VERA – TRASMOZ – LITUÉNIGO – MONCAYO – AÑÓN – VERA Kmts. 43

Día 28-3-95. Como la ruta que he diseñado para el día de hoy es circular y regresaré de nuevo al Hostal a dormir, he dejado la mochila grande y solamente con lo imprescindible en una pequeña mochila podré hacer una intensa jornada sin peso a la espalda. Después de desayunar salgo de Vera a las 8,30 de la mañana, al llegar al Monasterio de Veruela hago una parada para hacer unas fotografías desde los alrededores, la mañana está muy agradable y despejada.

Lituénigo-Al fondo el Moncayo

La visita completa al Monasterio la haré mañana, no lo abren hasta las 10, así que no iba a estar más de una hora esperando. Vuelvo a realizar el recorrido de ayer por la tarde y cruzo Trasmoz para dirigirme a Litago, todos estos pueblos a los pies del Moncayo son muy similares, unos están situados en las laderas sur o este y otros en pequeños valles protegidos de los fríos vientos del norte. Me ha gustado especialmente Lituénigo y también San Martín, éste último ubicado en un pequeño valle con árboles frutales, bien floridos aún sin haber entrado la primavera, con un pequeño hotel familiar de nombre “GOMAR” que es una preciosidad, para perderse unos días y disfrutar de los bonitos bosques de sus alrededores.

Lituénigo

He cruzado algún rebollar y a medida que voy penetrando en la ladera y tomando altura, entro en algunos pinares y poco a poco las cuestas se van inclinando más, cada vez voy teniendo el Moncayo más cerca. Entro en la llamada “Reserva Natural Dehesa del Moncayo” muy bien indicada, una vez cruzados los pinares y ganado altura, al bosque cambia a las hayas, mucho más bonito y agradable. Se cruza varias veces la pista que ascienda hacia el Santuario, ésta sube en constante zig-zag.

Hacia el Moncayo

La Diputación General de Aragón tiene instalado un campamento de verano, muy bien acondicionado a unos 1.250 mts. de altura, una vez cruzado éste, la senda entra de lleno en el bosque de hayas y acebos, una vez pasada la Fuente del Sacristán, el bosque es una delicia compensando del esfuerzo que realizo y los sudores, la subida es muy dura. A la 1,30 llego al Santuario que realmente es un albergue regentado por un matrimonio y sus 4 hijos, tienen restaurante y habitaciones, también se puede dormir en saco. Es un lugar privilegiado para hacer varias excursiones y perderse un par de días aislado del mundanal ruido. Después de comer un trozo de empanada de bonito que compré en Soria y que está riquísima, sentado al sol y disfrutando del hermoso paisaje a 1.600 mts. de altura y con una quietud que asombra, me tomo una cerveza y un café en el bar para hacerles algo de gasto a la familia con los que he estado charlando bastante rato.

Ascenso al Moncayo

Si el bosque de hayas es muy bonito desde su interior, visto desde lo alto es bonito a rabiar, con un color rosado-pálido precioso. Por un camino voy a visitar la ermita de San Gaudioso que está muy cerca del Santuario y enseguida comienzo el ascenso a la cumbre, son 700 mts. de fuerte desnivel que inicio a las 2,30, tengo que cruzar algún nevero helado y en una hora me pongo en los 2.313 mts. cima del Moncayo. El viendo es muy frío y fuerte, he de abrigarme y rápidamente iniciar el descenso, aquí no se puede estar.

Santuario-Albergue de El Moncayo

Hay varios neveros en la parte norte, las vistas son magníficas en todos los alrededores, Soria, Urbión, valle del Ebro, valle del Jalón por el sur, es una completa panorámica en un radio de 100 kmts, hacia la parte soriana se distinguen los pueblecitos en medio de llanuras muy verdes. He tenido mucha suerte con el día. Comienzo a crestear hacia el sur en un continuo sube y baja hasta enlazar con el G.R. que va faldeando desde el Santuario a través del pinar y llegando a los 1.900 mts. de altura para a continuación bajar hasta el Collado del Muerto. Interpreto, desde lo alto, que el lugar adecuado para comenzar la bajada hacia la izquierda, hasta la senda, es el gran collado que veo al fondo (Collado de Bellido), así que con algunos problemas para descender desde el mencionado collado, los pinos son pequeños y bajos además de muy abigarrados de tal forma que no hay por donde pasar, tengo que dar algunos rodeos y gatear debajo de las ramas, tomo contacto con el GR 90-1 en un camino que sigue hasta el mencionado Collado del Muerto a unos dos kilómetros de distancia.

Cumbre de El Moncayo

Hermosa vista de las Peñas de Herrera con sus impresionantes cortados, especialmente el más grande el Morrón. En el collado me desvío hacia la izquierda, si tomara hacia la derecha lo haría hacia el imponente Barranco de Valdeplata ya en la vertiente del Isuela y Jalón, mi camino para mañana. Como decía en el collado giro a la izquierda para iniciar el descenso a través del profundo Barranco del Horcajuelo, pero antes en una pradera un pastor duerme plácidamente la siesta mientras el rebaño pasta a sus anchas, como no esperaba que anduviera nadie por los alrededores, se pega un buen susto cuando me sintió muy cerca.

Monumento en el Moncayo

Son las 5,45 de la tarde, me dice el pastor que hasta Añón me quedan unas 2 horas de caminata barranco abajo, así que aprieto el acelerador, de otra forma se me hará de noche. La larga bajada que se empieza a denominar Morana algo más abajo, es una estrecha garganta muy bonita, con pedreras a ambos lados y con pasos escarpados en algunos recodos que forma el cauce del barranco y con grandes rocas con curiosas formas. Alrededor de las 7 llego a dar vista a Añón, aún me queda un rato de camino para llegar. Añón es un bonito pueblo situado en un escarpado montículo, mantiene su estructura medieval, bonito y gran castillo con cinco torres y una iglesia románica, el acceso por la parte sur, que es por donde yo vengo, es a través de una calzada estrecha y empedrada que termina en una puerta medieval y que en tiempos debió ser parte de una gran muralla de protección del pueblo.

El Morrón y Collado del Muerto

Al entrar hay varios vecinos que están tomando los últimos rayos del débil sol del atardecer y me enrollo un rato con ellos, como siempre preguntan de donde vengo, como ando tan solo por estos lugares, etc. Salgo de aquí con el tiempo muy justo, andando por la carretera para llegar a Vera a las 8,30 anocheciendo. Disfruto de una exquisita cena y un merecido descanso.