Día 28-4-95. He llegado a Cornago, que es un pueblo riojano en el extremo oriental de la Comunidad, casi en el punto donde se junta con Navarra y Zaragoza, a las 8 de la tarde, después de un viaje en tres autobuses. El primero me llevó desde Madrid a Soria, con mucho tráfico a la salida de la capital, lo que provocó que llegáramos a Soria con media hora de retraso. El coche que salía de Soria hacia Pamplona y que me dejaría en Fitero, estaba esperando la llegada, así que, aunque con algo de retraso, llegué a Fitero a las 7,15 de la tarde.
Cornago
Aquí me dijeron que para ir a Cornago, pasaría otro autobús en unos 15 minutos, así que con tan buena suerte, a las 7,30 ya estaba a bordo y hacia mi destino. Aún tuvimos que hacer un trasbordo a otro autobús que venía de Logroño, para ir parando por todos los pueblos del valle del río Linares. Hemos pasado por Baños de Fitero, a unos 5 kmts. de Fitero, había mucha gente mayor, daba la impresión de estar hospedados allí y tomando los baños termales. Al fin llegamos a Cornago, pueblo muy bonito, situado en la ladera sur-este de una montaña, destacando desde lo lejos su bien conservado castillo y la iglesia a su lado, en la parte más alta. Al bajarme del autobús pregunto, a un paisano, por el albergue, así que me lleva a casa de la Sra. Consuelo, que es quién tiene las llaves. La Sra. Consuelo me sube al albergue “Condestable”, que está justo debajo del castillo, en la parte más alta. Resulta que lo terminan de inaugurar hace un par de semanas, está reluciente oliendo a nuevo, Han restaurado una vieja casa y ha quedado muy bonito, tiene 30 plazas, como no hay nadie lo disfrutaré a placer. Hemos ido a ver al alcalde, como aún no están muy acostumbrados a las formalidades, a veces no saben qué hacer.
Peña Isasa desde el Collado de Valcardera
Me dice el alcalde que debería haber contactado con la oficina de albergues en Logroño para hacer la reserva, pero razonablemente me han permitido utilizarlo sin más problemas, supongo estarán impacientes por recibir visitantes. He comprado una botella de vino y me dispongo a cenar en un hermoso comedor, son las 10 y no se oye ni una mosca, un silencio sepulcral, he preparado todo en una litera para una noche muy relajada. Mañana temprano intentaré hacer alguna foto desde los alrededores, merece la pena llevarme un recuerdo visual del conjunto.

CORNAGO – ENCISO – MUNILLA – SAN ROMÁN DE CAMEROS Kmts. 49

Día 29-4-95. He dormido muy bien, que tranquilidad, al acostarme hacía algo de frío, pero en cuanto el saco de plumas comenzó a calentar, no lo podía soportar. Me he levantado a las 7, el sol comenzaba a lucir en el horizonte y a darle de plano a todo el pueblo, así que me desplacé hacia un alto, justo enfrente, para hacer unas fotos del conjunto, es esta la hora ideal. He comprado pan y dulces en la panadería, luego entrego la llave a la Sra. Consuelo, de quien me despido agradeciéndole sus atenciones. Siendo las 8,30 comienzo a caminar, la mañana se nubla ligeramente, pero de inmediato despeja y se queda un espléndido día, a excepción de algunos momentos en que surgen nubes de evolución que desaparecen tan rápido como aparecen. Asciendo la cuenca del río Linares, con sus riberas llenas de chopos y álamos, las laderas de los montes totalmente peladas y llenas de matojos y aulagas. A las 9.30 termino la ascensión al Collado de Valcardera, que hace de divisoria de aguas. Estupendas vistas, primero de todo el valle del Linares, sobresaliendo Cornago en su inicio, muy al fondo la silueta del Moncayo, algo cubierto de nubes y su cumbre nevada resplandeciente.

Munilla

Hacia el norte la estilizada silueta de Peña Isasa y abajo el recoleto valle del Arroyo Vallaroso. Hasta el abandonado pueblo de Ambasaguas camino entre un bosque de encinas jóvenes muy bien conservado, resulta muy agradable ir por la ladera sin perder altura y a veces por zonas húmedas con hierba, algún pequeño arroyo con sus aguas cristalinas, pequeños torrentes pues es una zona bastante seca. En Ambasaguas están restaurando alguna casa, es un pueblo abandonado y casi todas las construcciones están en absoluta ruina. Ahora sí que asciendo por un regato con más caudal, bastante verdes sus orillas, se agradece pues los alrededores son un secarral. Comienzo a ver los yacimientos de “icnitas”, huellas fósiles de dinosaurios. Unas bien marcadas pero otras al lado mismo de la senda sin catalogar. No queda más remedio que dejar volar la imaginación y trasladarse a la prehistoria y ver los animales que pusieron sus patas encima de estas rocas hace millones de años. Una vez superado el collado que separa las dos cuencas, comienzo la bajada por la del río Cidacos, llegando a Navalsaz, pueblo que da inicio a lo que se llama la Ruta de los Dinosaurios, que transcurre por una pista, durante 8 kmts., hasta Enciso, pista de tierra que cuando pasan los coches levantan unas grandes polvaredas. Hay bastantes yacimientos, hasta un enorme dinosaurio de plástico verde, colocado en una loma en una revuelta de la senda, me sorprendió de verdad. Los yacimientos, algunos de ellos protegidos por vallas, tienen unas pancartas explicativas muy interesantes.

Hacia el Collado de la Dehesa

A la entrada de Enciso cruzo el río Cidacos a través de un viejo puente y en una bonita alameda, es la 1,15, hago una pequeña parada a tomarme una caña y a continuación vuelta a ascender de nuevo hacia la otra cuenca gemela. Se comienza a notar algo más de vegetación, algún pinar de repoblación, alguna ladera norte con robles, pero en general el mismo aspecto desértico y erosionado de todas las montañas de alrededor. De nuevo cruzo otra aldea deshabitada y medio derruida, es una zona muy pobre, ningún cultivo posible, hay algunos aterrazamientos muy viejos y deteriorados, síntoma de cultivo de almendros, olivos etc., todo de secano. En un alto y teniendo a la vista Munilla, hago una parada a almorzar, a pesar de estar en alto hace un fuerte calor, son las 3 de la tarde. Un grupo de buitres planean en el cielo durante un buen rato. En media hora llego a Munilla, tengo que tomar una decisión, el siguiente pueblo donde poder pasar la noche es San Román de Cameros, que está a 20 kmts. de distancia, aún he de hacer una larga e inclinada subida, para de nuevo bajar hacia el pueblo después, pero la alternativa es quedarme en Munilla, pero la tarde es muy larga y la verdad no sé que podría hacer aquí durante tanto tiempo. Decido continuar y a medida que voy ascendiendo comienzo a divisar la nieve enfrente, las cumbres están sobre los 1.400 mts. y el lugar que más destaca es el Nido del Cuervo con una torre de vigilancia contra incendios. Ahora sí que se produce el cambio del terreno, hay muchas praderas y bastante vegetación, por supuesto en las laderas del cordal principal en la parte norte hay bosques de roble muy tupidos. Llego al Collado de la Dehesa a las 6, hay enormes neveros en los alrededores, desde aquí todo será bajar.

Descenso del Collado de la Dehesa

Comienzan a aparecer los bosquetes de hayas con sus brotes de primavera muy bonitos, todo de un verde muy intenso, contrastando con la desolación y el color gris de los montes que he pasado esta mañana. La bajada se me hace muy placentera, por la ladera derecha del Barranco de la Dehesa. Algo más abajo aparece, como un fantasma, Torremuña, un pueblo bastante grande, abandonado y medio derruido, supongo que en tiempos fue muy rico, hay una enorme casona fortificada que sobresale en lo alto. En el lugar donde el Barranco se une al río Vadillos, había un puente algo rústico y que le falta un trozo, de tal manera que tengo que vadear el río. Los últimos 4 kmts. son por una carretera comarcal que luego se une a otra que se dirige a Arnedo. Llego a San Román de Cameros a las 8,30 y me hospedo en un restaurante que hay a la entrada. Después del aseo bajo a cenar y larga sobremesa con un ciclista de Arnedo y una pareja de jóvenes que están haciendo algún tramo del GR. Estos chicos me han dicho que están en el Albergue, muy bien acondicionado, con agua caliente y buenos servicios, también hay una casa rural, antes de entrar en el pueblo y que tiene muy buen aspecto, es una especie de molino restaurado, donde reciben gente a dormir. Ahora son las 12 y no puedo más, ha sido una jornada larguísima y con continuos desniveles.