CABRA
DEL CAMP – LILLA – MONTBLANC Kmts. 20
Día 6-11-99. Anoche pagué la raquítica cuenta del bar, 2.300 pts. cena (botella de cava incluida) y habitación, el cava lo elaboran en una cooperativa al lado del bar, me supo delicioso, aunque solamente me bebí media botella, de habérmela bebido entera hubiera pasado todo el día en la cama. El taxi que dejé contratado por la noche, a las 7 en punto me estaba esperando a la puerta, de tal manera que en cinco minutos me trasladó a Cabra del Camp.
He visto, en Sarral, varias tiendas de artesanía del alabastro. Aun no ha amanecido y hace un viento muy fuerte y frío, así que me tengo que poner hasta los guantes. Después de cruzar la autopista A2 a través de un túnel subterráneo, comienzo a ascender a la Serra de Miramar (aquí denominada Serra de Jordá), a través de una pista, por medio de un abigarrado bosque típicamente mediterráneo, en la parte norte más húmeda, con abundancia de acebos, carrascas, quejígos, serbales y otras numerosas especies, bosque que, afortunadamente, se ha salvado de la plaga de incendios que están asolando las áreas forestales que aún quedan en España.
Según asciendo vuelvo, como ayer, a contemplar el espectacular amanecer, el cielo se enrojece y se va transformando rápidamente, igual que ayer por la tarde, cuando esperaba el autobús. Al llegar a unos 800 mts. de altura, tengo al alcance de la vista toda la comarca de la Conca, destacando su capital Montblanc y el resto de pueblos hacia el norte, muy bonito, lástima que el día esté tan desapacible. Al lado de la pista han restaurado una vieja fuente, es la Font de Bou, con un pequeño chorro, como este líquido es bien escaso por estos pagos, lleno una botella de plástico, más tarde la bebería con verdadero placer. Esta sierra tiene una conformación curiosa, es una especie de “ese”, con orientación norte-sur.
La senda llega al Coll de Prenafeta, para a continuación descender por la ladera oeste, desde aquí diviso gran parte de la Comarca del Alt Camp y algo más lejos el Mar Mediterráneo a la altura de Tarragona, serán unos 50 kmts. de distancia. En lo alto de dos de las cumbres hay instaladas torres de comunicaciones, antenas, discos, etc.
En la aldea de Miramar, el alcalde de Figuerola, a donde debe pertenecer dicha aldea, convoca a los vecinos a discutir el proyecto para la instalación de un parque eólico en dicha Serra de Miramar, he querido interpretar que hay cierto disgusto con dicho proyecto. Miramar, como su nombre indica, es una buena atalaya del Alt Camp y también del litoral, las vistas son magníficas, además de estar emplazado en pleno bosque y a considerable altura, conformando un pequeño núcleo de 5 o 6 casonas unidas entre sí, con pasadizos para entrar o salir, además de una pequeña iglesia románica. Cuando estoy admirando todo el conjunto, llega un joven con mochila, se trata de Xavi, vecino del cercano pueblo de Lilla, por donde pasaré dentro de unos minutos. Nos entretenemos charlando un buen rato, me dice que me envidia por poder realizar tan largas caminatas, él no puede andar seguido más de 3 o 4 horas, tiene problemas con sus rodillas, me dice que ha publicado alguna guía de itinerarios comarcales.
Hacia las 10 me despido de Xavi y continúo mi camino, primero ascender al Coll de Miramar, para a continuación, iniciar el descenso por la otra ladera, ahora por un bonito sendero que me baja hasta Lilla. Voy viendo, enfrente, las Muntanyes de Prades por las que continúa el GR7, separadas de la Serra Alta, por la que desciendo ahora, por el Río Francolí. El Francolí nace en el Vall del Monestir de Poblet, para dar una vuelta por Montblanc y dirigirse a morir al mediterráneo en Tarragona. A las 11 entro en el pequeño pueblo de Lilla, al lado pasa la carretera Tarragona-Lléida, con bastante tráfico. Decido regresar a casa, desde Montblanc a Lléida hay servicio de tren y después de Lleída-Madrid también tengo buena combinación, por tanto, camino los 6 kmts. hasta Montblanc por la carretera, no tengo más remedio, no hay ningún camino, afortunadamente al ser hoy sábado no hay tráfico de camiones. Llego a Montblanc poco después de las 12, lo primero que hago es ir a la estación de tren, el próximo para Lléida pasará a las 2, por tanto tengo tiempo suficiente para hacer una visita a la ciudad. Hago unas compras en una panadería, la sala de espera de la estación es muy acogedora, además desierta, por tanto será mi comedor particular.
Como
capital de la Comarca de la Conca, Montblanc dispone
de todos los servicios, un bonito núcleo antiguo, grandes casonas,
bonita plaza mayor y una gran iglesia gótica, además
de varias torres defensivas, residuos de la antigua muralla. Según
he leído hay un magnífico puente medieval sobre el río
Francolí, la próxima visita que haga lo iré a
ver. Con el almuerzo bajo el brazo regreso a la estación, hace
un viento infernal que levanta grandes polvaredas, muy desagradable,
almuerzo tranquilamente y a las 2 tomo el tren que me llevará a Lléida,
aquí tomaré el talgo de las 5 para llegar a Madrid a
las 10 de la noche. Un grupo de unos 30 chavales, que vienen en el
tren desde Barcelona, se bajan en L´Espluga de Francolí,
van equipados para acampar en el Paraje Natural del Vall del
Monestir de Poblet, tomo buena nota del lugar para una próxima
visita. |