HERRERA DE PISUERGA – REINOSA Kmts. 58

Día 15-5-03. El tren me deja, a las 5 de la mañana, en la estación de Herrera de Pisuerga, soy el único viajero que se apea y en cuanto el tren abandona la estación, sigo unos metros hasta la carretera que cruza las vías y se dirige a Burgos, antes de subir al puente que cruza el Canal de Castilla, tomo un camino que sale a mi izquierda para continuar por él hasta una casa. Es de noche y a pesar de haber luna llena y un cielo estrellado, el no conocer los caminos hará que en el cruce, al lado de la casa, siga de frente para, al cabo de un kilómetro, el camino diga fin y se acabó, vuelta atrás hasta la casa para tomar otro camino al lado del canal, ahora voy bien. He de llevar el frontal de linterna encendido pues hay piedras, algunos baches y alguna rama de espino que me pueden arañar la cara, he de ir vigilante.

Barrio de Santa María

La luna se refleja en las aguas del canal igual que los chopos y álamos a ambos lados, la temperatura no debe superar los 5 grados y la hierba está cubierta de rocío, hay mucha humedad. Los patos que salen volando al escucharme, me pegan unos buenos sustos, también grandes aves posadas en los altos chopos emprenden el vuelo al acercarme. Los espinos floridos desprenden el perfumado olor, así me van alegrando el oscuro camino, las copas de los árboles son movidas por el fuerte viento, yo con las manos metidas en los bolsillos y a buena marcha para no enfriarme. Aunque no ha amanecido aún, un enjambre de pajarillos cantan con todas sus fuerzas, esperan el día primaveral y los calores del sol, de mi boca sale un fuerte vaho que empaña mis gafas, es producto de la fuerte humedad y la temperatura tan baja. Un fuerte ruido del agua al caer por la siguiente esclusa, bastante más adelante y que aumenta de sonido a medida que me acerco, un cartel del canal explica la justificación de estas esclusas y su funcionamiento, su fin es salvar el desnivel del terreno y que las barcazas que la transitaban pudieran elevarse y bajar a través de estas esclusas, que eran de dos tipos, redondas para que pudieran cruzarse dos barcazas y rectas para el paso de una sola.

Convento de Santa María de Mave


En un cerro, enfrente, la silueta de una ermita en su cima, es la Ermita del Santo Cristo, contrasta sobre el cielo, estoy llegando a la aldea de San Quirce de Riopisuerga y algo más adelante el pueblo de Barrio de San Vicente desde donde llamo por teléfono a Celestino para decirle por donde llego, él me esperará en la dársena de Alar del Rey, tardaré unos 20 minutos en llegar. Son las 6, comienza el bello amanecer, veo al fondo las luces de Alar del Rey donde me encuentro con mi amigo a las 6,20 para continuar en dirección a Aguilar de Campoo.

Cañón de la Horadada y Las Tuerces

Como Celestino conoce perfectamente estos parajes, dirige la expedición por algunos caminos diferentes al itinerario del GR73, por un lado por ser más directos o ir por lugares más elevados con mejores vistas de los alrededores, etc. etc. Pasamos al lado de Nogales de Pisuerga y de frente aparecen las nieblas de la mañana entre los pinos, pero el sol sale con mucha fuerza y las va diluyendo. Al tomar altura, podemos ver la silueta de Peña Amaya y otras montañas de alrededor, también las cumbres cercanas a Cervera de Pisuerga, Peña Redonda y Santa Lucía, en estas tempranas horas cuando el sol comienza a iluminarlas con fuerza, estamos a 1.000 mts. de altura, cruzando un bonito bosque de carrascas y robles, también algunos pinos de repoblación. Aparece también el Curavacas y todo el cordal hasta la bonita pirámide del Espigüete con bastante nieve en sus cumbres, destaca, aquí bien cerca, la Peña Pico y de repente nos encontramos encima del recoleto pueblo de Barrio de Santa María con una iglesia románica, bastante deteriorada, en la parte más alta. Nos desplazamos un kilómetro del itinerario, hasta Barrio de San Pedro para ver su rollo medieval y la iglesia románica, también algo ruinosa.

Aguilar de Campoo-Iglesia y Castillo


Un poco más adelante cruzamos el caudaloso Río Pisuerga para entrar en el Convento de Santa María de Mave, convertido en bien acondicionada hospedería, conservando la estructura medieval del conjunto. Desde la explanada, camino de Mave, vemos de frente el monte de Las Tuerces, rocas con formaciones caprichosas con cierta semejanza a la Ciudad de Encantada de Cuenca. El Cañón de la Horadada, desfiladero estrecho abierto por el Pisuerga entre el Monte Cildá y Las Tuerces, por donde tiene su paso el ferrocarril a través de varios túneles, no da cabida nada más que al cauce del río. También vemos de frente las montañas de Barruelo de Santullán con algunos neveros en sus laderas y hacia las 10 de la mañana llegamos a Olleros de Pisuerga, donde un cartel indicador señala el castro y ruinas de Monte Cildá, en el propio Olleros una iglesia rupestre excavada en la roca, del siglo X, nos acercamos a verla por fuera. A la salida de Olleros perdemos contacto con las balizas roja y blanca, que en general no son muy abundantes y en los puntos conflictivos brillan por su ausencia, por tanto tomamos un camino que intuimos nos llevará a Valoria de Aguilar. A las 11,30 entramos en Aguilar de Campoo, destacando su castillo en lo alto de un cerro, el Monasterio de Santa María la Real, la Iglesia Románica de Santa Cecilia, además del olor que despiden las fábricas de galletas, olor agradable y apetitoso. A la salida de Aguilar, ya bajo el fuerte calor, hacemos una parada a comer el bocadillo en un bello paraje de verdes prados llenos de flores y agradables perfumes.

Valdeolea - Torre Medieval

Después de cruzar la pequeña aldea de Grijera, llegamos a Nestar con un bien conservado puente romano, conocido como el Puente de la Perdíz, para salvar el paso sobre el Río Rubagón. Ahora tomamos el Cordel de Merinas, cañada utilizada por la trashumancia, que no es otra cosa que la antigua calzada romana, antes cruzamos la vía férrea, hoy abandonada, entre Barruelo y Quintanilla de las Torres. Cruzamos un robledal para, algo más adelante, pasar otra vía férrea, también abandonada, es la vía estrecha de La Robla. Algo más adelante pasamos de Palencia a Cantabria por la Comarca de Valdeolea, valles con arroyos afluentes del Río Duero y pertenecientes a Cantabria, se hace referencia en un cartel a varios Menhires que hay por la zona. A la salida de Quintana podemos ver los restos de la calzada romana en un pequeño tramo, ahora los menhires ubicados en diferentes lugares, son los protagonistas, rocas hincadas en el suelo y carteles explicativos. Seguimos los carteles y balizas del PR S 35 con buena información y señalización y también un gran poste de madera indicador del PR S 61 hacia Casasola, que es un restaurante ubicado en un cruce con varios vehículos a la puerta, son más de las 3,30, hora propicia para hacer un paréntesis y comer en buena fonda. Durante más de una hora comemos con relajada tranquilidad y bien atendidos, pero aún nos queda una buena distancia por recorrer hasta Reinosa, así que con algo de pereza salimos de nuevo al inclemente sol de la tarde.

Cervatos - Colegiata de San Pedro

A la salida de Casasola, cruzamos el Río Camesa a través de un puente muy antiguo y bien conservado, que podría ser romano, para comenzar el ascenso al Alto del Bardal, vigilando nuestros movimientos, una torre medieval en lo alto, domina todo el valle. El Alto del Bardal, a casi 1.100 metros de altura, será el punto más elevado del recorrido, pero nos preocupa, más que el esfuerzo de la subida, una tormenta que se desarrolla hacia el oeste, por la zona del Curavacas, todo se va poniendo muy oscuro y amenaza lluvia, las nubes negras vienen en nuestra dirección, apretamos el paso para sobrepasar la zona alta del Bardal. Damos vista a Reinosa abajo en el valle, también el Pico Tres Mares, Sierra de Híjar, Peña Labra y todo el cordal que rodea el valle. Nos introducimos en un bonito hayedo para descender al pueblo de Cervatos para visitar su hermosa Colegiata románica de San Pedro de Cervatos, toda una joya. Las obras de la nueva autovía nos hacen dar un gran rodeo para finalmente llegar a Reinosa a las 8,30 de la tarde. Ha sido una jornada muy intensa, nos merecemos un buen descanso, sobre todo Celestino que ha caminado casi 50 kmts. sin inmutarse y para mañana el programa no es menos intenso.