SAN ROMÁN DE CAMEROS – ORTIGOSA DE CAMEROS Kmts. 36

Día 30-4-95. Como esta jornada no es demasiado larga, me lo he tomado con mucha calma, anoche acordé con la señora del bar que me daría el desayuno a las 9, hora en que acostumbra a abrir. Aunque me he levantado a las 7,30, mientras he recogido todo y después a visitar el pueblo, ayer llegué demasiado tarde y no me dio tiempo, hacer algunas fotos y el relajado desayuno, cuando me quise dar cuenta daban las 10. Cuando salía del pueblo apareció la pareja de Arnedo, Javi y Ana, como haremos el mismo recorrido, decidimos ir juntos, ellos solo llegarán hasta Laguna de Cameros. Entregan la llave del albergue en la Casa Rural que hay a unos 200 mts del pueblo y a continuación comenzamos el ascenso por la dehesa boyal, un monte comunal lleno de robles y praderas, muy agradable, sobre todo a ésta hora de la mañana.

Torre de Cameros

Una vez llegados a la parte alta tenemos a la vista Torre de Cameros, otro de los pueblos casi deshabitados, en lo alto de una montaña, cuando lo cruzamos, en una de las grandes casonas había gente, eran los dueños, habían venido de Logroño a pasar el día, charlamos un rato con ellos. Continuamos por una zona bastante alta, dominando toda la cuenca del río Leza, desde su cabecera entre el Puerto de Piqueras y Oncala, y hacia el este, por donde había bajado ayer por la tarde. Hicimos una breve parada en el Solar de Tejada, una solitaria casona fortificada con un hermoso escudo heráldico en su fachada, situada en un vallecito cerrado en su final y muy alejado de núcleos urbanos, precioso lugar. Este tramo entre Muro y Laguna de Cameros, a pesar de ser muy bonito, es todo un bosque de robles, se nos ha hecho muy largo y monótono. Hacia las 2 llegamos a Laguna de Cameros, pueblo con bastante vitalidad, quizá el estar en una carretera con tráfico o porque la zona es mucho más rica que las que crucé ayer, está muy bien conservado, la arquitectura de sus grandes casonas de piedra, sus estrechas calles empedradas y el carácter agradable de sus gentes, es todo un descubrimiento.

Obligado paréntesis

Mis nuevos amigos, Javi y Ana, se van al albergue, yo me dirijo a una placita a comer, hay dos bares al lado, un gran árbol con buena sombra, donde un grupo de unas 10 personas sentadas en tres bancos, con aspecto de senderistas, algunas mochilas por el suelo, comen de manera informal y muy divertidos. Compro vino y gaseosa en un bar y me decido a robar un trocito de la buena sombra. Saludos y rápida invitación a compartir sitio, mesa, vino y amistad, a los pocos minutos la confianza era plena, también fajados en discusiones “peregrinas”. Entre medias apareció la reserva del 85, luego la copa y el café y creo que si llega a sonar música (de instrumentos) nos hubiéramos marcado una jota. Algún componente del grupo practicaba el “bel canto”, así que en la sobremesa no faltó de nada. Hacia las 3,30 se levanta la mesa, ellos regresarían a Gallinero de Cameros, donde dejaron los coches. Al comenzar el fuerte ascenso me despido de todos, su ritmo no era el mío, además debería caminar 12 kmts. más que ellos. En el Collado de Horquín, punto más alto del GR, no incluyendo la variante, a 1.475 mts., hay una excelente vista del Valle del Iregua, Hoyos de Iregua y la cumbre más alta de la zona, Cebollera. Cruzo un hermoso bosque de hayas y enseguida el Prado Libarache, una gran pradera verde y llena de flores con varios caballos pastando plácidamente y un pequeño refugio para una emergencia.

Solar de Tejada

El descenso es para quedarse dormido, entre la buena temperatura, la mullida hierba bajo los pies, el sonido permanente de los grillos y la tranquilidad, seguro que si me tumbo en el suelo me quedaría dormido de inmediato. A las 5,30 cruzo Gallinero de Cameros y les dejo una nota de despedida y agradecimiento a mis amigos riojanos, que por cierto, no me dejaron pagar nada. Tenían dos coches para regresar a Logroño. Me están molestando las botas, son italianas y no parece que se adapten bien a mis pies o al revés que es igual, no valen para largas y continuadas jornadas, las cambio por las deportivas, pero ya va de ampollas. También este tramo, hasta Villanueva de Cameros es especialmente bonito, la senda baja entre un precioso bosque de hayas, con una agradable sombra y pequeños cauces de agua. Llego a Villanueva, por donde pasa la carretera que baja del Puerto de Piqueras y se dirige a Logroño, con bastante tráfico, hay un puesto de la Cruz Roja con un banco para sentarse a la sombra, me aposento para un descanso hasta que me lo pida el cuerpo. En éste lugar paró el autobús en el regreso del Camino de Santiago desde Logroño. A las 7,30 decido ponerme en marcha de nuevo y llegar a Ortigosa a las 8,30. Es un bonito pueblo partido por un profundo barranco con imponentes cortados a ambos lados. Aquí comienzan mis problemas de alojamiento, primero me dirijo a una casa rural, completo, a la fonda, completo, no me daba cuenta que estamos en el puente del primero de mayo.

Gallinero de Cameros

Un paisano que me había acompañado hasta la casa rural me ofrece su bodega para dormir (son las 9,30 y oscureciendo), cosa que acepto gustoso y agradecido. La bodega está enfrente de su casa, es un pequeño habitáculo con el suelo de madera, perfecto para unas circunstancias como éstas. Me entrega la llave y su hija me baja una colchoneta, que agradezco con el alma. Voy a cenar al “casino”, lugar lleno de gente y con gran alboroto, donde devoro una cena a base de lomo, huevos fritos, patatas, pimientos, postre, etc. todo por 1.000 pts. y dispuesto a dormir como un “rey”.