LIRES – MUXÍA
33,3k
Día 14-03-2014. Intensas y pertinaces brumas no permiten que
el sol ilumine en ningún momento hasta media tarde, aún
así la temperatura será templada, diría que 17
grados, ideal para caminar sin sofocos especialmente cuando haya de
realizar
los fuertes ascensos que me esperan, puedo imaginar ascendiendo por
las inclinadas laderas con el sol pegando duro sobre mis espaldas,
que horror.
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Praia de Nemina |
Bien, comienzo la jornada a las 8h30m una vez desayunado, cruzando Lires por
el balizado Camino de Santiago durante unos metros, éste sigue
hacia Muxía pero por un itinerario completamente
diferente al que yo seguiré. Al cruzar el Río Lires,
con mucho caudal, tomo un camino a la izquierda, el de Santiago sigue
por la derecha, mi ruta penetra en el espeso bosque de pinos tomando
altura en las cercanías
del cauce del Río Lires teniendo algunas
dificultades pues hay muchas bifurcaciones de pistas forestales.
Impetuosas cascadas se desprenden de las laderas del bosque provocando
un atronador ruido, el camino que sigo llega al cauce del Rego
de Vilachán que baja con mucha fuerza viéndose el camino interrumpido por
grandes troncos de pinos arrancados de cuajo sobre el arroyo, es imposible
proseguir, tampoco cruzar el impetuoso cauce del río, es un estrechamiento
como una ratonera, subo, bajo, intento cruzar, nada que hacer, finalmente
intentando evitar volver atrás, subo entre grandes rocas unos
metros y sorpresa, desemboco en un camino con un puente sobre el turbulento
río, ¡qué alivio!, comenzaba a pensar que habría
de cambiar de planes.
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Faro del Cabo Tourinan |
A continuación tampoco estoy libre de problemas pus han talado
parte del bosque y tengo dificultades para seguir la ruta adecuada, finalmente
doy vista a los Arenales da Ría donde comienza
la Praia
de Nemiña donde desciendo más alegre que unas castañuelas. Ya en
la arena, justo enfrente de donde pasé ayer tarde del otro lado
de la Ría de Lires, un cauce de 20 metros
evitando un rodeo de casi 4 kilómetros, no me hubiera importado descalzarme y cruzarlo
en caso de haber seguido la ruta.
Doy comienzo a la interminable playa que debe tener un par de kilómetros
de largo, las olas amenizan mi caminar sobre la fina arena y las gaviotas
ponen la risa de fondo en la más absoluta soledad en este bello
paraje atlántico. Finalizo el paso por la arena donde hay una
solitaria casa-restaurante para tomar un camino que me asciende entre
sembrados muy verdes hasta la aldea de Talón,
antes de llegar a la misma veo venir de frente dos paisanas con
un diminuto rebaño
de ovejas, las dos señoras con el atuendo negro y pañuelos
también negros, me hablan en un cerrado gallego que no soy capaz
de entender, me preguntan algunas cosas pero solo interpreto algo, finalmente
lo que me interesa saber es el camino al Cabo Touriñán y
eso afortunadamente puedo interpretarlo.
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Cabo Tourinan |
Un camino me va elevando hasta enlazar con una pista que lleva
precisamente al Cabo Touriñán,
voy viendo faenar los pequeños
barcos de pescadores, incluso el ruido de los aparejos al golpear pues
el ambiente es muy calmado, aún así las olas baten contra
las rocas en sus movimientos pendulares.
En algunos puntos hay balizas blanca y amarilla de PR pero no
tengo idea de donde vienen o adonde se dirigen, por la derecha,
en lo
alto de un
cerro, unas antenas de control de tráfico marítimo. Llego
a la aldea de Campos que dejo a la derecha siguiendo
la pista en descenso hasta el punto estrecho o Porta da Insua,
que es el acceso al casi redondo terreno donde se ubica el Faro del Cabo Touriñán.
Con el fin de realizar un recorrido circular, tomo a la izquierda
pasando por el pequeño puerto de pescadores y ascendiendo hacia zonas
de tojos donde se ha prendido fuego recientemente puesto que aún
huele a quemado, cruzo zonas de humedales, se nota que es granito la
roca, de ser calizas el agua se filtraría y desaparecería
rápidamente. Baten con mucha fuerza las aguas del mar contra las
negras rocas que aguantan los embates rugientes del bravo mar, qué sería
cuando los pasados temporales.
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Coido de Cuno |
A las 11h30m llego al Faro del Cabo Touriñán donde
hay aparcado un coche, supongo de algún pescador pues mas adelante
será frecuente el encontrarme con varios de ellos en las rocas
con la caña en ristre. Sigo haciendo un círculo alrededor
del cabo recorriéndolo al completo saliendo de nuevo a la Porta
da Insua donde tomo un camino cercano a la costa que
en principio me permite caminar con comodidad hasta un punto
donde
los tojos y zarzas
lo cubren completamente, me encuentro con la maleza hasta la
frente, los tojos pican como condenados, me subo a una pared
de piedra
para avanzar hasta que salto a un sembrado y me alejo del infierno,
es
el Monte do
Corveiro.
Doy un rodeo cercano a la aldea de Touriñán por
caminos transitables hasta descender a la Praia de Moreira donde
de nuevo enlazo con mi sendero, pero ahora el ascenso inclinadísimo por una ladera
casi en línea recta es de una dureza terrible durante casi 280m,
es un ascenso mortal que me deja sin fuerzas, es como subir en un ascensor
siendo el motor las piernas. El sol parece querer salir pero de momento
seguirá ausente, mejor. En lo alto, a 280m, miro hacia atrás
para ver a mis pies el punto de inicio al lado de la Praia
de Moreira y el Cabo Touriñán a
lo lejos, me parece increíble
lo que avanzo en poco rato. Arriba sopla una fresca brisa que enfría
mi empapada ropa, esto será pasajero pues el sol pronto calentará el
ambiente.
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Costa de Muxia |
Desde O Pedrouzo (272m) comienzo el descenso
por una especie de cortafuegos entre tojos hasta entrar en
un pinar
ya por una pista forestal con
roderas de motos que seguiré viendo hasta llegar a Muxía.
Desemboco al lado del mar donde hay tres vehículos de pescadores pues una
pista finaliza precisamente aquí que viene directamente de Muxía.
En este punto hago una parada a las 14h15m a comer el resto
de viandas que me facilitó Alfonso en Corcubión,
ahora sentado en la mullida hierba descalzo y casi derrengado,
por poco me quedo dormido.
Nuevamente inicio el ascenso por sendero poco definido entre
pinos de repoblación hasta dar con un camino de tierra que sigo para llegar
al Monte Buitra desde donde tengo buenas
perspectivas ahora que el sol ilumina todos los alrededores,
de Muxía y
el Santuario
Da Barca en la distancia. Un par de coches aparcados
me indican que pescadores han bajado a tirar la caña a los rompientes de las olas.
Definitivamente el sol alumbra con fuerza calentando el ambiente,
yo sigo la pista para enlazar con otra pista asfaltada que
sigo en ascenso
hasta un alto dando vista a la Praia da Arnela abajo,
abandono la pista subiendo al monte Cachelmo (174m) para
descender de forma directa por la senda inclinada que en
algunos puntos tiene humedad y he de tomar
precauciones.
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Santuario de Virxe da Barca |
Después de cruzar el Rego Vadelaxe bordeo
los rompientes para dar vista a la playa Area de Lourido,
en el monte a la derecha se realizan grandes obras de desmonte,
según me indican se está construyendo
un parador. Cruzo ahora la fina arena de la playa no sin antes haber
tenido algunos problemas de orientación puesto que la zona ha
sido invadida por las máquinas de las obras y se han destruido
los senderos y trochas. Subo a la carretera que sigo durante un kilómetro
por amplio arcén entrando en Muxía a
las 17h.
Me dirijo al Hotel de Encanto A de Loló (www.hoteladelolo.com) donde
he reservado habitación, he de cruzar todo el pueblo de
Muxía que me parece en el fin del
mundo quizá por las
ganas que tengo de terminar la jornada, mi cuerpo pide descanso a voces.
José Manuel y Sergio me
reciben cordialmente, el hotel con decoración
modernista es muy acogedor y con muy buena cocina.
Datos del GPS: Distancia recorrida 33,3k. Tiempo en movimiento 7h30m.
Tiempo detenido 55m. Tiempo total empleado 8h25m. Media en movimiento
4,4k/h. Media total 4k/h. Ascenso acumulado 1.020m. Descenso acumulado
948m.
PERFIL DE LA JORNADA |
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Día 15-03-2014. MUXÍA.
El bus para Santiago no parte hasta las 14h30m por tanto dispongo de
toda la mañana para hacer una sosegada visita a Muxía y
sus alrededores, además contaré con la grata compañía
de Jóse, un joven riojano muy aficionado a la montaña con
quién charlaré animadamente no solo de nuestra común
afición sino de lo que contemplamos en esta agradable y soleada
mañana en la Costa da Morte.
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Muxia |
Una vez desayunado y sin haber madrugado demasiado como en los últimos
días, salgo hacia el Santuario Virxe da Barca bordeando
el brazo de tierra por su ladera de levante donde sopla un viento algo
fresco y
húmedo, el mar azul se mueve algo en la gran Ría de Camariñas donde
algunos barcos, pocos, pescan en las cercanías. Enfrente hacia
el norte destaca el Cabo Vilán y hacia el este
las diversas entradas del mar hacia diferentes ensenadas que se pierden
de mi vista.
Esta península de Muxía fue batida por
diversos temporales en los meses pasados, especialmente uno de ellos,
allá por final
de año, muy bravo que incluso lanzó olas gigantescas cubriendo
la base del propio Santuario, algo que no se conocía desde hace
muchos años, aún se aprecian los puntos donde llegó el
agua en los alrededores, debió ser impresionante la imparable fuerza
de las olas.
El Santuario se halla en plenas obras de restauración después
de que un rayo, en una terrorífica tormenta nocturna hace unos dos
meses, incendiara y destruyera su interior y techo del templo, dicen los
lugareños que el estruendo del trueno que precedió al rayo
fue tremendo, a los pocos minutos ardía el santuario sin que nada
se pudiera hacer para impedirlo.
Visitado el Santuario y los rompientes rocosos a su
alrededor, subo a ver “A
Ferida”, dos piedras gigantescas separadas entre sí en recuerdo
de la tragedia provocada por el hundimiento del Prestige de
infame recuerdo por el vertido de petróleo que invadió estas bonitas costas,
también como homenaje a los voluntarios que vinieron de todas partes
a limpiar el chapapote.
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En el Monte Corpino |
Por un empedrado caminito voy ascendiendo al Monte Corpiño,
un elevado punto de rocas de granito desde donde tengo amplias panorámicas
de todos los alrededores. Hoy que está claro y transparente puedo
ver muy a lo lejos toda la costa, desde este punto destacan las paredes
de piedra que cierran diminutas huertas donde antiguamente las familias
de los pescadores cultivaban patatas y hortalizas para el consumo de la
casa, luego me encontraré con un paisano mayor que trae una carretilla
llena de algas para el abono de la tierra de una de estas pequeñas
huertas donde cultiva patatas. Una charla muy interesante.
Cuando estoy en lo alto del Monte Corpiño me
encuentro con Jóse
con quien me enrollo como es mi costumbre hablando sobre todo de nuestras
actividades montañeras. Me cuenta que fue atropellado por un coche
en Logroño y ahora está aun en rehabilitación, tiene
una autocaravana en el puerto aquí en Muxía con
la que se desplaza a su gusto, está aprovechando el buen tiempo que hace en
Galicia.
En animada charla visitamos el puerto, la zona antigua, el cementerio,
el paseo marítimo y la pequeña playa, el tiempo se va muy
rápido cuando uno esta entretenido, aún no he hecho la mochila
y liquidado la cuenta del hotel así que me despido de Jóse pues
el bus saldrá puntual a las 14h30m y no me puedo permitir perderlo
pues tengo billete para el vuelo desde Santiago a
las 22h15m.
Salgo hacia la parada del bus y sorpresa, un viento infernal azota
con fuerza, el mar se encrespa y la verdad es que está muy desapacible,
la cara y la cruz de los hermosos días anteriores.
En la parada del bus me junto a cinco peregrinos que han terminado
su camino y ahora regresarán a Santiago y a
continuación para sus casas.
Se trata de Alejandro, un joven zamorano, Kim,
otro joven coreano, Samuel de Italia, Chris de Alemania y
otro malagueño que fue a la estación
de RENFE.
Juntos permanecemos en Santiago como buenos peregrinos
en agradable charla y resolviendo los últimos asuntos de cada cual, es decir billetes
de regreso, etc. etc. Yo tomo el avión y retorno a casa llegando
a media noche.
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