EZCARAY – MONASTERIO DE VALVANERA Kmts. 28

Día 16-5-95. He llegado a Ezcaray a las 8,15, pedido permiso al cuartel de la Guardia Civil para dejar el coche enfrente y durante tres días, muy amablemente me lo han concedido. Durante el viaje desde Madrid ha estado lloviendo intermitentemente, ahora pintea a ratos, en las cumbres lo hace de forma intensa. Me pertrecho para la lluvia y a las 8,45 comienzo a andar por la variante del GR 93 hasta Villoslada de Cameros. La senda comienza ascendiendo por la ladera derecha del río Turza, entre un bosque de hayas mezclado con algunos pinos. Como hay mucha humedad y hace muy buena temperatura, el bosque está muy bonito, muy verde.

Ascenso al Collado Beneguerra

Todas las cumbres, a partir de los 2.000 mts. están cubiertas de nubes. A medida que asciendo voy teniendo buenas perspectivas de Ezcaray y sus alrededores, una vez superados los 1.300 mts. desaparece el bosque y se convierte en praderios, enfrente a la derecha del vallecito, asciende la carretera que comunica con las pistas de esquí de Valdezcaray, en el fondo sobresale, entre el bosque la aldea de Urdanta. En el Collado Beneguerra comienza a llover de nuevo, estoy a 1.700 mts. de altura, hace mucho viento y las nubes se mueven deprisa, por tanto de pronto sale el sol y enseguida vuelve a llover, así todo el rato. En este punto tenía la intención de ascender a la cumbre de San Lorenzo, pero es imposible, el tiempo está muy mal, otra vez será. Como el temporal viene del oeste, tenía la impresión de que cuando cruzara hacia las laderas norte y este no me daría el viento tan fuerte y mejoraría, pero no ha sido así, con la fuerza que tiene y a esta altura no hay manera de evitarlo. En los collados la fuerza del viento me empuja hacia delante y casi me tira.

Ladera norte de los Pancrudos

Voy por las laderas a una altura de 1.700 mts. siempre faldeando y pasando por las cabeceras de los valles y ríos, Oja, Cárdenas, Tobía y Valvanera, con magníficas vistas hacia el fondo de los mismos. Me he pasado el punto donde debía tomar una pista para bajar al Monasterio de Valvanera, no había ninguna indicación, además con tanto viento y lluvia no era cosa de consultar la guía y mapas cada dos por tres, como vi que las señales indicaban continuación, he continuado pensando que el desvío estaba más adelante, he intuido que la bajada sería por la parte derecha del valle, no es así, es por la izquierda. Cuando llego al Collado de Ocijo, el viento es infernal además de muy frío, hay un refugio de cazadores a la derecha del collado, como estaba empapado y necesitada consultar la guía y mapas, he entrado.

Monasterio de Valvanera

La chimenea aún ardía con brasas, le puse un par de ramas de pino y aquí me he quedado un buen rato, necesitaba descansar y comer algo. Afuera un viento racheado que parece que se lleva la caseta volando. He llegado a la 1, si quiero bajar al Monasterio tengo que retroceder por el mismo camino unos 2,5 kmts. además de los otros 3 kmts. que quedan para bajar al mismo y con un desnivel de 700 mts. Por supuesto, no me lo pienso dos veces, no me quiero perder la visita al Monasterio y su bello y angosto vallecito. La bajada es muy pronunciada, la subida habrá que hacerla con muchas fuerzas, ganas y tranquilidad. Como continúa lloviendo y es previsible que lo haga durante toda la tarde, me planteo la posibilidad de dormir en el Monasterio, siempre que los precios sean asequibles, preveo que llegaré al mismo a las 3,30. La bajada es por la ladera meridional del valle y muy agradable, con la humedad los aromas del tomillo, espliego, brezo y otras plantas penetran con intensidad, parece que con la humedad y el calor del sol están alegres. Llego al Monasterio, calado hasta los huesos, una señora empleada me dice que el hermano que atiende la hospedería vendrá a las 4,30. Le pregunto por los precios y me dice que a los peregrinos siempre los tratan bien, ojalá pues los precios que he visto no son nada baratos, bien es cierto que el lugar es como un paraíso. Mientras aparece el hermano Martín, me aposento en una sala de estar muy calentita y agradable, poco a poco voy entrando en calor.

Monasterio de Valvanera

Le doy, al hermano Martín, la credencial de peregrino, me asigna habitación y me indica que la cena, si lo deseo, es a las 8,30, a las 7 es la ceremonia de las vísperas en la iglesia. Por supuesto no me lo perderé. Termina de llegar un matrimonio holandés, he de hacer de intérprete, el otro coche que hay en el patio es de otro matrimonio inglés, no hay nadie más. Ahora estoy sentado en el salón y es tal el placer, que casi me duermo, la lluvia cae intensamente contra unas grandes cristaleras, la montaña a veces se descubre y sale el sol, la tranquilidad es absoluta. Me he aseado, extendido todo lo que tengo húmedo, la habitación está bien caliente, se secará todo durante la noche. He hecho un pequeño recorrido por el Monasterio, visitado la imagen, muy venerada en La Rioja, de la Virgen de Valvanera. Cuando bajaba por un prado hacia el Monasterio, esta tarde, un zorro cruzó por el camino a unos 50 mts. muy tranquilo, incluso se paró a mirarme con atrevimiento. Son las 8 de la tarde, ha terminado el rosario y ha dejado de llover, ha salido el sol y un bonito arco iris se ha dibujado, durante un rato, enfrente en la otra ladera de la montaña. He liquidado cuentas con Fray Martín y la verdad, sí que se ha enrollado, en lugar de las 4.700 pts. que marcaba la tarifa me ha cobrado 3.000 por todo, muy buen precio. Los que también tenían ganar de charla es el matrimonio holandés, hemos estado de parloteo hasta pasadas las 10,30 de la noche, que ya es decir. La señora que atiende la cocina y el comedor también ha estado muy simpática, supongo que estar trabajando aquí en este retiro debe ser muy aburrido, sobre todo los días de diario en que no hay casi nadie.