SEGOVIA – SAN RAFAEL Kmts. 37,3

Día 24-10-03. Me apeo del tren en la estación de Segovia hacia las 10,20, aunque luce el sol, la temperatura es invernal, probablemente de 7 grados y un viento frío que me obliga a tomar velocidad de crucero con rapidez. Abandono Segovia por el conocido tramo de la antigua calzada romana y cañada ganadera en dirección este pasando por la puerta del Cuartel, creo de Artillería, saliendo hacia campo abierto para al poco rato cruzar por debajo de la Circunvalación y seguir en línea recta hacia las mastodónticas obras del AVE en la salida del túnel que cruza la Sierra de Guadarrama. Aunque han dejado un pequeño pasillo para cruzar por el soberbio desmonte que están haciendo, el ruido de camiones, cintas de transporte, máquinas gigantescas excavando enormes agujeros, etc. etc. hacen que esté deseando salir de aquel tinglado. La verdad es que rememorando lo que era este tramo de calzada hace unos años, el acercamiento desde el Esquiladero de Santillana hasta Segovia, viendo en la lejanía sobresalir la torre de la catedral e ir acercándome despacio hasta entrar en la ciudad, era todo un placer, ahora es todo un tormento.

Segovia desde el Puerto de Pasapán


Una vez sobrepasado el infierno y cruzado la carretera comarcal hacia La Granja, penetro en el Esquiladero de Santillana y sus ruinas, ahora ya en pleno campo y sin ruido alguno, contacto con la Cañada Occidental Soriana en dirección sur. Las cumbres de la sierra, a partir de los 1.800 metros de altura, están completamente blancas de la intensa helada que ha debido caer de madrugada, además con una bruma sobre ellas que no permite el paso del sol, no volveré a recibir sus rayos en todo el día.
El amplio camino por el que circula la cañada, tiene buen firme y cruza los arroyos a través de viejos y antiguos puentes, ahora cruzo uno de arco circular hecho de ladrillos, algo más adelante hay una desviación por una calzada romana en un corto tramo. Toda la cañada sigue su curso por las faldas de la Sierra de Guadarrama en su ladera norte, por zonas de amplias y verdes praderas con bosques de encinas y en las cercanías de los arroyos, algunos chopos, fresnos y demás especies de ribera.
El Río de la Acebeda ha producido una profunda depresión donde se ha construido el Embalse de Puente Alta, es una zona muy bonita con mucha vegetación y al final de una pista una zona de recreo con indicaciones y señales de algún sendero hacia la Cacera en la parte alta del valle. Primero he de realizar un fuerte descenso para rodear la presa por su parte trasera y luego ascender hacia las praderas y continuar entre grupos de vacas que pastan tranquilamente en los prados con verde hierba de otoño. En el otro arroyo paralelo, el Arroyo Peces, hay otro pequeño embalse, ahora me toca volver a subir a otra alta loma que separa del arroyo siguiente, el Arroyo de la Pedrona y a continuación el Arroyo de las Víboras. Todos estos riachuelos que bajan de las faldas de la sierra terminan uniendo sus aguas al Río Eresma en las proximidades de Segovia.

Descenso a San Rafael


Puedo contemplar perfectamente el Palacio de Riofrío en la distancia, con su peculiar color rosado, destacando de las zonas boscosas de alrededor. Ahora, antes de comenzar el fuerte ascenso hacia el Puerto de Pasapán, me tomo un pequeño descanso, además es un momento en que el sol ha salido y puedo disfrutar de unos minutos de sus reconfortantes rayos.
Tomo decididamente hacia el Portachuelo, que es una especie de collado que separa el Cerro de la Cachiporra, pero antes he de cruzar algunas puertas metálicas que cierran el paso por algunas zonas de pinares, un grupo de obreros con máquinas oruga trabajan en la extracción de madera. Asciendo con cierta facilidad por el camino que me llevará hasta el Puerto de Pasapán, ahora las cumbres están cubiertas por unas nubes muy oscuras y el viento es cada vez más frío. Las últimas dos rampas de la pista las tomo por el atajo a derecho y me pongo en el Puerto hacia las 3 de la tarde, cruzo los pinares completamente blancos de la escarcha, poniendo un alegre colorido en la tarde gris.

Cabecera del Río Moros


La fría temperatura no me deja parar ni un minuto arriba, he de comenzar el descenso con rapidez, sin embargo hacia Segovia, ahora resplandece el sol sobre los pueblos y la capital, por esta parte no volveré a ver los rayos del sol. Inicio el muy conocido camino de descenso hacia el Río Moros y que sigue un amplio cortafuegos, las balizas han sido repasadas recientemente y se ven con claridad desde cualquier punto. Cruzo el Río Moros por el Puente Negro para comenzar el ascenso, por un camino, de frente hacia La Campanilla y seguir la pista que lleva hasta Gudillos, pero como pretendo tomar el tren en la estación de El Espinar y no es que me quede mucho tiempo, tomo un camino que bordea el pinar de Cabeza Reina y a derecho desciendo entre los pinos, voy a toda marcha cuando tres ciervos asustados por mis zancadas salen disparados. He de saltar una alta alambrada, busco un punto debajo de un pino y asido de sus ramas logro descender al camino que sigue la vía del tren en dirección a la estación, voy con el tiempo justito, así que los últimos dos kmts. he de acelerar la marcha y llegar con tres minutos de antelación a tomar el tren de regreso a casa.

Segovia desde la Mujer Muerta


El corto tramo del GR88 entre San Rafael y el Collado del Hornillo, punto de confluencia con el GR10, se asciende por el vallecito que forma el Arroyo Mayo, es un corto recorrido, muy agradable y placentero que ya he realizado en ambos sentidos en varias ocasiones.

Datos GPS: Distancia recorrida 37,3 kmts. Tiempo total empleado 6,48 horas. Tiempo parado 30 minutos. Tiempo en movimiento 6,18 horas. Media en movimiento 5,9 kmts. hora.