Clariana he de bajar por la carretera dos kmts., el primero aprovecho las obras, pero el otro no tengo más remedio que caminar por el arcén, pasan caravanas de camiones rugiendo peligrosamente, así que me doy prisa en salir del infierno. El Camí de Clariana lo están utilizando grandes camiones que suben y bajan de una cantera. La mañana es muy fría, está todo blanco de la helada, en este momento está amaneciendo, disfruto de ese instante en que el sol asciende en el horizonte, amanece en l´Anoia. El GR sube desde la carretera general tomando altura rápidamente, me encuentro con las señales antes de llegar a Les Alzinetes, es una pequeña ermita dedicada a Sant Juliá de les Enzinetes, a casi 500 mts. de altura.

Clariana

Del camino nace, a la derecha, una carretera que se dirige a una explotación de composites, un gran letrero indica que el proyecto fue financiado con fondos FEDER (Comunidad Europea). En mis recorridos por España he visto infinidad de este tipo de proyectos, entiendo por tanto, que todas las regiones se han beneficiado de ingentes recursos para el desarrollo, procedentes de la UE. Continúo por el Camí de Clariana a través del centro del valle rodeado de suaves cimas, disfrutando de la agradable y relajada mañana, por supuesto soleada. Paso al lado del Mas de Jordá, enorme masía que incluso tiene una bonita ermita al lado. Llego a Clariana, se trata de una pequeña aldea que antiguamente estuvo fortificada, en la actualidad están restaurando su antigua muralla defensiva. Nada más arribar a puntos altos miro hacia atrás y siempre aparece la inconfundible silueta de Montserrat.

Bellprat-Vall d´el Gaiá

Atravieso zonas agrícolas, trozos de tierra ganados al bosque a base de trabajo manual y muchos años, se aprecia la conversión de matorrales en tierras cultivables, me imagino el trabajo que ha supuesto para las gentes realizar semejante conversión para poder vivir de la tierra. Los principales recursos son la vid, olivo, almendras y algo de cereal.

Pontils

Durante un buen rato voy por una pista con letreros indicando “circuito”, interpreto que se trata de entrenamientos y carreras de coches. Termino el paso por la cuenca de l´Anoia, las grandes explotaciones de vid supongo estarán algo más abajo, hacia Sant Sadurní. Por mi izquierda dejo la Serra de Miralles y a continuación la Serra de Queralt para llegar al pequeño pueblo de Bellprat. Aquí me enrollo con Joan, el cartero de la zona, está distribuyendo el correo, no puedo comprar pan ni nada, solo viven 4 o 5 personas, me asegura Joan que no podré comprar nada en todo el día, las aldeas que cruzaré están casi deshabitadas. Salgo de Bellprat pasadas las 11,30 y por la Obaga de les Forques bajo al cauce del Río Gaiá que viene de Santa Coloma de Queralt, este río vierte directamente al mar, no como el Anoia que vierte sus aguas al Llobregat, he abandonado la provincia de Barcelona y entro en la de Tarragona.

Pontils-Rasa de la Coma

Antes de llegar a la aldea de Pontils, el Gaiá pasa a través de un estrechamiento muy angosto y bonito, desde cierta altura cae en cascada a una especia de balsa que ha formado de manera natural. Desde Pontils hasta Vallespinosa (1), otra pequeña aldea de 4 casas arruinadas, camino por una pista asfaltada, este pueblecito se halla en un bonito y remoto valle, teniendo un único acceso a través de una pista que muere aquí, pero claro, tan apartado lugar no es ideal para sus pocos habitantes que se habrán ido a trabajar a las fábricas de la costa.

En el Coll de Valls, a 720 mts. de altura, siendo las 2,30 de la tarde, hago una relajada parada a almorzar, la temperatura, a esta hora es agradable, pero en poco rato el termómetro comienza a descender. Retomo el descenso hacia mi destino de hoy, Cabra del Camp, haciendo una larga bajada hasta el Torrent de Palatí, para a continuación realizar un fuerte repecho y ascender al Coll de Romigueres. En este punto hay un recuerdo para una persona, la placa recién colocada dice así en catalán “Recuerdo de Joan Mateu i Batalla (1946/1999), cuidador del GR7 (este tramo), de sus compañeros del C.E. la Xiruca Foradada. 30-10-99 haciendo la Ruta del Císter GR175”.

Alt Campa - Serra de Miramar

Desde aquí puedo ver, al fondo, la autopista A2 y los vehículos circulando a toda velocidad, es la falda de la Serra de Miramar. Antes de las 5 entro en Cabra del Camp, hay muchos establos despidiendo unos desagradables olores, también hay Cooperativa Vinícola y Aceitera, pero no hay hostal ni lugar apropiado donde dormir. El sitio más cercano con dichos servicios es Sarral, pueblo más grande con varias bodegas, sobre todo de cava, con todos los servicios, está a unos 7 kmts. de distancia. Tomo un autobús que pasa a las 6 de la tarde y en Sarral me hospedo en un bar donde disponen de habitaciones, algo cutrillo, pero que le vamos a hacer, peor hubiera sido el suelo. Mientras me preparan la cena aprovecho para leer los periódicos, los paisanos juegan la partida y charlan animadamente, me enrollo con uno que es de origen andaluz, fue masajista de un club deportivo, aún después de jubilado, ejerce su profesión, dice que como hobby, además así se gana algunas perrillas, es soltero y agradece la conversación con alguien desconocido como yo. Mañana sábado no hay servicio de bus hacia Cabra del Camp, por tanto para continuar el GR buscaré un taxi que me haga el servicio a primera hora de la mañana.
(1) He de rectificar mis apreciaciones, pues el hermoso pueblo de Vallespinosa no lo pude ver al estar escondido en un barranco a mi izquierda. Un amable vecino de dicho pueblo me comunicó esta observación.