ORTIGOSA
DE GAMEROS – SAN MILLÁN
DE LA COGOLLA Kmts. 40
Día 1º-5-95. Anoche a las 10,30 después de cenar, el matrimonio que amablemente me cedió la bodega para dormir, me invitó a su casa a tomar café y copa, me estaban esperando antes de irme a dormir. Estuvimos charlando hasta pasada la 1,30, me pidieron que durmiera en su casa, tenían varias habitaciones vacías, pero no acepté. Me han dado su número de teléfono y no excluyo que hagamos alguna excursión por la zona juntos. Félix y Pilar, que así se llaman, viven en Logroño, él es un recién jubilado del BBV.
No he dormido demasiado bien, pero he descansado, que era de lo que se trataba, la llave de la bodega se la he dejado en una ventana, tal como me dijeron anoche. Me he levantado a las 7,30 y a las 8 iniciaba el GR, que parte del puente que cruza a la otra parte del barranco, donde hay una gruta, según parece muy interesante para visitar, en otra ocasión lo haré. Al poco rato de caminar, llego a El Rasillo, pueblo de veraneo al lado de la presa de Ortigosa, con casas muy bonitas y unas urbanizaciones modernas alrededor, también hay que destacar un viejo olmo en la plaza del pueblo. Entre El Rasillo y el siguiente pueblo, Nieva de Cameros, hay una distancia muy corta, a las 9,30 llegaba al último, el camino es agradable, entre bosque y praderas por un pequeño valle muy estrecho por donde circula una carretera.
Nieva está situado en lo alto de una montaña, con vistas panorámicas sobre el Arroyo Castejón y unos profundos cortados, además de una cueva en lo alto de una pared, antes de entrar en el pueblo hay una ermita y un bonito mirador con una apacible arboleda. Me tomo un ligero desayuno y me preparo para el ascenso al Collado de la Mohosa, primero por la ribera del Arroyo Castejón, para al cabo de unos metros abandonarlo por la derecha y ascender por su tributario el Arroyo del Trampal. Esta subida, que es bastante suave, es especialmente bonita, bosques de hayas y avellanos, además de algunos acebos y verdes praderas, todo precioso, lleno de sombra y tranquilidad. Al final, en el Collado de la Mohosa, el espectáculo del valle del Najerilla hasta el Ebro, los sembrados my verdes, Anguiano en primer término y a la derecha las Peñas de Anguiano y sus espectaculares cortados calizos, hacia el oeste las cumbres nevadas de los Pancrudos y San Lorenzo, todo ello en un hermoso y soleado día.
Me acerco, hacia la derecha a una peña alta y desde aquí es una buena atalaya. La bajada hacia Anguiano es muy dura, son 600 mts. de desnivel, muy inclinado. Llego a Anguiano a la 1 y en el Hotel Valdeciervo me dispongo a comer una suculenta ensalada, hago algo de tiempo, el calor comienza a ser sofocante. Hacia las 2,30 continúo, cruzo el Najerilla a través de un bonito puente medieval y bordeo unos imponentes cortados, el paisaje cambia radicalmente, ahora son aulagas y matorrales, algunos robles, pero bien diferente de las zonas anteriores. Paso al lado de un derruido convento y hay momentos en que me pierdo, hay varios senderos, luego tengo que andar campo a través para enlazar de nuevo con el GR.
Entro en zonas de sembrados a través de pistas de tierra, a lo lejos diviso Nájera, más al norte. En Matute hago una breve parada a la sombra de unos soportales y admiro una gran casona con un escudo blasonado en la pared, cuando estoy haciendo una foto, sale una señora y me dice que si me gusta, le contesto que por buen precio me quedaría con ella, es todo un palacio. Llego a Tobía, que está muy cerca de Matute, destacando sus famosas peñas y en un estrecho valle, muy bonito. Comienzo de nuevo el ascenso, para cruzar al otro valle, cuenca del río Cárdenas. Es una subida bastante dura, se cruza unos prados llamados Corrales de Ocijo a cerca de 1.200 mts. de altura, ahora sí que las vistas sobre las Peñas de Tobía son completas. En el collado me encuentro con un pastor con quién me paro un buen rato a charlar. La bajada a San Millán se me hace muy larga, la senda va recorriendo los bosques en diferentes direcciones, para no descender a derecho, de tal manera que tan pronto voy hacia el este como hacia el oeste, muy aburrido, además es un bosque de pino muy monótono.
En un punto en alto, estoy encima del Monasterio, hermosa vista del conjunto, hacia el norte la cabecera del río Cárdenas y su nacimiento en las laderas del San Lorenzo y sus cimas blancas. Llego a San Millán y me dirijo al Albergue del Monasterio, no hay otro lugar apropiado, la hospedería es de lujo. Hay dos chicos y una chica valencianos que están haciendo el GR desde Ezcaray, hemos cenado juntos en un kiosko al lado del albergue y a las 12 nos dormimos. Sin duda esta ha sido la etapa más bonita y espectacular, desde el Collado de la Mohosa las vistas son magníficas, he estado disfrutando durante más de media hora, el murmullo de los grillos, el canto de los cucos y abubillas en medio de la quietud y grandiosidad del paisaje, además de la hermosa mañana hacen inolvidable este día.
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