LOS
CORRALES DE BUELNA – SUANCES Kmts. 26,5
Día 17-5-03. Cuando salimos a la calle, siendo las 7 de la mañana, quedamos sorprendidos por el hermoso día que se presenta, anoche lloviendo no es que fuera un buen presagio, pero la suerte está de nuestra parte y el buen tiempo nos dejará un estupendo recuerdo. La salida de Los Corrales es algo complicada, como siempre en las zonas urbanas, finalmente optamos por retornar a la carretera de Barros.
A
la entrada de Barros una especie de bunker contiene
dos gigantescas estelas cántabras que se pueden ver a través de un estrecho mirador,
parecen de mármol y son enormes, de no haber venido por la carretera
no las habríamos visto, pues el itinerario, según la guía,
cruza un polígono industrial algo más alejado y a la vera
del Río Besaya ya en su entrada a Hoz
de las Caldas.
La actual carretera también sigue el curso de la hoz, pero a más altura de la muy vieja carretera, que ahora solo tiene el uso de acceso a las Caldas de Besaya, antiguas instalaciones con un aspecto decadente y más bien ruinoso, aunque según parece en uso actualmente por sus aguas medicinales. La vía del tren y su estación por la derecha y un puente de paso, todo ello en el estrechamiento, además del Santuario Nuestra Señora de las Caldas también en la ladera de la escarpada hoz. El cruce lo hacemos con mucha tranquilidad pues no pasan casi coches, por tanto nos podemos parar, cruzar de un lado a otro para tener mejores perspectivas, contemplar las zonas boscosas y el fondo del río. A la salida de la hoz nos encontramos con el bello pueblo de Riocorvo, señoriales casonas con sus escudos blasonados, algunas de ellas convertidas en Casas Rurales y una denominada Los Púlpitos, por dos balcones redondos sobresaliendo de la fachada. Una simpática señora nos da las indicaciones de rigor para comenzar el ascenso hacia la aldea de Yermo a través del Camino de la Camberona, pero primero hemos de cruzar, con sumo cuidado, la carretera general con curva por la derecha y curva por la izquierda, por tanto hemos de cruzarla a toda velocidad.
Ahora ya por la Camberona, camino muy estrecho y con buena sombra, en ascenso para cruzar por debajo de la nueva autovía para enseguida entrar en Yermo con su magnífica iglesia románica de Santa María de Yermo, hecha de piedras rojizas, como todas las que hemos visto, igual que la mayoría de las casas antiguas y con magnífica y sobria arquitectura.
Estamos
ahora a los pies del cerro cónico Castío con
229 metros, un bosque de eucaliptos en sus laderas este,
en su cima hubo una torre medieval,
ahora en ruinas. Cruzamos la aldea de Vispieres con
bellas y grandes casas recientemente construidas y nos disponemos
a descender hasta Santillana
del Mar que ya tenemos a la vista.
Mientras
disfrutamos de las viandas y de la apacible sombra, nos ponemos de
acuerdo con Carmen, la hija
de Celestino,
que nos vendrá a
buscar a Suances entre las 2,30 y 3.
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