LA
RIBA – SANTUARI PUIGCERVER Kmts. 43,3
Día 17-4-00. El tren de cercanías me ha dejado en la estación de La Riba a las 7,45 de la mañana, cruzo el Ríu Francolí por un puente medieval muy deteriorado, supongo por las frecuentes riadas, en este punto recibe las aguas de su afluente el Ríu Brugent, así que en esta ocasión baja con abundante caudal, además ha estado lloviendo con intensidad durante los últimos días.
El pueblo de La Riba está ubicado en una inclinada ladera, en un lugar muy espectacular, pues el río ha hecho un profundo corte en la roca conformando así un estrecho paso que el tren salva a través de un túnel. Todo el pueblo está lleno de lo que ellos llaman “molinos de papel” o fábricas de papel, todas ellas muy antiguas, conservadas y restauradas como verdaderas reliquias antiguas, solamente una, al final del pueblo en lo alto, me dio la impresión de estar en uso pues había varios camiones a la entrada. A pesar de que hace un viento racheado muy fuerte, la subida al pueblo me hace sudar la camisa. He comprado pan y abandono La Riba hacia unos cortados bastante altos, son los contrafuertes de la Serra del Mig a unos 700 mts. de altura.
Según asciendo paso al lado de la Font Pascual junto a una gran roca donde hay escrito un poema o leyenda en catalán, algo más adelante dejo a mi derecha, en un estrechamiento, una esbelta roca que llaman Castell Dalmau con varias vías de escalada y en lo alto una sujeción para rappelar. Como ayer llovió intensamente hay mucho barro, ese barro rojizo y pegajoso que se adhiere a las botas, parece que llevo dos kilos de peso más en cada bota, me voy poniendo perdido. A pesar del fuerte viento, que a veces me hace tambalear, la temperatura es buena para caminar, además está despejado y muy claro para divisar el panorama en largas distancias. A medida que asciendo destaca por mi derecha el profundo barranco que ha formado el Ríu Brugent que hace de separación entre las Muntanyes de Prades y la Serra de la Mussara por la que me dirijo ahora.
La vegetación de toda la zona es la típica mediterránea, carrasca, piornos, romero, brezo, etc. y en las áreas norte, más húmedas, es frecuente el boj, roble y acebo. Al pasar al lado de una gran masía en restauración, llamada La Torre, salen unos perros ladrando, he de hacerles frente, gracias al bastón y alguna piedra consigo mantenerles a raya. Cuando llego a zonas altas y dejo el ascenso, el aire es más frío así que tengo que mantenerme abrigado.
Paso al lado de una cantera donde varios trabajadores faenan, todos ellos superabrigados, con el ruido del viento y las máquinas ni se enteran de mi presencia a pesar de estar a 30 mts. de distancia. Hacia las 11 doy vista al pueblo de Mont-ral, casi deshabitado, ubicado en un bonito lugar, una especie de muela en alto, hay un refugio pero ahora está cerrado, intento tomar un café pero desisto no encuentro a nadie por los alrededores. El Refugi Musté Recasens tiene un letrero a la puerta con los servicios que se ofrecen, visita a cuevas, senderismo, etc. los responsables están en Reus, supongo lo atenderán en fiestas. Continúo la senda que cruza plantaciones de avellanos, pero me da la sensación de estar abandonadas, supongo no será rentable su explotación actualmente.
Me dirijo a un gran circo formado por Les Cingles dels Solans con gran cantidad de cuevas y oquedades en sus paredes verticales, su cima más elevada es el Puig Pelat con 1.075 mts. de altura. El ascenso por la cara norte lo hago a través de un maravilloso caminito empedrado, eso sí muy inclinado, pero entre un hermoso bosque de acebos, alisos y otras especies que en su conjunto conforman un abigarrado bosque húmedo lleno de vida. Cuando termino la fuerte subida me encuentro con dos jóvenes que descansan plácidamente al sol protegidos del viento entre los árboles, son Joan y Elisenda con quienes me paro un largo rato a charlar, me cuentan que ayer llovió mucho, se mojaron hasta los bolsillos, anoche se quedaron a dormir en el refugio de Mont-ral.
Cuando estamos en plena charla pasa otro grupo de senderistas, alguno extranjero, más bien parecían excursionistas domingueros. Continúo recorriendo la cima de la Serra de la Mussara, toda ella sobre los 1.000 mts. disfrutando de las magníficas panorámicas, por mi izquierda la comarca del Baix Camp y la costa, por mi derecha las cumbres que continúan conformando las Sierras del Pre-Litoral. Paso por una bifurcación a la izquierda que lleva, en pocos minutos, a una explanada donde se ubica el Refugi de la Mussara, yo continúo por la cima que al ser plana lo hago a muy buena marcha. Llego al final de la sierra, en un lugar llamado La Punta y en la cabecera de un profundo barranco formado por el Ríu de Siurana, al fondo, hacia el oeste aparece la Serra de Montsant con impresionantes paredones, perfiles que podré ver desde diferentes puntos en los próximos días. Tengo que descender casi 300 mts. hasta el lecho del barranco, así que la senda comienza a zigzaguear para bajarme suavemente a cruzar una carretera y pasar al lado de una masía en restauración, luego me dirían que se trata de la Fundación contra la Drogadicción como centro de desintoxicación.
Sigo bajando hacia el cauce del Riu Gorg, donde el barranco se estrecha y conforma una espectacular cascada, ahora no lleva agua, pero he visto fijaciones en las rocas, así que supongo se practicará el barranquismo en épocas con cauce suficiente. Es un bonito lugar, lo recorro detenidamente, igual que otro barranco afluente algo más pequeño pero igual de bonito, imagino un día de abundante lluvia, no me gustaría estar aquí en esos momentos. Vuelvo a iniciar el ascenso para llegar a los 1.000 mts. de nuevo y llegar a la cima, una especie de explanada donde se ubican las ruinas de una vieja aldea llamada Gallicant, pero con un amplio panorama alrededor. Abajo el Pantá de Siurana, enfrente el bonito pueblo de Siurana, ubicado en un promontorio rodeado de verticales cortados y más al fondo la Serra de Montsant ahora dándole de plano el sol a sus paredes, más abajo el inicio de la Comarca del Priorat. Comienzo el descenso al pueblo de Arbolí a través de un camino empedrado, ahora el sol comienza a ser intenso, el camino en zig-zag me baja al pueblo rápidamente, donde llego siendo las 3,30, como hay un típico restaurante y varios coches a la puerta me decido a comer en mesa y mantel. El dueño me ubica junto a otras tres mesas ocupadas por sendas parejas y me dispongo a hacer un paréntesis, típica comida catalana y buen vino del Priorato. Como voy muy bien de tiempo, me lo tomo con mucha calma, así que la sobremesa la hago con tranquilidad y enrrolle con el dueño que también disponía de tiempo para la charla.
Hacia
las 5 retomo la senda hasta el Santuari de la Mare de Deu de
Puigcerver donde pretendo pasar la noche, como son menos de
tres horas de recorrido me lo tomo con calma y a paso de tortuga. Bajo
al Coll d´Alforja a cruzar una carretera y a
continuación tomo una pista que me llevará al Santuari,
son algo más de 6 kmts., por mi izquierda voy viendo la explanada
donde se ubica Reus, Tarragona y
todo el litoral, los tengo a unos 15 kmts. de distancia. Antes de las
8 llego al Santuari, no hay nadie por los alrededores, la puerta está cerrada
así que como a la entrada hay una bóveda de unos tres
metros será mi aposento para la noche. Disfruto de las magníficas
vistas desde los 831 mts. de altura de toda la Costa Daurada,
los núcleos de población que al ir entrando la noche
encienden sus luces, hay luna llena y va saliendo sobre el mar, lástima
que el fuerte viento no me permita la observación detenidamente.
Hacia las 8,30 cuando ya estoy metido en el saco dispuesto a descansar,
oigo voces de chavales, aparecen unos 15 además de dos monitores,
tienen llave del interior y dormirán dentro, me dicen los monitores
que los chicos no se duermen hasta muy tarde, así que no me
dejarán tranquilo, tienen una tienda de campaña montada
en una explanada algo alejada, así que allí me iré a
dormir. Visito el Santuari por dentro, la primera edificación
es muy antigua luego se le fueron añadiendo otras construcciones,
también sufrió destrucciones, etc. en el centro tiene
un pozo de agua y su formación es defensiva, muy fortificada.
Durante la noche el viento racheado es más fuerte, mueve la
tienda pero el saco de plumas se porta como siempre, a veces tengo
que sacar fuera medio cuerpo por el calor aunque afuera no creo que
haga más de 4 o 5 grados. No es que duerma muy bien pero lo
importante es descansar, la luz de la luna entra por la tienda, parece
que es de día. Una lechuza comienza a cantar pero el fuerte
viento la ha debido obligar a buscar cobijo. |