SEGOVIA – PEDRAZA Kmts. 43,6

Día 1-6-03. En esta ocasión y por razones de logística, realizaré las dos etapas en distinto sentido que las anteriores, es decir de oeste a este.
Comienzo, por tanto, estas dos jornadas en Segovia siendo las 9,30 de la mañana, atravesando la ciudad, pasando nuevamente por debajo del acueducto, obra romana que siempre me impresiona por sus dimensiones y perfección, además de su magnífica conservación. Pequeños grupos de turistas reciben las explicaciones de sus guías con toda atención. Tomo la carretera de Soria y antes de las últimas casas, después de haber cruzado el Río Eresma, giro a la derecha por la carretera de San Cristóbal de Segovia, como es domingo hay muy poco tráfico, de hecho esta carretera solo da servicio a los tres pueblos que cruzaré, aunque se han construido muchas casas modernas recientemente. Al llegar a la parte más alta, contemplo los perfiles de la Sierra de Guadarrama, Mujer Muerta, Montón de Trigo, Puerto de la Fuenfría y laderas norte de Peñalara con grandes neveros. También la salida del túnel del Ave, la Granja de San Ildefonso y toda la planicie completamente verde. Destaca el Cerro Atalaya enfrente con una gran antena en su cima.

Valle de San Pedro y Río Cega


Ayer debió llover con cierta intensidad y de forma tormentosa, pues hay barro y charcos en el camino, también el arrastre de las aguas. Ahora el ambiente es muy agradable, no hace calor ni frío, luego, más tarde será otra cosa bien diferente.
Cruzo San Cristóbal de Segovia, Sonsoto y Tres Casas para continuar hasta Cabanillas del Monte, aquí, a la derecha de la carretera, en una entrada con verja y ganado en su interior, veo la baliza blanca y roja del GR88. A la entrada de la verja un paisano me da todas las explicaciones del itinerario que debo seguir, es decir, continuar de frente, hacia la sierra, hasta el Rancho de la Marquesa, una gran casa con mucho ganado alrededor, en este punto enlazo con la Cañada Real que viene de Santillana y sigue hacia el norte, hacia Soria. También sigue la cañada, bajo tierra, un gasoducto de Enagás, con paneles amarillos numerados. Es una cañada muy amplia, al menos hasta Sotosalvos, a partir de aquí será otra cosa bien diferente. El campo está precioso, lleno de flores, el tomillo florido, los espinos con sus flores blancas, margaritas, todo verde a reventar.

Ermita de la Virgen de las Vegas


Varios ciclistas vienen de frente y un corredor de fondo con la camiseta bien sudada, esta cañada es ideal para realizar estos deportes. Dejo Torrecaballeros a la izquierda, a unos 3 kmts. de distancia, las balizas roja y blanca son muy escasas y en los cruces de caminos es muy fácil el despiste. Dos águilas planean con placidez controlando todo lo que se mueve aquí abajo, muchas vacas con sus terneros y algún rebaño de ovejas, todo lo tienen controlado desde allí arriba. Un bonito bosque de roble cubre todas las laderas de la sierra, ahora con las hojas recién brotadas y muy verdes. Al dar vista a Sotosalvos, como el calor comienza a ser intenso, me pongo el pantalón corto, así voy más fresco. Sotosalvos se halla rodeado de un abigarrado bosque de robles, destacando su iglesia románica en el centro del pueblo y como todos los pueblos de esta parte de Segovia, con grandes restaurantes y mesones, a tenor de sus anuncios, los asados son su principal atracción, hoy domingo tienen grandes cantidades de comensales que acuden a saborear su especialidad, el cordero asado.

Villa y Castillo de Pedraza

El entrar en Sotosalvos he caminado 21,5 kmts. en 3,5 horas, es ahora la 1,30. Aquí tengo algunas dificultades para dar con la continuación de la cañada, de hecho inicio un camino, que me han dicho es la cañada, pero no hay balizas ni señales por ningún lado, el camino toma una dirección que no me gusta nada, decido cruzar hacia la carretera y continuar por ella hasta Collado Hermoso, que está a unos dos kmts. de aquí. Cruzo el Río Viejo al lado de una rústica posada rural, tomo un camino separado de la carretera y llego a Collado Hermoso, son las 2,30 y cuando giro la vista atrás, veo que todo se ha oscurecido, la tormenta es está conformando. En la salida del pueblo hay un bar, así que una fría cerveza me vendrá bien, es lo primero que bebo en toda la mañana a excepción de unos tragos de agua de algún arroyo. Sigo por la carretera hasta el pueblo de La Salceda, más mesones a rebosar de clientes, es la hora justa del almuerzo. Llego al cruce, donde tomaré la carretera a Pedraza, abandonando la general, los truenos son cada vez más fuertes y algunas gotas comienzan a caer, no me libraré. El cartel que hay en el cruce dice: “Pedraza, La Matilla, Sepúlveda”, en principio tenía planeado tomar otro desvío, algo más adelanta, a la izquierda, que me llevaría a La Mata de San Pedro y Requijada, pero el avance de la gran tormenta me obliga a seguir hasta Torre Valle de San Pedro donde espero llegar a tiempo de protegerme.

Plaza Mayor de Pedraza

Desde un alto doy vista al pueblo, todo el gran valle y depresión que ha formado el Río Cega, bonitas vistas que no puedo disfrutar con tranquilidad, he de apurar la marcha hasta llegar a la caseta donde para el autobús, en la misma carretera, me resguardo y a los 5 minutos explota la tormenta con su aparato de rayos, truenos y lluvia torrencial, me he salvado por los pelos. Un intenso viento dobla los árboles, la temperatura baja de forma radical que me obliga a abrigarme, torrentes de agua discurren por la puerta durante 30 intensos minutos, yo viendo los toros desde la barrera.
Sigo la ruta, ahora entre dos tormentas, por tanto oyendo los truenos, la oscuridad de la que sigue hacia el este y otra que sigue pegada a la sierra, a veces se pone a pintear otro poco, pero por detrás parece que hasta el sol quiere salir. Llego al pueblo de Valle de San Pedro al lado del cauce del Río Cega, un valle con cortados a ambos lados y en el centro mucha vegetación con tierra muy fértil, ahora que hay tanta humedad, la atmósfera transparente, el aire tan perfumado por las plantas ten verdes y floridas, los pajarillos cantando por todos lados, es una verdadera delicia caminar por este hermoso y agradable valle.

Castillo de Pedraza

Comienzo a ver un tupido bosque de sabinas y enebros, muy abundantes en las laderas soleadas de los barrancos. Llego a una gran finca convertida en mesón y restaurante, es la Tejera de Fausto, algo más adelante quedo sorprendido al ver una verdadera joya del románico, es la Ermita de la Virgen de las Vegas, ahora en restauración, solitaria en medio del verde valle. Al lado de la ermita tomo un camino que sigue hacia el cruce del Río Cega, vuelvo a ver las balizas blanca y roja, pero sorpresa, cuando llego al río, a ver quien es el valiente que lo cruza, nadando por lo menos, total que vuelta atrás a tomar otro camino que me indica un paisano me llevará de nuevo a la carretera un par de kmts. más adelante. A través de la carretera llego a La Velilla, pueblo al lado del Río Cega, que lleva, como decía, un buen caudal de agua. Al lado del puente de la carretera hay otro muy antiguo que cruza el Arroyo del Vadillo que baja de Pedraza.

Villa de Pedraza

Doy vista al Castillo de Pedraza desde abajo en el estrecho valle, imponente sobre los cortados, algo más adelante, en pronunciada cuesta, llego a la bonita villa medieval, entro por su bella entrada, en el interior del recinto amurallado bien conservadas casas y palacios blasonados, toda una joya. Entro en Pedraza a las 6,30, me doy una vuelta completa en relajada visita ahora que los turistas la abandonan y me la dejan casi toda para mí, tomo habitación y a descansar de esta dura jornada.

Datos del GPS: Kmts. recorridos 43,6. Tiempo total 9 horas. Tiempo en movimiento 8 horas. Tiempo parado 1 hora. Media en movimiento 5,5 kmts. hora. Media total 4,8 kmts. hora.